El gobernante PNV, con la alcaldesa, Amaia del Campo, como aspirante a la reelección, ha decidido aplicar con carácter general una subida del 1,1% a todos los tributos del Ayuntamiento, pero ha buscado amortiguar el impacto electoral con algunas medidas: retirar el recargo del 40% de la contribución urbana (IBI) a los pisos vacíos en determinadas circunstancias y reducir el recibo del mismo impuesto a los comercios.
Además, los nacionalistas han optado por medidas de escaso recorrido económico pero llamativas como que las personas no abonadas al Instituto Municipal de Deportes (IMD) no tengan que pagar entrada al polideportivo cuando alquilen una cancha, rebajar el precio del curso de pilates de 32,85 a 21,85 euros y dar gratis spa y canchas exteriores sin hierba artificial para los socios del IMD.
El Partido Socialista, aún sin candidato para la alcaldía, también se ha apuntado a las propuestas simbólicas en busca de votos, además de las iniciativas para favorecer al pequeño comercio. El IMD vuelve a ser utilizado y se plantean descuentos en los precios para hacer deporte, así como en las actividades de las casas de cultura.
Así mismo, el PSE plantea otras iniciativas sin ninguna repercusión salvo la publicitaria: bonificar a propietarios de viviendas y negocios que instalen generadores de energía solar, o descontar el 95% del impuesto de vehículos a los coches eléctricos y un 75% a los híbridos, que son automóviles prácticamente inexistentes en Barakaldo.
También los socialistas proponen bonificar el 50% del alquiler de locales de ensayo a los grupos de música, "posibilitar" la instalación de churrerías y heladerías en Desierto y en el entorno de la feria de muestras BEC! o "favorecer la instalación de barracas y demás atracciones de feria en las fiestas de los barrios, equiparando precios y posibilitando su instalación en todas las celebraciones, incluidas las de Gorostiza".
El PNV necesita y tiene firmado un pacto con el PSE a nivel del País Vasco por el que los socialistas se obligan a apoyar los impuestos y los presupuestos, así que, si se cumple, se repetirá la escena de los años pasados en la que los dos partidos acuerdan, sin tener en cuenta a los restantes, cómo quedan finalmente impuestos, tasas y precios públicos, y a qué colectivos, según los intereses de cada partido, se favorece.
Juntos, EH Bildu e Irabazi, que hasta ahora en el mandato, por la alianza PNV-PSE, no han podido sacar adelante ni una iniciativa en esta materia, han echado menos imaginación y han apostado por sus clásicos de "fiscalidad progresiva" —que pague más quien más tiene—.
Así, con la seguridad de que no prosperarán las medidas, han planteado un "aumento de la presión sobre los solares en desuso destinados a la especulación urbanística, a los grandes centros comerciales, o el aumento de la tasa a los cajeros automáticos en un 35%". También hay medidas en favor del pequeño comercio y negocio, pero tampoco es probable que se aprueben.
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