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Sanidad dice que el Ayuntamiento deberá demostrar que los sistemas de alerta funcionan antes de usar el agua de Oiola para abastecer al municipio

• Asegura que hay un “protocolo de seguridad” que garantiza que se podrá “tomar el agua del grifo con total tranquilidad” cuando se conecte el pantano • Dice que realiza “controles semanales” del agua y que “ahora mismo” el lindane “prácticamente no existe” • Acusa a los ecologistas de confundir a la población al mezclar las legislaciones aplicables 
El viceconsejero de Sanidad de Gobierno Vasco, Jesús María Fernández, ha asegurado este miércoles que el agua que “actualmente” se suministra en Barakaldo “es de absoluta calidad, cumple con todos los parámetros de seguridad, también química, y por tanto puede ser consumida con total tranquilidad”. El responsable, que ha recordado que en estos momentos no se está consumiendo agua procedente del pantano de Oiola, ha reconocido que el pasado mes de noviembre el sistema de alerta “falló” y ha señalado que es el Ayuntamiento el que decide recurrir al agua de Oiola "cuando hay necesidad de un abastecimiento adicional al normalizado". Fernández ha manifestado que cuando así lo decida, el Consistorio “tendrá que demostrar que los sistemas de alerta funcionan, se harán pruebas y, si funcionan, se dará permiso para tomar agua de Oiola". Estas declaraciones, durante la presentación en el Hospital de Cruces del instituto de investigación médica BioCruces, se producen justo un día antes de que se debata en el pleno la moción presentada por grupos ecologistas y sociales en la que reclaman que no se conecte a la red de abastecimiento el pantano de Oiola.

> formularios de petición ciudadana al Ayuntamiento. castellano / euskaraz

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Fernández indicó que “ahora mismo no se está tomando agua del embalse de Oiola” pero que “cabe esa posibilidad” porque “es una situación que se ha dado normalmente sin problemas” cuando el Ayuntamiento ha tenido “necesidad de un abastecimiento adicional al normalizado”.

Sobre la posibilidad de una contaminación por lindane, señaló que su departamento hace “controles semanales de este parámetro, junto con otros, en el agua de Barakaldo y ahora mismo la detección de este compuesto es inapreciable, es decir, que prácticamente no existe”.

El viceconsejero destacó que para asegurar que la calidad del agua que viene del embalse de Oiola “también cumple con todas las garantías” hay “un protocolo de trabajo, de seguridad”, diseñado entre el Ayuntamiento, el Departamento de Sanidad y Consumo, URA e Ihobe, con el que se controla “el caudal máximo que se acepta desde el embalse” y el nivel de lindane en el pantano.

El responsable del Ejecutivo indicó que el control del lindane en el agua del embalse se realiza “con unos niveles de seguridad que son cinco veces mayores que los que tolera la legislación actual” por lo que, según aseguró, si se detectasen niveles superiores a “una quinta parte del máximo permitido, se suspendería inmediatamente la toma de agua de este embalse”.

Del mismo modo, insistió en que “el agua de consumo ahora mismo es de absoluta calidad” y manifestó que “cuando se tome agua del embalse, si es necesario para asegurar el abastecimiento de agua, hay un protocolo de seguridad que es extraordinariamente conservador”, por lo que en ese momento “también” se podrá “tomar el agua del grifo con total tranquilidad”.

Fernández señaló que no existe una fecha prevista para conectar el embalse a la red de abastecimiento y que esa decisión corresponde al Ayuntamiento, e insistió en que se hará “con un protocolo de seguridad” que es de “total confianza”.

Sin embargo, reconoció que el pasado mes de noviembre fallaron los sistemas de seguridad, por lo que el Departamento de Sanidad decidió suspender el suministro de agua del pantano. El viceconsejero añadió que si el Ayuntamiento decide tomar agua de Oiola “tendrá que demostrar que los sistemas de alerta funcionan, se hará pruebas y si funcionan se dará permiso para tomar agua”.

El viceconsejero afirmó que el Departamento de Sanidad hace controles semanales “en los grifos de Barakaldo” por lo que “si no funcionaran los sistemas de alerta y hubiera cualquier indicación de que en el agua del grifo se superan los límites tolerables, en ese mismo momento se suspendería el suministro”.

Para Fernández, esa situación “no tiene por qué ocurrir” puesto que “el protocolo de seguridad establecido es más que conservador” y “se podrá tomar agua del embalse, los sistemas de alerta funcionarán y, por tanto, no debe de haber ningún problema en la calidad del agua del grifo”.

Además, expuso que ese protocolo establece un control sobre el caudal del embalse porque cuando hay lluvias se produce “un lavado de tierras” en “algún foco contaminante” que “aporta al embalse ciertas cantidades, siempre inferiores a lo que marca la legislación, de lindane”.

También se vigila que los niveles de lindane en el agua sean inferiores a lo que marca la legislación. El viceconsejero señaló que cuando cualquiera de los dos parámetros —caudal del embalse y niveles de lindane en el pantano— supera lo establecido “inmediatamente se corta el suministro del embalse” por lo que, a su juicio, “no hay ningún riesgo, ni siquiera cuando si es necesario que se tome agua del embalse”.

El viceconsejero acusó a los grupos ecologistas de tratar de “confundir” a la población con la “manipulación” de las legislaciones aplicables. Fernández señaló que “no se puede mezclar la legislación ambiental, que marca cuáles son los niveles máximos medios a lo largo de un año en aguas continentales, con valores máximos que debe haber en cualquier momento en el agua de consumo, que es de 20 nanogramos por litro”.

Jesús María Fernández aseguró que no hay “nadie más interesado, además del Ayuntamiento de Barakaldo, que el Departamento de Sanidad” para “asegurar” que la calidad del agua es correcta y afirmó que “en ningún caso” aceptaría un riesgo para la población en el suministro de agua.