Los 1.000 ejemplares disponibles se han agotado y el Ayuntamiento ha anunciado una reedición de este volumen, que también se ha colocado en la web del municipal Centro de Interpretación Histórica y Medioambiental (Cihma) de El Regato. En la página en internet están además disponibles grabaciones de audio con todas las piezas. En la web se encuentra el cancionero y un anexo con jotas aparecidas tras terminar el trabajo.
García Izagirre, que ha explicado que su familia es "muy cantarina", ha indicado que el libro es una obra "pequeña pero que tiene mucho sabor". El recopilador, que en el libro reivindica la presencia del euskera en el municipio, ha hecho gala de la tradición de su abuela y madre y ha cantado unos versos de su creación dedicados a los cantores del pueblo: "Barakaldo, Barakaldo, Barakaldo geure herria, Barakaldo, Barakaldo, zu bezalako kantari ez dago mundu duztian, ez dago mundu duztian, Barakaldo, Barakaldo".
Con los músicos de la asociación Hala Dzipo en el escenario de Herriko Plaza, y como directores corales Mónica González, del Orfeón Barakaldés; y Txema Cueva, de la Schola Cantorum, los coralistas de estos tres conjuntos así como de Lagun Beti, Zigor, Gure Nahia y la coral Bengolea han interpretado algunas de las canciones reunidas en el libro.
El volumen permite descubrir curiosas letras, que actualmente resultan políticamente incorrectas. Desde el muy conocido "somos de Barakaldo porque nos gusta el vino y las chavalas, jolín" a "Barakaldo, Barakaldo, pueblo de grandes orgías; Barakaldo, Barakaldo, 309 tabernas y una sola librería, y una sola librería, Barakaldo, Barakaldo".
La referencia al alcohol vuelve a aparecer en "La banda de Barakaldo son todos unos borrachos, empezando por Alberdi y terminando por Aspiazu". Y también con letras como "al entrar en Barakaldo lo primero que se ve: la fábrica de Altos Hornos y el café de Bernabé; los sábados y domingos borrachera de costumbre y el lunes por la mañana, ¡aupa!, al trabajo nadie acude".
Los contenidos sobre la mujer aparecen con frecuencia y se pueden ver en versos como "Que vengo de lavar, de lavar, que vengo de lavar, del río, el pañuelo de seda de mi marido. ¡Ay Bengolea! ¡Ay Bengolea! Es el lavadero donde no lavan feas".
Además hay sorpresas como "Que no me llames feo que no me llames feo: que soy de Lutxana saco la cola y te meo, si me lo vuelves a llamar si me lo vuelves a llamar vuelvo a sacar la cola y te vuelvo a mear".
Como no podía ser de otro modo, la plaza ha cantado como una sola voz "Venimos de pescar de Bengolea, unas truchas muy frescas para mi abuela".