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El caserío Etxatxu y el cargadero minero también fueron destruidos por el fuego

Caserío Etxatxu, cargadero de la Franco-Belga, plaza de Lutxana y caserío de Beurko
Barakaldo, 9 jun 2019. El fuego acaba con el patrimonio histórico de Barakaldo. Esta vez ha sido el caserío de más de 300 años de Beurko Viejo, pero en los últimos 25 años también han caído el caserío Etxatxu así como el cargadero de la compañía minera Franco-Belga, bajo el puente de Rontegi, y ha desaparecido la centenaria plaza de Lutxana, entre otros.

El 9 de junio de 1997, después de sucesivos incendios, se desprendía parte del tejado de la casa solariega o torre de Lurkizaga. Era el punto sin retorno para esta construcción del año 1520, deshabitada desde finales de los años setenta y conocida popularmente como caserío Etxatxu o de Ampuero, propiedad de la Diputación.



El edificio estaba entonces valorado en 8,3 millones de pesetas —50.000 euros— y disponía de una planta de 191 metros cuadrados y un terreno de 785 metros cuadrados, contando además con puerta con arco de medio punto adovelado con moldura de baquetón y una aspillera en su fachada posterior. La torre tenía dos alturas y desván.

Tras ser requerida por el Consistorio para la rehabilitara, a finales de 1996, la Diputación había cedido al Ayuntamiento la titularidad del edificio por un periodo de 75 años a cambio de que el Consistorio acondicionara y pusiera en marcha la instalación en un plazo máximo de cinco años. El proyecto de restauración de ese momento tenía una estimación económica de 62 millones de pesetas —unos 375.000 euros—.

Sin embargo, en marzo de 1997, el Ayuntamiento, gobernado en coalición por socialistas y PNV, decide el derribo parcial por motivos de seguridad. La concejala de Obra Pública, Encarni Villar (PNV), anunció la construcción de un muro perimetral y colocación de un cierre de hierro forjado en el acceso principal, creando un pequeño jardín en el interior. La restauración por fases y creación de un museo se quedaron en anuncios.


Cargadero. El 20 de abril de 2000, al final de la mañana, durante tres horas las llamas arrasaban el histórico cargadero de la compañía minera Franco-Belga, con armazón de vigas y pilares de madera creosotada, que contaba con protección especial debido a su "valor histórico". Las autoridades ofrecían entoces distintas fechas de construcción: 1877, 1886 y 1914.

El Ayuntamiento señaló inicialmente que sería necesario sustituir "partes" del monumento, con un coste de rehabilitación de 50 millones de pesetas —300.00 euros—, que finalmente fue algo más del doble. 

La sociedad interinstitucional Bilbao Ría 2000 (Gobiernos central y vasco, Diputación y Ayuntamientos) comunicaba en 2001 que finalmente iba a ser derribado: "debido al estado tan precario de conservación de todo el conjunto del cargadero, no queda otro remedio que derribar lo que queda en pie y llevar a cabo una reconstrucción aprovechando las partes actuales que puedan servir". El 16 de octubre de 2002 se inauguraba la "rehabilitación" del cargadero, por 691.000 euros.


Plaza de Lutxana. El deterioro, por el fuego. sirvió también de justificación al Ayuntamiento para que el 30 de agosto de 2013 desapareciera por completo la plaza de Lutxana, construida 110 años antes "sobre los terrenos sobrantes de la promoción de viviendas realizadas por el constructor Garay", según señala la revista municipal 'Arbela'.

Archivo |
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