por Mariela Estévez Campos | Fotos cortesía de la Fundación Miranda
La Fundación Miranda, institución con un amplio arraigo en Barakaldo, cuenta desde este año con una nueva zona especializada en demencias y trastornos psiquiátricos, recientemente inaugurada. La nueva Unidad de Psicogeriatría supone un paso más en la atención a sus residentes y busca evitar la ruptura con la rutina anterior de los pacientes, manteniendo el máximo tiempo posible su autonomía. “La Fundación Miranda es una entidad sin ánimo de lucro con más de cien años de historia, que gestiona un moderno centro de atención especializada en mayores”, señala el tesorero y encargado de la información y comunicación del patronato, Jaime Cortázar Quintela.

El centro puede albergar a un máximo de 229 residentes, de los cuales, un 25 % —57 personas— ocupan una plaza concertada con la Diputación Foral de Bizkaia, que sufraga su coste. El resto de los que viven en la residencia abona el importe de su estancia, aunque el Ayuntamiento de Barakaldo abona las cuotas de un importante número de residentes que carecen de medios para hacerlo. La Fundación Miranda recibe además subvenciones, legados, herencias y aportaciones de particulares y tiene una red de voluntarios que cooperan habitualmente con el centro.

De manera complementaria, dentro del Programa de Acompañamiento Proactivo, personas de todas las edades acuden a la fundación para acompañar y estimular a residentes en situaciones que puedan provocarles sufrimiento.

La fundación ofrece una asistencia avanzada con cuidados personalizados. Cuenta con atención sanitaria permanente, asesoramiento y asistencia social, atención psicológica, actividades lúdico-recreativas, animación de estímulo, rehabilitación y fisioterapia, podología, peluquería, biblioteca, y apoyo e intervención con familias cuidadoras a través del proyecto ‘Yo cuido, tú cuidas’. El nivel de especialización permite asumir el cuidado de residentes con necesidades de asistencia física o psíquica, además de atender a personas en perfecto estado de salud.


Desde hace tiempo, esta institución está inmersa en el proyecto teatro intergeneracional, en colaboración con la Fundación Fidias, una organización sin ánimo de lucro creada con la finalidad de contribuir al desarrollo de los jóvenes mediante la creatividad a través de las artes. A esta colaboración entre diferentes generaciones se han ido uniendo otros organismos como el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) o el colegio de Paúles.
Tras la compra de terrenos, los albaceas encargaron el proyecto de edificación del asilo, redactaron los estatutos y realizaron las gestiones para que se aprobasen y la institución fuera clasificada como de beneficencia particular (Real Orden de 23 de mayo de 1911) con el nombre de Fundación Miranda.
Entre sus múltiples actividades, la fundación mantiene el Premio Barakaldo Solidario, que tiene como objetivo reconocer y premiar a aquellas personas o asociaciones que trabajan desinteresadamente en actividades solidarias. El galardón cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barakaldo y de varios patrocinadores.

La fundación que lleva su nombre está regida por un patronato que es el órgano supremo de gobierno y representación y goza de amplias facultades para la realización de sus fines. Los estatutos establecen que el presidente sea el vicario episcopal de la zona o persona en quien delegue y que el vicepresidente primero sea el alcalde de Barakaldo. El resto de patronos han sido y son, como aclara Cortázar, personas con un marcado perfil de atención a los demás, que invierten buena parte de su tiempo en apoyar este proyecto solidario.
Internet. En un esfuerzo por adaptarse a los nuevos tiempos, la institución lanzó en octubre de 2013 su blog, que viene a unirse a la página web que presentó en enero de 2010 dentro de los actos de celebración del centenario de la institución.
Con secciones dedicadas a los eventos del centro, a los cuidadores (dentro del programa 'Yo cuido, tú cuidas') y a los voluntarios, el blog se diseñó con la idea de que fuera una herramienta dinámica de comunicación entre todas las personas que integran la fundación: residentes, familiares, voluntarios y profesionales. "Está siendo un éxito mayor del que esperábamos. Cada vez hay más personas interesadas en colaborar y las visitas no dejan de crecer”, afirma Cortázar.

"La Fundación Miranda agradece profundamente la colaboración silenciosa y desinteresada de aquellas personas e instituciones que a lo largo de todos estos años han ayudado y ayudan al mejor desarrollo y atención a los residentes”, recalca Jaime Cortázar Quintela. La organización invita además a los vecinos de Barakaldo y a la sociedad en general a participar en este proyecto humanitario y sin ánimo de lucro participando en el día a día del centro.