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La Fundación Miranda amplía sus prestaciones con una unidad de demencias y trastornos


por Mariela Estévez Campos | Fotos cortesía de la Fundación Miranda

La Fundación Miranda, institución con un amplio arraigo en Barakaldo, cuenta desde este año con una nueva zona especializada en demencias y trastornos psiquiátricos, recientemente inaugurada. La nueva Unidad de Psicogeriatría supone un paso más en la atención a sus residentes y busca evitar la ruptura con la rutina anterior de los pacientes, manteniendo el máximo tiempo posible su autonomía. “La Fundación Miranda es una entidad sin ánimo de lucro con más de cien años de historia, que gestiona un moderno centro de atención especializada en mayores”, señala el tesorero y encargado de la información y comunicación del patronato, Jaime Cortázar Quintela.

Los vigentes estatutos, fruto de la voluntad del benefactor barakaldés Antonio Miranda, estipulan que la atención y servicios deben ir dirigidos a los habitantes de la anteiglesia. “Una de las características que conforman precisamente a Barakaldo es que siempre ha sido un pueblo de acogida para personas provenientes de múltiples lugares, por tanto nosotros mantenemos un espíritu abierto sobre el tema”, explica el responsable de la institución.

El centro puede albergar a un máximo de 229 residentes, de los cuales, un 25 % —57 personas— ocupan una plaza concertada con la Diputación Foral de Bizkaia, que sufraga su coste. El resto de los que viven en la residencia abona el importe de su estancia, aunque el Ayuntamiento de Barakaldo abona las cuotas de un importante número de residentes que carecen de medios para hacerlo. La Fundación Miranda recibe además subvenciones, legados, herencias y aportaciones de particulares y tiene una red de voluntarios que cooperan habitualmente con el centro.

Acompañamiento. Desde hace más de 14 años, mantiene una estrecha relación con la asociación Nagusilan, a través de la que un número creciente de voluntarios acude cada semana al centro con el objetivo de apoyar a los residentes en diferentes actividades. Además, realizan labores de acompañamiento a personas sin red de apoyo cuando éstas tienen que acudir a alguna consulta médica.

De manera complementaria, dentro del Programa de Acompañamiento Proactivo, personas de todas las edades acuden a la fundación para acompañar y estimular a residentes en situaciones que puedan provocarles sufrimiento.

Por otra parte, el programa de Pastoral de la Salud, dirigido por una persona voluntaria, trata de satisfacer las necesidades espirituales y religiosas de los residentes y sus familias. Este servicio, en colaboración con el resto del equipo de profesionales de la residencia, presta especial atención a las personas que atraviesan circunstancias difíciles, como puede el final de la vida.

La fundación ofrece una asistencia avanzada con cuidados personalizados. Cuenta con atención sanitaria permanente, asesoramiento y asistencia social, atención psicológica, actividades lúdico-recreativas, animación de estímulo, rehabilitación y fisioterapia, podología, peluquería, biblioteca, y apoyo e intervención con familias cuidadoras a través del proyecto ‘Yo cuido, tú cuidas’. El nivel de especialización permite asumir el cuidado de residentes con necesidades de asistencia física o psíquica, además de atender a personas en perfecto estado de salud.

Psicoestimulación. La Fundación Miranda dispone de un amplio abanico de actividades pensadas para el perfil de cada uno de sus residentes, con la finalidad de que ellos mismos sean quienes elijan aquellas de las que desean formar parte. Entre ellas se encuentran talleres de música, literatura, pintura, coro, teatro intergeneracional, manejo de móviles o informática, abiertos a todos los barakaldeses, que añaden a los beneficios que proporcionan, el que se logra con el contacto con personas ajenas al centro. También, y en exclusiva para los alojados, se realizan terapias no farmacológicas como psicoestimulación, habilidades cognitivas, orientación a la realidad y estimulación de la memoria, entre otras.

Además de las actividades programadas y con el fin de romper con la rutina, cada mes se celebran jornadas temáticas: la Semana Verde, que tiene lugar cada septiembre; el Noviembre de arte, fruto de la colaboración con el Museo Guggenheim de Bilbao; la Semana del Libro, en abril, en la que se realizan intercambios de libros y una lectura pública, la Semana por la Igualdad de Oportunidades o la Semana de la Seguridad, organizada junto la Ertzaintza de Sestao, entre otras muchas.

Desde hace tiempo, esta institución está inmersa en el proyecto teatro intergeneracional, en colaboración con la Fundación Fidias, una organización sin ánimo de lucro creada con la finalidad de contribuir al desarrollo de los jóvenes mediante la creatividad a través de las artes. A esta colaboración entre diferentes generaciones se han ido uniendo otros organismos como el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) o el colegio de Paúles.

Nacimiento. La Fundación Miranda nació como consecuencia de las disposiciones testamentarias del prócer barakaldés Antonio Miranda y Arana, que, en su testamento, legó toda su fortuna para fundar y sostener un asilo en Barakaldo dedicado a la atención de ancianos pobres de la anteiglesia.

Tras la compra de terrenos, los albaceas encargaron el proyecto de edificación del asilo, redactaron los estatutos y realizaron las gestiones para que se aprobasen y la institución fuera clasificada como de beneficencia particular (Real Orden de 23 de mayo de 1911) con el nombre de Fundación Miranda.

Entre sus múltiples actividades, la fundación mantiene el Premio Barakaldo Solidario, que tiene como objetivo reconocer y premiar a aquellas personas o asociaciones que trabajan desinteresadamente en actividades solidarias. El galardón cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barakaldo y de varios patrocinadores.

Fundador. Antonio Miranda y Arana nació en Burceña el 10 de julio de 1831. A los 15 años emigró a Cuba, para trabajar con su tío, que poseía un negocio de tejidos en la Habana. Trabajó activamente en el sector y se retiró a los 38 años, fijando su residencia en Bilbao, donde fue consejero del Banco de Bilbao durante seis años. En 1887 se trasladó a San Sebastián. Falleció el 2 de enero de 1910 a los 78 años.

La fundación que lleva su nombre está regida por un patronato que es el órgano supremo de gobierno y representación y goza de amplias facultades para la realización de sus fines. Los estatutos establecen que el presidente sea el vicario episcopal de la zona o persona en quien delegue y que el vicepresidente primero sea el alcalde de Barakaldo. El resto de patronos han sido y son, como aclara Cortázar, personas con un marcado perfil de atención a los demás, que invierten buena parte de su tiempo en apoyar este proyecto solidario.

Internet. En un esfuerzo por adaptarse a los nuevos tiempos, la institución lanzó en octubre de 2013 su blog, que viene a unirse a la página web que presentó en enero de 2010 dentro de los actos de celebración del centenario de la institución.

Con secciones dedicadas a los eventos del centro, a los cuidadores (dentro del programa 'Yo cuido, tú cuidas') y a los voluntarios, el blog se diseñó con la idea de que fuera una herramienta dinámica de comunicación entre todas las personas que integran la fundación: residentes, familiares, voluntarios y profesionales. "Está siendo un éxito mayor del que esperábamos. Cada vez hay más personas interesadas en colaborar y las visitas no dejan de crecer”, afirma Cortázar.

Entre los proyectos de la Fundación Miranda se encuentra, en palabras de su tesorero, continuar cubriendo las necesidades de las personas mayores en situación de acudir al centro, adaptándose e incluso adelantándose a los cambios vertiginosos que les afectan. Para ello y, entre otras medidas, acaba de firmar un acuerdo de colaboración con el Hospital San Juan de Dios de Santurtzi para “trabajar conjuntamente en aspectos como la atención ética al final de la vida, la protocolización de la mejora de los cuidados de los residentes, la mejora del apoyo psicosocial, la formación continua de los empleados, el apoyo en procesos asistenciales y la mejora del soporte domiciliario, entre otros aspectos”.

"La Fundación Miranda agradece profundamente la colaboración silenciosa y desinteresada de aquellas personas e instituciones que a lo largo de todos estos años han ayudado y ayudan al mejor desarrollo y atención a los residentes”, recalca Jaime Cortázar Quintela. La organización invita además a los vecinos de Barakaldo y a la sociedad en general a participar en este proyecto humanitario y sin ánimo de lucro participando en el día a día del centro.