El secretario del PSE-EE de Vizcaya y candidato a diputado general, José Antonio Pastor, ha afirmado que "no hay ciudad de Euskadi, ni de fuera de Euskadi, que haya experimentado una transformación urbana como Barakaldo" y ha asegurado que esa transformación ha sido posible gracias al "esfuerzo" de los vecinos y empresas "que han confiado en la capital de la Margen Izquierda" y de los alcaldes y concejales socialistas. Pastor ha acompañado a Tontxu Rodríguez en el acto celebrado en el Teatro Barakaldo para presentar la candidatura y el programa electoral de los socialistas. Pastor ha alabado a Rodríguez del que ha dicho que es "imparable" y "un producto local" que forma parte de los alcaldes que "han sido avanzadilla de esa forma nueva de ejercer la política".
Intervención J.A.Pastor. Acto Barakaldo, 6 mayo de 2011
Compañeras y compañeros:
Aquí, en Barakaldo, os confieso que tengo un pequeño problema. Vengo a esta presentación como candidato a Diputado General de Bizkaia, pero no sé cómo voy a arreglármelas para evitar que Tontxu se haga con toda vuestra atención porque Tontxu, ya lo sabéis, es mucho Tontxu.
Veremos cómo consigo un poco de vuestra atención. Bien, hablando en serio, tengo que reconocer de entrada el trabajo que todos los alcaldes y alcaldesas socialistas habéis hecho siempre en esta legislatura que ahora termina y en todas las anteriores.
Los socialistas siempre hemos entendido la política como una vocación de servicio a las personas y especialmente a las menos favorecidas. Siempre hemos puesto las instituciones al servicio de la gente y de sus problemas, al contrario de cómo entienden otros la política, a la que ven como un juego en el que defender sus intereses propios, como una forma de dilucidar problemas entre partidos y a veces entre miembros del mismo partido.
A veces, el ruido político aturde y no deja escuchar las propuestas que debemos hacer a la ciudadanía para mejorar sus municipios y su vida. Que son las cosas que deberían ser centro de atención de la campaña.
Esa forma de acción política que se esfuerza más en conseguir titulares que en conseguir beneficios para los ciudadanos y ciudadanas es un lastre que tenemos que ir eliminando, mejor cuanto antes. Los socialistas ya lo llevamos haciendo mucho tiempo en los Ayuntamientos.
Por eso se ha notado siempre cuando un municipio tenía alcalde socialista y cuando no. Pues eso mismo ahora lo estamos haciendo también en el Gobierno Vasco: Ocuparnos de los problemas reales de la gente y no inventarnos otros.
Lo que a muchos pareció imposible, ya únicamente lo discuten quienes solo están dispuestos a aceptar la voluntad popular y las reglas democráticas cuando les convienen a ellos.
Sin embargo, esta es una sociedad que avanza y que ha tomado el cambio político con total tranquilidad y normalidad, como es lógico que la tomase. Porque el cambio en Euskadi no solo era posible sino que era necesario y ha sido también beneficioso.
El cambio político ha traído normalidad, lealtad institucional, sinceridad de los gobernantes con los ciudadanos y ha llevado también al Gobierno Vasco esa forma de ver la política comprometida con los derechos de las personas de la que los alcaldes socialistas como tú, Tontxu, habéis sido los pioneros.
Pero se equivocan quienes creen que el cambio se estrenó con la llegada de los socialistas a Ajuria Enea. Nada de eso. El cambio empezó hace ya muchos años y cuando se vio claramente que era una marea imparable fue en las anteriores elecciones municipales en las que los alcaldes y junteros socialistas obtuvieron un resultado excepcional.
Allí se manifestó el cambio profundo que está experimentando la sociedad vasca y que se está extendiendo a la política de una forma que nadie va a poder parar, y menos con recetas anticuadas del pasado.
Y uno de esos alcaldes que han sido avanzadilla de esa forma nueva de ejercer la política, que han sido la vanguardia del cambio que la sociedad vasca necesita y está obteniendo, uno de esos alcaldes, y no cualquiera, es precisamente el vuestro, Tontxu Rodríguez.
Tontxu es imparable, no sé si por su personalidad, porque está enamorado de Barakaldo, por esa retranca que le mantiene siempre alerta o tal vez porque siendo de Barakaldo no le quedaba otro remedio que ser como es porque esta es una ciudad llena de personas imaginativas, abiertas, solidarias, nobles, gente en la que se puede confiar. Gentes como su Alcalde que en el fondo es un producto local.
Barakaldo ha experimentado una transformación que nada tiene que envidiar a otras que se han realizado a lo largo de la ría del Nervión. Desde luego, si tomamos en cuenta la situación de partida que este municipio tenía y la que tiene hoy, creo que no hay ciudad de Euskadi, ni de fuera de Euskadi, que haya experimentado una transformación urbana como Barakaldo.
Esa transformación, vosotras y vosotros lo sabéis mejor que nadie, ha sido producto del esfuerzo de los vecinos de este municipio, de las empresas que han confiado en la capital de la Margen Izquierda y también de los alcaldes y concejales socialistas de Barakaldo (y de Cruces por supuesto, también de Cruces).
Así que muchas gracias Tontxu por ser como eres, por tu esfuerzo y por la ilusión que siempre mantienes para hacer que Barakaldo sea el mejor municipio de Euskadi, eso por lo menos.
En esta campaña, no nos jugamos los equilibrios políticos de Euskadi, ni es una etapa para otras elecciones, ni nada de eso. Ahora lo que nos jugamos es quién va a ser el alcalde de nuestro pueblo y quién el Diputado General de nuestro territorio. Nada más que eso y nada menos que eso.
Y yo, que soy el candidato de los socialistas vascos a Diputado General de Bizkaia lo que quiero es que aprovechemos esta ocasión para traer al Gobierno de Bizkaia este cambio positivo que se está dejando notar en el conjunto del país.
Quiero que la Diputación deje de ser una fortaleza del nacionalismo, desde la que se ataca, se desprecia o se ignora a las demás instituciones comunes. Quiero que, por el contrario, la Diputación se sienta parte del engranaje institucional que los ciudadanos vascos nos hemos dado.
Quiero recuperar la lealtad institucional que ahora no existe porque somos todos los contribuyentes los que sostenemos con nuestro dinero a todas las instituciones y la obligación de todas ellas es administrar nuestros recursos de forma responsable y eficiente.
Quien tiene vocación de servidor público nunca puede olvidar que el dinero de que dispone ni lo ganó él ni es suyo en ningún momento, por lo que tiene que ser consciente de la responsabilidad de que está manejando la riqueza de todos mediante la confianza que la ciudadanía le ha prestado al elegirle.
Quiero recuperar el espíritu de diálogo y convertirme en un alcalde de todos los vizcaínos y vizcaínas, en lugar de ser visto como el Gobernador foral o el Señor de Bizkaia.
La Diputación está para trabajar en colaboración con las demás instituciones a favor de la solución de los problemas y no puede ser la oposición al Gobierno Vasco. No se puede utilizar la Diputación como frente de batalla como hasta ahora.
Porque cuando esto se hace, el resultado es que se debilitan las instituciones de la democracia, se mina la confianza de los ciudadanos en los políticos y, sobre todo, se pierde un tiempo precioso que no nos sobra para ponernos a trabajar en la salida de la crisis y en la mejora de nuestros servicios.
Nada de esto le ha preocupado al Diputado General. Distraído en las batallas que tanto le parecen importar a su partido, se ha olvidado su función de servicio público y ha ido, por el contrario, saltando de piedra en piedra, sin mojarse con los problemas.
Saltando del Guggenheim de Urdaibai a los avales oscuros a empresas, a los grandes proyectos que acaban en pleitos, abroncando a unos y otros pero sin un proyecto para Bizkaia. Y mirad que los socialistas se lo hemos puesto fácil desde que les apoyamos los presupuestos. Nada ha podido ser y la legislatura que termina ha sido casi fallida.
Y digo casi porque hay algunas cosas que hemos impulsado los socialistas y que sí han ido adelante, afortunadamente: así ha sucedido con las infraestructuras, la accesibilidad y movilidad y también con el acuerdo para políticas sociales.
Todo lo demás no se ha hecho porque solo eran maquetas, titulares o incluso muchos de los proyectos han acabado en la crónica judicial. Ahí están los polígonos industriales de la Margen izquierda y zona minera, bueno mejor dicho ahí NO están, porque la verdad es que no están.
Ocurrencias y tensiones, combinadas con el ruido mediático y nada más. Eso ha sido la legislatura foral que ahora termina.
Y como no podemos seguir así, vengo ante vosotros a deciros que es el momento de poner a un socialista al frente de la Diputación Foral de Bizkaia, que es el momento de avanzar y no quedarse anclado en la añoranza de los planes soberanistas y de gestiones a medida de los ayuntamientos con alcaldes propios. Es el momento y es tan posible y tan necesario como lo fue el cambio en Ajuria Enea.
No podemos perder cuatro años más. Hay que cambiar para ocuparse del empleo, de ayudar a que Bizkaia sea más competitiva apoyando la formación de nuestros trabajadores y la iniciativa de nuestras empresas mediante planes de empleo comarcales y locales. Yo no voy a sacar puestos de trabajo de ninguna chistera ni de ningún proyecto mágico, pero sí voy a ocuparme de que la Diputación se moje en la creación de empleo.
Yo no voy a permitir que se desmonte ni se debilite, por razones de conveniencia política la buena red de servicios sociales. Al contrario, voy a ampliarla y consolidarla, como estamos haciendo los socialistas en el Gobierno Vasco.
Porque los derechos sociales son los que sostienen una sociedad más justa y, como dije esta semana en una conferencia: una sociedad más justa es siempre más próspera y a la injusticia le suele acompañar la pobreza. En eso a los socialistas nadie nos tiene que dar lecciones.
Bizkaia es un territorio pequeño y muy poblado, con problemas para equilibrar el crecimiento urbano, las infraestructuras y el desarrollo con el medio ambiente.
Por eso mismo necesitamos estrategias de desarrollo sostenible y de movilidad que busque el uso responsable del espacio, apoyando el ferrocarril en materia de transportes y favoreciendo un crecimiento urbano responsable. Un crecimiento urbano integrado, que no cree nuevos guetos sino que haga crecer las ciudades y pueblos de forma integral. Como ha hecho Barakaldo, sin ir más lejos.
Quiero, sobre todo, que la próxima legislatura foral tras las elecciones tenga en la transparencia su principal elemento. Una transparencia que es obligada para mí en toda institución pública pero que a la Diputación Foral de Bizkaia le hace falta muy especialmente.
Compañeras y compañeros. Estamos viviendo tiempos nuevos. Estamos acabando con el terrorismo, Euskadi tiene el primer gobierno de izquierda de su historia, Barakaldo es otra ciudad pero es que no va a haber quien la conozca cuando se pongan en marcha los proyectos de Burtzeña y Lutxana, entre otros…
Y esos tiempos nuevos requieren una Diputación a la altura. Hay que ponerse a ello amigas y amigos. Tenemos dos semanas para que todo el mundo en Bizkaia sepa que el 22 tenemos la oportunidad de hacer avanzar este territorio trayendo al palacio de la Gran Vía el mismo espíritu de cambio, de libertad y de lealtad democrática que ya sostiene nuestro lehendakari.
Muchas gracias y adelante que no hemos hecho más que empezar.
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