Miles de personas se han acercado el primer día de rebajas hasta el centro comercial Max Center en busca de algún "chollo", pero a cambio han tenido que soportar atascos en el aparcamiento —donde se hacía necesario dar varias vueltas hasta encontrar un hueco donde dejar el coche—, colas en las tiendas tanto en los probadores como en las cajas para pagar las prendas escogidas, y el estrés que a algunos les causan las aglomeraciones de gente. Niños agobiados reclamando la atención de sus padres con llantos, mientras sus progenitores rebuscaban en algún estante; grupos de jóvenes cargados de bolsas y alguna que otra discusión en el aparcamiento para dilucidar quién había visto antes el hueco libre. En una conocida cadena de ropa se podía ver la mitad de la ropa en los colgadores y la otra mitad tirada por el suelo. Han comenzado las primeras rebajas de la década.
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