. Docenas de personas se han concentrado en Herriko Plaza, convocadas por la organización SOS Racismo Bizkaia, bajo el lema "¡El racismo policial dispara a asesinar!", según informa el grupo en sus redes sociales. La movilización se produce al cumplirse un año de la intervención de la Policía Municipal que el 21 de marzo dejó
cuando iban a ser desalojadas de un túnel abandonado donde vivían en la zona de Lurkizaga.
La actuación dejó dos heridos de bala, uno de gravedad, en las inmediaciones del punto limpio de reciclaje —'garbigune'— y el Partido Socialista, que dirige el departamento de Seguridad del Ayuntamiento, sostuvo que los agentes actuaron para defenderse frente a dos "violentas" personas sin hogar. Sin embargo, la asociación de intervención comunitaria Susterra puso en duda la versión oficial, el sindicato ELA dijo que no había sido "ni actuación policial correcta y proporcionada ni una gestión municipal adecuada" mientras que LAB rechazó las acusaciones de racismo, así como lo hizo ErNE. Tras el tiroteo, 70 organizaciones sociales denunciaron los hechos en una protesta pública.
Doce meses después, SOS Racismo Bizkaia ha vuelto a recordar que el suceso dejó dos "impactados por las balas, dejando a uno de ellos herido de gravedad y mutilado, tras haber recibido tres disparos: uno en la cabeza, otro en el estómago, y otro en el pecho". Ante esta situación, la organización ha reclamado "justicia y reparación para las víctimas" de una actuación policial que tildan de "desproporcionada y racista".
Comunicado de SOS Racismo Bizkaia
Hoy, 21 de marzo, hace un año desde que la policía municipal de Barakaldo tiroteó a tres chicos migrantes y racializados, que se encontraban en situación de calle. Dos de ellos, fueron impactados por las balas, dejando a uno de ellos herido de gravedad y mutilado, tras haber recibido tres disparos. Uno en la cabeza, otro en el estómago, y otro en el pecho.
Ayer, nos concentramos en Barakaldo para denunciar que el racismo policial intenta asesinar, y exigir justicia y reparación para las víctimas. ¿Quién vigila a quién vigila?
¡EL RACISMO POLICIAL DISPARA A ASESINAR, JUSTICIA Y REPARACIÓN!”
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Gaur, martxoak 21, urtebete da Barakaldoko Udaltzaingoak kalean zeuden hiru mutil migratzaile eta arrazializatu tirokatu zituenetik. Horietako bi balek jo zituzten, eta horietako bat larri zaurituta eta mutilatuta utzi zuten, hiru tiro jaso ondoren. Bata buruan, bestea urdailean, eta bestea bularrean.
Atzo, elkarretaratzea egin genuen Barakaldon, poliziaren arrazakeria hiltzen saiatzen ari dela salatzeko, eta biktimentzako justizia eta erreparazioa eskatzeko. Nork zaintzen du nor?
POLIZIAREN ARRAZAKERIAK HIL, JUSTIZIA ETA ERREPARAZIOA ERAGITEN DITU!.
Exigimos justicia y reparación a las víctimas del tiroteo de marzo de 2024 en
Barakaldo.
El 21 de marzo de 2024, policías municipales de Barakaldo, en torno a las 8:30 de la mañana, procedieron al desalojo de varias personas, migradas y racializadas, que se cobijaban en un túnel tapiado próximo a las inmediaciones del Garbigune. En la actuación policial, dos personas resultaron heridas de bala, una de ellas, a punto de perder la vida, y que finalmente partes de su cuerpo terminaron mutiladas. Paradójicamente, el día internacional contra el racismo y la xenofobia.
Las víctimas de esta actuación policial desproporcionada y racista eran personas que pernoctaban en la zona por no disponer de vivienda, como muchas otras que actualmente no tienen un lugar para dormir y en donde las instituciones no dan solución ni alternativas.
Dos personas jóvenes fueron disparadas por policías con sus pistolas reglamentarias. Una
de ellas, cuya vida cambió drásticamente para siempre por haber recibido tres balazos en zonas vitales: uno en la cabeza, otro en el abdomen, y el tercero en el pecho. Otra persona, con un impacto de bala en el hombro, con consecuencias psicológicas y emocionales traumáticas generadas por la actuación de los policías. Cuatro balas disparadas en cuerpos racializados por sobrevivir durmiendo en la calle.
Nos encontramos ante una actuación policial que podemos calificar como desproporcionada y racista a partes iguales. Resulta socialmente inadmisible, repudiable y fuera de toda lógica que una acción preventiva finalice en disparos. En lo que a racismo se refiere, cabe preguntarse si esta actuación hubiese sido la misma en caso de que las personas implicadas hubieran sido jóvenes blancos. Sabemos que no.
Mame Mbaye y Mahmoud Bakhum son los nombres de dos manteros que han muerto mientras huían de la policía en
Madrid y Sevilla, respectivamente. Monsif es el nombre de un joven de 23 años que falleció tras ser disparado por un agente con su taser y caer desde el muro en el que se encontraba en Peñíscola. Tenía 23 años. Kebyn Brayan se llamaba el joven asesinado a tiros en la puerta de su casa alcanzado por 6 de los 18 disparos que efectuó la policía.
Estos son cuatro casos de violencia policial racista en el Estado español, violencia que se ha cobrado vidas y sobre la que hay poca (o nula) investigación, pese a las demandas de familias y asociaciones de derechos humanos y antirracistas.
Esto no lo denunciamos sólo los movimientos sociales, sino que también está respaldado por una sentencia firme del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la cual condena a España y a sus cuerpos policiales.
Este uso desproporcionado de la fuerza se llama brutalidad policial racista y es una grave
violación de los derechos humanos y un atentado contra las vidas de las personas. Este
caso, como muchos más, es literalmente el ejemplo del abuso de poder que la institución ejerce contra las personas migradas y racializadas desde hace años en el Estado español.
Los cacheos humillantes, las paradas por perfil étnico, el abuso de poder, los insultos, el uso de la fuerza desproporcionada y ahora armas de fuego ¿quién vigila a la policía?.
Exigimos a las instituciones pertinentes que ejecuten una investigación justa, que remarque el hecho de un intento de asesinato, totalmente racista, por parte de la policía municipal hacia tres jóvenes que pernoctaban en la zona.
No es normal que un hecho relatado como un desalojo, tenga como fin a una persona que se debatió entre la vida y la muerte, y por si no fuera poco, partes de su cuerpo han quedado mutiladas. Estas situaciones racistas se repiten en nuestras calles con total impunidad y no podemos quedarnos calladas, necesitamos que estas prácticas se cuestionen e investiguen.
Queremos justicia, reparación, y sobre todo, no más racismo policial. Debemos organizarnos para hacer justicia a las víctimas de este tiroteo. Por ello, condenamos este intento de asesinato racista y llamamos a las vecinas y vecinos a vigilar. Porque ¿quién vigila a quién vigila?