El aparcamiento de clásicos demostraba una vez más su enorme poder de convocatoria y es que se trata de uno de los grandes atractivos de RetroClásica Bilbao. En él se reúnen cientos de entusiastas de los vehículos clásicos que sacan sus joyas del garaje para llevarlas al evento, para comentar con otros aficionados los secretos de su restauración o su mantenimiento. En esta ocasión, más de 1.500 vehículos clásicos se dieron cita durante todo el fin de semana, completando el aforo disponible para su exposición durante casi todas las horas de apertura.
Tanto expositores como público parecían estar de acuerdo; han sido tres días de auténtica fiesta donde disfrutar y entretenerse con el mundo del motor vintage. La gran actividad vista en zonas como las destinadas al mercadillo de piezas, recambios y objetos de aire retro, o como la de compra-venta de vehículos entre particulares, sin duda así lo refrendan. Igualmente, la zona dedicada a los expositores también gozó de una gran asistencia de público, como lo demuestran los buenos resultados económicos alcanzados por la mayoría de los expositores presentes en el Salón.
Por su parte el esperado regreso del Motorshow, que tradicionalmente se celebra como parte del evento, no defraudó. Las gradas para obtener una visión privilegiada del espectáculo se mantuvieron muy concurridas durante toda su celebración, demostrando las pasiones que levanta este tipo de pruebas. En esta ocasión el pódium estuvo formado por Íñigo Olabe (Bmw Súper 2000), Xabier Rike (Citroen Saxo) y Txus Jaio (Bmw M3).
Se cierra así una gran edición para Retroclásica Bilbao, que lo devuelve a cifras de asistencia pre-pandemia y demuestra una vez más el tirón del sector de los clásicos en los aficionados a este sector de todo el norte de España.
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Este texto es un comunicado de la feria de muestras BEC!