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Denuncia vecinal | La ruina de un restaurante por los repetidos cortes de luz

Exterior del restaurante el día de su inauguración
Barakaldo, 4 ene 2019. Los responsables del restaurante O Fiore Mio, de San Vicente (avenida Miranda 17), no pueden más. Abrieron hace siete meses y en este tiempo han sufrido siete cortes de electricidad —tres la última semana— que, según explican, se deben al mal estado del cableado de la compañía eléctrica. Con pérdidas económicas por esta situación, están desesperados.

De los siete cortes, dos han sido este pasado fin de semana, lo que ha supuesto cancelación de reservas, cierre durante horas del local y comida que se echa a perder. La eléctrica —explican— no quiere realizar la reparación que resolvería de una vez por todas el problema y sólo ponen un 'parche'.

"Somos Xabier Rey y Maitane Arroyo, una pareja residente en Barakaldo, de 35 años y 28, con un local hostelero (bar pizzería italiana) abierta recientemente hace siete meses. Nos estamos viendo afectados continuamente por fallos en un cableado subterráneo de Iberdrola, que está a punto de romperse. Cuando se le filtra agua o hay temporal, saltan los fusibles de mi local y en locales colindantes al mío y nos quedamos sin luz".

"Cuando llamamos a la central de Iberdrola, llegan tardan dos horas como mínimo en venir y solucionar el problema. En realidad cambian de fusible y ya se enciende todo, pero el problema es que el cable está semirroto y hasta que no se rompa dice Iberdrola que no lo cambian".

"Esta semana nos ha pasado tres veces, obligándonos a cerrar y a tener perdidas de comida, de cliente, la reservas de cenas y comidas perdidas al no tener luz"

"La noche de este sábado 2 de febrero, a las 20.45 se fue la luz, se les llamó y hasta las 00.00 no apareció nadie. Se cambió nuevamente el fusible y se restableció la luz. El domingo 3, cuando despertamos y nos disponemos a venir al local, vemos que desde las 7.55 no hay de nuevo luz. Nos avisa la alarma al teléfono de que ha habido un fallo de red eléctrica. Llamamos a las 11.00 a Iberdrola y dicen que cómo sabemos que es fallo suyo. Les decimos que el martes pasó lo mismo y que la noche del sábado, hacía escasas horas, que también".

"Contestan que hasta que no entremos en el local no llaman a nadie, pero las persianas son eléctricas —y no hay luz— y manualmente no tenemos medios para levantar la persiana. Iberdrola dice que si no llama ningún comercio más, que no vienen. Los otros comercios son un supermercado, una tintorería y una frutería, y los domingos cierran. Sólo estamos nosotros, que somos hostelería".

"Acudimos al juzgado, a la Ertzaina y a la Policía Municipal para que nos ayuden a llamar y venga Iberdrola y nada. Llamamos múltiples veces y dicen nuevamente que para nosotros solos, nada; que me mandan un técnico y que si es fallo nuestro que lo paguemos nosotros. Les decimos que no es nuestros, que llevamos toda la semana igual".

"Conseguimos el teléfono de la tintorería, que llama a Iberdrola sobre las 14.00 horas. Le dicen que vendrán. Estamos cerca por si llegan. Llamamos a Iberdrola nuevamente a ver a qué horas van a venir, porque nosotros estamos en la calle , sin poder entrar, y tardan horas en llegar. Responden que no había ninguna queja más, aunque había llamado la tintorería —tenemos una captura de pantalla de su incidencia y la hora registrada—".

"Al final, decidimos llamar al técnico de Iberdrola. Dice que tarda 30 minutos y que si es cosa nuestra que tenemos que pagar 135 euros. Le indicamos que de acuerdo. Conseguimos una escalera en un bar, abrimos la persiana manualmente y cuando estábamos en el local aparece Iberdrola. Salimos corriendo y nos ponemos a hablar con ellos. Efectivamente confirman que sí había un aviso de la tintorería y que el fallo es de Iberdrola, del cable que está medio roto, pero que ellos no están autorizados a cambiarlo hasta que Iberdrola no lo considere oportuno. Cambian fusible y se restablece de nuevo el servicio".

"Nadie nos ayuda, no nos hacen caso, hemos perdido una semana entera sin facturar. El martes avería a las 21.30 —nos dijeron que la habían arreglado,  pero era incierto porque a nos avisa la alarma—. Llegamos el miércoles a la mañana y, ¡sorpresa!, no había luz. Llama nuevamente la tintorería y llegan dos horas después, dos horas que estamos sin facturar. Más la noche del martes que tuvimos que cerrar, el sábado igual y el domingo…"

"No podemos más. No hemos generado ingresos para pagar al empleado, ni nuestro sueldo y el local. Estamos hartos y cansados de que Iberdrola se lave continuamente las manos".


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