Así lo ha señalado el Ayuntamiento en el proceso para contratar a la empresa que, durante un año con posibilidad de una prórroga de 12 meses, se encargará de combatir esta plaga, para lo que se ha previsto un presupuesto anual de 82.500 euros, que probablemente se vea rebajado en el proceso de adjudicación.
En concreto, en 2017 fueron necesarias 486 intervenciones de desratización y desratonización, en 2018 se disparó a 680, en 2019 las actuaciones llegaron a 626 y en el pasado curso 2020 se alcanzó el número de 719 acciones por alertas relativas a la presencia de los roedores.
Además de en edificios públicos, como la comisaría de la Policía Municipal o los colegios, la contrata tiene que actuar actuar en la red de alcantarillado y desagües; en los registros de alumbrado público y semáforos; en las calles parques y jardines; en sótanos, bajos y patios interiores de comunidades de vecinos, así como en vertederos, escombreras y márgenes de ríos.
El trabajo consiste, además, no sólo en eliminar las ratas donde ya están sino en adoptar "las medidas que conduzcan a la eliminación de la actividad de los roedores, incluso antes de su aparición". De hecho, la empresa debe ofrecer un diagnóstico de la población de ratas, debe sugerir cambios en las infraestructuras para prevenir y tiene que realizar en el año "tres campañas desratización de choque, coincidiendo con las épocas de mayor incidencia".
Con 1.500 horas de trabajo al año y una plantilla de un mínimo de cuatro trabajadores, dos son las que aplican las medidas, con el uso de productos químicos que deben ser de "baja toxicidad para las personas y animales domésticos, produciendo la mínima contaminación técnicamente posible, de forma directa o indirecta sobre plantas o terrenos".
Además de las campañas anuales y periódicas, la contrata tiene que "ejecutar acciones de manera inmediata en caso de detectarse cualquier tipo de plaga o situación grave que pueda generar riesgos para la salud pública". Con carácter general, una ver alertada por el Ayuntamiento, debe actuar en "un tiempo máximo de actuación de ocho horas, desde la puesta en conocimiento de la incidencia a la empresa, y sin que en ningún caso pueda exceder de 24 horas".
La empresa realiza además la desinfección y desinsectación de edificios públicos y lo hace con distinta regularidad. Así, el Ayuntamiento exige que se intervengan seis veces al año en el cementerio, vestuarios y vehículos de almacenes generales, así como en los calabozos y coches de la Policía Municipal; mientras que en los colegios es tres veces al año y en la casas de cultura y bibliotecas es dos.