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Ongi Etorri Errefuxiatuak es parada en Barakaldo por la policía cuando iba a protestar en Oviedo

Ongi Etorri Errefuxiatuak
Foto: @ArabaOee
Miembros de la plataforma prorrefugiados Ongi Etorri Errefuxiatuak que se dirigían a Oviedo para protestar por la entrega del premio Princesa de Asturias a la Unión Europea han sido parados por la Policía Nacional a la altura del centro comercial Max Center, en Barakaldo. Los agentes han detenido el vehículo cuando se dirigía a protestar porque la Unión Europea ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias a la Concordia 2017.



Nota de prensa de LAB
LAB denuncia el acoso policial sufrido por la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak cuando se dirigía a protestar por la entrega del premio Princesa de Asturias a la Unión Europea

Miembros de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak han partido esta mañana hacia Asturias para denunciar la entrega del premio Princesa de Asturias a la Unión Europea, entendiendo que no se puede premiar de ninguna manera a los responsables del drama de las personas refugiadas.

Nada más comenzar el viaje hacia Asturias, la Policía española ha retenido el autobús organizado por las y los miembros de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak en un control a la altura de Barakaldo, siendo una vez más pisoteadas por el Estado español la libertad de expresión y de crítica así como el resto de derechos civiles y políticos de quienes allí se encontraban. Últimamente estamos viendo este tipo de imágenes en Catalunya, pero en Euskal Herria no son ninguna novedad y la sociedad tiene cada vez más claro que el Estado Español no es un estado democrático.

La Unión Europea es un total fracaso, la crisis política de los y las refugiadas es una muestra de ello. Dejan que las personas mueran en aguas del mar, no ofrecen ningún tipo de solución a quienes que llegan a nuestros puertos después de verse obligadas a huir de sus países intentado salvar sus vidas, y en el peor de los casos, son expulsadas a sus países de origen.

Pero la Unión Europea no se queda ahí y va más allá, valiéndose de todos los medios que tiene a su alcance, difunde entre la población su discurso del odio: que vienen a quitarnos el empleo, que son unos maleantes... Pero es justo lo contrario, no son más que víctimas del actual sistema y no les ha quedado más opción que la de huir. Son como nosotros y nosotras, pertenecen a la clase trabajadora ¿por lo tanto, cómo van a tener la culpa de la precarización de nuestras vidas si son precisamente quienes viven una situación aún más extrema?

Los trabajadores y trabajadoras queremos recibir a las personas refugiadas con los brazos abiertos en nuestras casas y centros de trabajo, y exigimos a las diferentes administraciones que lo hagan posible. Queremos que puedan vivir entre nosotras y que, cuanto antes, se establezca en sus países unas condiciones dignas que les permita regresar a sus hogares de origen.