por Juan Lamadrid
"De 27 concejales que componen el pleno —dos más que el pasado mandato—, 21 han logrado un sueldo a cargo del Ayuntamiento" |
En aquel mítico año 1968, un tal Julio Iglesias cantaba en el Festival de Benidorm esa canción. En su última estrofa, el cantante, entonces no tan bronceado, decía eso de Al final las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen, las continuarán. La vida sigue igual. Aquí unos se fueron y otros vinieron y, de momento, parece que la vida sigue…
Siguen los plenos. A finales de septiembre, el primero ordinario del mandato con cerca de 40 puntos en el orden del día pero sin mucha sustancia, como los que cerraron la pasada. Ningún asunto que afecte directamente a los vecinos, más allá de aprobarse las ayudas a la rehabilitación que estaban esperando desde hacía años 61 comunidades de vecinos. El mismo día, en Bilbao, PNV y PSE —allí sí los dos en el equipo de Gobierno— aprobaban las tasas del próximo año 2016. El futuro. En Barakaldo todavía mirando al pasado.
Y sigue el Ayuntamiento con la misma asombrosa capacidad de generar empleo en un municipio con una tasa de paro que ronda el 18%. De 27 concejales que componen el pleno —dos más que el pasado mandato—, 21 han logrado un sueldo a cargo del Ayuntamiento, esto es, a cargo de los barakaldeses. A eso hay que sumar cuatro asesores de PNV-Gobierno, uno de PSE-Gobierno-noGobierno, uno de Irabazi y los administrativos para los grupos políticos. Y lo que venga. Que aprenda Lanbide.
Y sigue el cruce de críticas. Lo que era un cruce de reproches y acusaciones entre el PNV y el PSE ha pasado a ser un cruce de quejas y censuras entre el PSE y el PNV. También la oposición-oposición sigue con sus críticas, y los de Berri-Otxoak siguen con sus denuncias de recortes sociales. Y siguen los recortes. Y los pivotes y bolardos, ahora en retirada. Lo dicho, la vida sigue igual… y lo sabes.