Más que satisfechos. Los integrantes de la "iniciativa sociopolítica" Irabazi (IU, Equo, Alternativa Republicana) admiten que ellos mismos no esperaban los resultados que han conseguido en las elecciones municipales del 24 de mayo. Con cuatro concejales, cuadruplica la representación que ha tenido Izquierda Unida-Ezker Anitza en el pasado mandato. El portavoz del grupo, el educador de calle Eder Álvarez (1984), reconoce que las cosas no hubieran sido igual si el conflicto interno de Podemos en Barakaldo no hubiera impedido a ese partido estar en los comicios. Pero del mismo modo advierte de que también se podía haber producido un vuelco total en el Ayuntamiento de Barakaldo en caso de que hubieran fructificado las negociaciones para un frente único. Álvarez responsabiliza a terceros de la imposibilidad de una coalición, que se va a seguir negociando para el futuro. De momento, Irabazi interpreta que las elecciones han generado un bloque de izquierdas —la suma de Irabazi con EH Bildu— que empata a ocho votos con el PNV así como con un PSE con el que ve "imposible" confluir en este momento. También advierte a los nacionalistas de que, igual que pueden recibir apoyos, le tendrán enfrente si el "pacto en la sombra" con el PSE se concreta en un continuismo en la política de "privatizar servicios y recortes sociales".
Pregunta. ¿Cómo valora los resultados electorales?
Respuesta. Aunque suene a tópico, nosotros nos presentábamos en un principio para disputar la alcaldía, otra cosa es cómo han ido viniendo los acontecimientos. Pero el resultado es bueno, con cuatro concejales yendo tan sólo Equo, Izquierda Unida e independientes, cuando en otros sitios han estado con Podemos y otras opciones. Por eso lo valoramos positivamente porque, tal y como venían las cosas en los últimos meses ni nos planteábamos este resultado. Con haber conseguido dos, para tener grupo propio, ya nos habíamos dado por satisfechos. Cuatro demuestra también que se ha hecho un buen trabajo de campaña en la calle pese a todos los palos en la rueda.
P. ¿Irabazi se planteaba un gran frente?
R. Sí. Nosotros empezamos a mover esta iniciativa sin hacerla pública. Nos reunimos con todas las entidades sociales y también con Podemos, a principios de noviembre. Creemos que si se hubiese hecho una gran coalición hubiésemos estado en disposición de estar entre los partidos que disputan la alcaldía.
P. ¿A quién imputa la responsabilidad de que fracasara ese frente?
R. Cada uno tenemos que hacer nuestra lectura de por qué ha fracasado. Nosotros hemos hecho todo lo posible. La gente que integramos Irabazi estamos tranquilos porque hemos hecho un buen trabajo. La lectura la tendrán que hacer otros que se han quedado fuera de la coalición y de poderse presentar a las elecciones.
P. ¿No asume entonces ninguna responsabilidad como Irabazi?
R. Nosotros nos reunimos en noviembre con Podemos y nos dijeron que estaban en proceso de consolidar su proyecto interno. No nos llamaron hasta finales de enero. Nos sentamos con ellos y también con Barakaldo Decide. Tuvimos cuatro reuniones y no se pudo llegar a un acuerdo programático. Nosotros insistimos en un proyecto conjunto pero no se pudo hacer.
P. ¿De verdad cree que un gran frente hubiera tenido opciones de lograr la alcaldía?
R. Sí. No sé si sólo con el gran frente, como en Madrid o Barcelona, pero posiblemente hubiéramos estado en disposición de hacer una coalición para la alcaldía desde la izquierda.
P. ¿En mé medida se ha beneficiado Irabazi de la ausencia de Podemos en las elecciones municipales?
R. Si hubiesen concurrido, no habíamos sacado 5.582 votos y seguramene no tendríamos cuatro concejales, porque Podemos sale más en los medios que nosotros. Pero el trabajo que se ha hecho ha sido muy bueno y nos habría asegurado grupo político, con dos ediles.
P. Pero no apuntan a ello los resultados de la elecciones forales, donde Irabazi logró apenas un 5% de los votos válidos, la mitad que en las locales.
R. Sí, en las forales nos hemos mantenido prácticamente en los mismos votos que logró en 2011 Ezker Batua-Berdeak. Hemos hecho lectura de resultados y creemos que ha podido afectar el que desde Irabazi sólo enviamos a los domicilios la papeleta para las municipales, lo que dio opción a la gente a elegir a Podemos en las mesas electorales.
P. Si se tiene en cuenta la evolución desde 1979, no han sido sus mejores resultados. Izquierda Unida tuvo más apoyo tanto en 1995 como en 2003. ¿Es su techo?
R. En 1995 veníamos del momento álgido con Julio Anguita y en 2003 no estaba la izquierda ‘abertzale’. En cuanto a nuestro techo, yendo solos puede estar en torno a los 6.000 o 7.000 votos, siendo optimistas. Estos datos confirman que si se quiere optar a la victoria es necesaria la confluencia con otras fuerzas de izquierda.
P. ¿Cómo valoran la actuación de la representación de Izquierda Unida los últimos cuatro años en el Ayuntamiento de Barakaldo?
R. Se ha intentado actuar siempre con coherencia y pensando en una perspectiva netamente de izquierda. Es verdad que hace dos mandatos se realizaron algunas actuaciones junto al PSE a iniciativa de IU, como las escaleras de Burtzeña, pero por nuestra debilidad a la hora de comunicar, los socialistas se pusieron la medalla gracias a que somos una organización pequeña y sin medios. Eso nos hace pagar las colaboraciones con el PSOE, como también se ha visto en Andalucía: el pequeño tiende a ser fagocitado por el grande.
P. Pero en los últimos cuatro años, la ausencia política de Izquierda Unida ha sido palmaria en el Ayuntamiento.
R. Cuando hay un solo representante, en el grupo mixto, no tienes derecho ni a medio administrativo. Esto implica que la persona que es edil tiene necesariamente que trabajar fuera del Ayuntamiento. En el caso de Amaia Martínez además se sumaba su labor como coordinadora federal del área de la mujer en Izquierda Unida, lo que le obligaba a pasar mucho tiempo fuera. Desde la militancia, se ha tratado de estar en el despacho municipal y tener abierta nuestra sede. Pero en el grupo mixto, con un solo representante, hay que enfocar el trabajo más hacia la calle y tejer redes que a lo institucional porque no se puede asumir la carga.
P. ¿Por qué no se sustituyó a Martínez si no disponía de tiempo?
R. fueron circunstancias internas ocurridas hace cuatro años las que llevaron a designar a Amaia Martínez, posiblemente porque no llegábamos a tiempo para un relevo generacional preparado. No teníamos las personas idóneas para sumir esa responsabilidad. Pero Amaia ha hecho un gran trabajo estos cuatro años teniendo en cuenta las circunstancias, y desde la asamblea se ha hecho un gran trabajo de tratar de tejer redes y comprender que había que cambiar hacia otra forma de hacer política.
P. ¿Es Irabazi un proyecto cohesionado?
R. Sí. Hemos tenido la suerte de encontrarnos con compañeros de viaje que son una verdadera joya, desde compañeros de Equo a independientes que han visto que Irabazi no es una coalición ni Izquierda Unida vestida con otra camisa sino realmente una apuesta vive que crece en cada asamblea.
P. ¿Confía en que no se repetirán los problemas internos que han tenido el Partido Comunista e Izquierda Unida en Barakaldo?
R. El mero hecho de que sea una alternativa tan plural no da lugar a estas guerras. Es una cosa tan dinámica que no hay líderes sino que intentamos hacer todo lo más plural posible, teniendo en cuenta a todas las personas de la asamblea, las organizaciones y las gentes que a título individual vienen de las asociaciones.
P. ¿Cómo va a condicional a Irabazi Barakaldo la evolución que tenga Izquierda Unida a nivel nacional?
R. Irabazi Barakaldo viene para quedarse y también en Euskadi, y para intentar aunar a las formaciones de izquierda que se han quedado por el camino —no sólo Podemos—.
P. ¿Será así aunque Izquierda Unida desaparezca?
R. Izquierda Unida no va a desaparecer. Tenemos nuestros problemas, sobre todo en la federación de Madrid, pero no va a desaparecer. Hay que apostar por una confluencia. Se ha visto que donde hemos ido las organizaciones de izquierda juntas hemos tenido hemos tenido opciones de ganar. Y por mucho que otros digan que no, que van a ir con su marca, son las circunstancias las que van a obligar a hacer algo conjunto. No olvidemos que tenemos las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina y está a punto de cerrarse allí algo parece a Barcelona en Común. ¿Quién va a decir que no a una confluencia a nivel nacional si en Cataluña puede ganar o quedarse a las puertas?
P. ¿Van a intentar de nuevo el frente común en Barakaldo?
R. Sí.
P. ¿A pesar de los problemas internos de Podemos en Barakaldo?
R. Entendemos que todas las personas con sensibilidad de izquierdas, ecologisya y feminista, tenemos que ir juntas, independientemente de los problemas que tenga cada organización. En Podemos hay gente muy válida y que ha apostado desde el principio por una confluencia. Por distintos motivos no se ha podido lograr ahora pero tenemos cuatro años para las próximas elecciones municipales para lograr una concluencia real para disputar la alcaldía.
P. ¿Y una confluencia con Bildu?
R. No. Hay diferencias ideológicas, aunque sean muy grandes las coincidencias en políticas económicas y sociales. El tejido asociativo en Barakaldo no ha leído los resultados como que Irabazi ha sacado cuatro concejales y Bildu otros cuatro, sino que interpreta que la izquierda ha sacado ocho. Estamos hablanco con Bildu para intentar meter todos los goles posibles porque iniciativas que presentemos desde la izquierda con ocho votos va a obligar a PNV y PSE a posicionarse, y con 16 salen las propuestas adelante.
P. ¿Va a hacer unidad de acción?
R. En ciertos ámbitos, a lo mejor sí. De hecho, en el pasado mandato seguro que son más del 80% de las iniciativas que Izquierda Unida y Bildu hemos votado conjuntamente.
P. ¿Cómo va a ser su relación con el PNV?
R. Si realmente quiere cambiar las cosas y la forma de hacer, ir hacia algo participativo y luchar, sobre todo, contra la exclusión social, no vamos a tener un problema en apoyarle. Ahora, si es el PNV que ahonde en las privatizaciones y el PNV de la Troika, nos va a tener enfrente y en las calles.
P. ¿Y una posible alianza con el PSE?
R. El Partido Socialista ni siquiera nos ha llamado para la sesión de elección de alcalde. Algo tendrá por ahí. No ha habido ningún contacto. A nosotros ólo nos ha llamado Amaia del Campo, y nosotros hemos estado con Bildu.
P. Sin embargo, en el pasado mandato, Izquierda Unida aprobó las tasas propuestas por el PSE en el primer año de ejercicio.
R. Cuando se aprobaron fue porque realmente creíamos que se hacía un avance en temas redistributivos. Si el PNV presenta unas tasas e impuestos redistributivos, no vamos a tener ningún problema en apoyarlo, sin pensar en las elecciones.
P. ¿Qué va a ocurrir con sus salarios como concejales?
R. Nuestro código ético señala que es un máximo de tres veces el salario mínimo interprofesional. El resto se donará a Irabazi.
P. Para los barakaldeses no supone ningún tipo de ahorro.
R. Vamos a proponer que se bajen los sueldos de los cargos públicos y la liberaciones, como ya se hizo y no se aprobó en el Ayuntamiento.
P. ¿Qué decisión van a adoptar respecto a los cargos de confianza política pagados con cargo al Ayuntamiento?
R. Dijimos que renunciaríamos siempre que no fueran estrictamente necesarios. Estamos pensando si los necesitamos o no. Teniendo en cuenta nuestro perfil, creemos que nos vendría muy bien una persona especializada en temas locales y de derecho —todos los días salen sentencias—. En un momento dado, podremos solicitar un asesor hasta que sea necesario.
P. Irabazi tiene, con diferencia, el grupo de concejales más jóvenes y, por lo tanto, el más inexperto.
R. Sí, puede ser que en el Ayuntamiento seamos los más inexpertos, pero venimos del movimiento asociativo y Ana Rosa Sánchez sí tiene experiencia en el Ayuntamiento. Además, tenemos la ayuda de los exconcejales de Izquierda Unida Amaia Martínez y Casimiro Castaño.
P. Su programa electoral parece poco definido e ingenuo, si se tiene en cuenta cómo ha funcionado el Ayuntamiento en las dos últimas décadas.
R. El mayor problema de la institucional municipal es que completamente opaca. En el momento que se articule un modelo de gestión realmente participativo, que sean los ciudadanos y entidades sociales las que fiscalicen el modelo, es cuando se va a poder controlar de verdad. Ahora mismo estamos aterrizando y nos estamos quedando asombrados de lo opaca que es la institución en sí. En el mandato pasado, incluso para pedir un informe ponían toda clase de trabas para poder copiarlo. No puede ser. esto tiene que cambiar. Ya lo hemos hablado con el PNV. Hay que facilitar la labor de la oposición y fiscalizadora, y ahondar en el tema participativo. Que se pongan en marcha no sólo los consejos de distrito sino que se articulen consejos participativos con las entidades en cada área para que controlen la gestión municipal.
P. ¿Va a ser Irabazi capaz de llevar a ras de suelo las propuestas utópicas que lleva en programa?
R. Aterrizaremos lo antes posible y mientras ponemos en marcha la maquinaria de Irabazi en Barakaldo para llegar con todas las personas a todos los barrios, y ser realmente —y no es ninguna utopía— el eje de transmisión entre las entidades y los vecinos con el Ayuntamiento, ser realmente un instrumento para que la gente pueda llevar sus solicitudes al pleno, que ahora mismo no sabe cómo hacerlo.
P. A Irabazi le corresponde dos liberaciones o concejales con salario especial por dedicación al 100%. ¿Cómo lo van a gestionar?
R. Vamos a empezar con una persona liberada completamente —Ana Rosa Sánchez— y otra a un tercio —Eder Álvarez—. De momento no se va a utilizar el resto de las liberaciones que corresponden a Irabazi. Vamos a tomarnos hasta enero un tiempo de prueba para ver cómo funcionamos y entonces decidir si completamos las liberaciones. Ramón Sánchez —que no puede reducir su jornada laboral— estará en el Ayuntamiento un tercio de los días y Maider Urbaneta acudirá por las tardes.
P. ¿En qué se va a diferenciar el trabajo de Irabazi respecto al resto de los grupos?
R. Irabazi rompe la lógica de partido. Cuando decimos que es una iniciativa sociopolítica realmente nos lo creemos, que va más allá de un grupo municipal. Vamos a intentar llegar a todas las asociaciones y tenerlas en cuenta a la hora de tomar nuestras decisiones. No vamos a funcionar con una estructura partidista al uso.
P. ¿Cómo va a afectar a Barakaldo el pacto firmado a nivel de Euskadi por parte del PNV y PSE?
R. El PNV —y así se lo he trasladado a Amaia del Campo— tiene la oportunidad histórica, si es verdad lo que ha dicho durante la campaña, de cambiar el modelo de hacer las cosas. Si se le impone desde arriba un pacto en la sombra con el Partido Socialista, no sé hasta dónde va a llegar. Si se van a proteger entre sí y se van a aprobar los presupuestos, seguramente nos encontremos con un muro frontal a todas las propuestas que presentemos desde la izquierda. Esto se va a ver rápidamente y va a repercutir en las calles.
P. El actual reparto de fuerzas en el Ayuntamiento, ¿generará inestabilidad e incluso un posible cambio de la alcaldía?
R. La oportunidad también la hubo en el pasado mandato. Otra cosa es que no se quisiese que el PNV derribara al PSE. Estamos en una situación que permite hacer cosas que antes la izquierda no podía con cinco. Ahora con ocho sí se pueden hacer y presionar con el apoyo de los colectivos sociales. Si el PNV va a continuar una política continuista, con el PSE, recortes, privatizaciones y opacidad, estarán cavando su propia tumba de cara a las elecciones municipales de dentro de cuatro años.
P. ¿Hay alguna posibilidad de una confluencia de Irabazi con el PSE?
R. Mucho tiene que cambiar el Partido Socialista. Ahora mismo me parece una cosa imposible. Es que ni siquiera nos han llamado para la elección de la alcaldía. Da una pista muy grande de por dónde van los tiros.
P. ¿Y si hay una renovación interna en el Partido Socialista?
R. No son sólo las caras sino las políticas lo que tiene que cambiar. Venimos escarmentados de caer siempre lo mismo, como en Andalucía, donde se pactan unos puntos, queda el 80% sin cumplir y es Izquierda Unida la que paga el pato.
P. ¿Qué política espera del PNV?
R. Tendrán nuestro apoyo si quieren otra manera de gobernar Barakaldo. Pero si van a seguir en la línea del PNV de privatizar servicios y recortes sociales, vamos a estar en confrontación directa, como hemos tenido con el PSE.
P. ¿Cree que el PSE puede bloquear el funcionamiento municipal?
R. No. Creo que el Partido Socialista va a entrar en desbandada. Veremos en qué medida el pacto en la sombra con el PNV le afecta.
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