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El PNV critica al alcalde por su "ejercicio autoritario, prepotente y arbitrario" del poder

La portavoz del PNV, Amaia del Campo
La portavoz del PNV, Amaia del Campo, ha denunciado el "ejercicio autoritario, prepotente y arbitrario" del poder por parte del alcalde, Alfonso García Alonso (PSE), y le ha acusado de "secuestrar el derecho que tienen los vecinos de enterarse y conocer la gestión económica del Ayuntamiento". El ataque de la edil nacionalista, publicado en su blog, se producen ante al reiterada negativa del regidor a que la oposición pueda hablar en el pleno cuando se informa sobre algunas decisiones del equipo de gobierno municipal (PSE). Del Campo reclama un cambio para prevenir el "el alejamiento de la ciudadanía de la vida política" y añade que "el mayor antídoto contra el despilfarro, la corrupción y la mala gestión es la transparencia".

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Artículo de Amaia del Campo
Es necesario que el Ayuntamiento de Barakaldo asuma un compromiso con la transparencia

El diagnóstico es ampliamente compartido entre la sociedad. Ya no hay lugar a dudas. Estamos viviendo un momento de cambio evidente e irreversible en la percepción que la ciudadanía tiene de sus instituciones públicas y de aquellas personas que las gestionan. Se ha extendido de manera imparable un sentimiento de desapego, desprestigio, desconfianza, desafección y desesperanza de la ciudadanía hacia la clase política y las instituciones públicas.

Ante este escenario, resulta ineludible recuperar la confianza de la ciudadanía apostando de manera decidida por dar un sentido real y coherente a la transparencia en las Administraciones Públicas y por lograr la incorporación progresiva de los principios del buen gobierno a la gestión cotidiana de nuestras Administraciones.

Ha llegado el momento de implementar políticas dirigidas a las personas. Por tanto, la proximidad y la participación se configuran como un eje fundamental para poder llegar a la gente. Los Ayuntamientos, como Administraciones más próximas al ciudadano, van a jugar un papel esencial en la recuperación de esta credibilidad llevando a cabo una gestión transparente, como sustento, junto al comportamiento ético, de un buen gobierno.

Ello implica situar a la ciudadanía en el centro de los procesos de decisión, asumir que son protagonistas de la actividad política, y cambiar de raíz la forma de relación entre representantes y representados, poniendo toda la información sobre los procesos de decisión a disposición de la ciudadanía en tiempo real.

Solo cuando la ciudadanía tiene a su alcance los instrumentos necesarios para conocer cómo se toman las decisiones que le afectan, cómo se utilizan los fondos públicos o cuál es la actividad pública y política de nuestras instituciones y responsables políticos y bajo qué criterios actúan, es cuando puede opinar, exigir y participar con eficacia. El conocimiento y análisis previo de la información es un requisito para la participación eficaz en la gestión de los asuntos públicos y en los procesos de toma de decisiones de las instituciones, y para poder exigir cuentas de su actuación.

En pleno siglo XXI resulta inaplazable cambiar las formas de relación de las Administraciones con su ciudadanía favoreciendo la cooperación y colaboración en la vida pública. Es absolutamente necesario trabajar en favor del desarrollo de una nueva forma de gestión de nuestros Ayuntamientos en los que la actividad administrativa debe estar abierta a todos los niveles para el escrutinio eficaz del público y de su supervisión. Es preciso ofrecer información pública de manera accesible a ciudadanía, sociedad civil y empresas, recuperando la credibilidad y legitimidad de las instituciones.

Sin información no hay compromiso ni implicación. Con información, la ciudadanía deja de ser agente pasivo, exclusivamente receptora de mensajes, para pasar a configurarse como activa, interesada en las decisiones que le afectan, que le importan, y en las que puede tomar parte de manera eficaz, fácil y constante.

En definitiva, no hablo de propaganda ni de cosmética, sino de garantizar el libre flujo de la información. No se trata solamente de cumplir una serie de requisitos que te permitan obtener una valoración destacada en un ranking obtenido con base en una batería de indicadores. Es una exigencia que va mucho más allá del simple acceso a la información, entendido como el reconocimiento del derecho de la ciudadanía a conocer la información producida y controlada por los poderes públicos. Significa apertura y que esa apertura conduzca a una mayor participación ciudadana, a instituciones más representativas y, en definitiva, a una sociedad más democrática.

El ejercicio de la transparencia no sólo depende de que la ciudadanía tenga acceso a la información pública, sino que ésta va más allá. La transparencia es la posibilidad de que puedan conocer con mayor detalle qué ocurre (y cómo) dentro de nuestro Ayuntamiento, y qué resultados e impactos generan los poderes públicos con las leyes y políticas públicas que son puestas en marcha.

FALTA DE TRANSPARENCIA EN BARAKALDO

Nada de todo lo comentado al respecto del ejercicio de la transparencia municipal es compatible con el ejercicio autoritario, prepotente y arbitrario que se está llevando a cabo desde el Ayuntamiento de Barakaldo para ordenar los debates en los plenos municipales ni con la labor obstructiva ejercida desde la propia institución para poder intervenir cuando se informa de las daciones de cuenta y de los decretos aprobados por el Gobierno municipal.

Desde la entrada en vigor del Reglamento Orgánico Municipal en septiembre de 2000, ha sido práctica habitual que los grupos de la oposición, en ejercicio de nuestras responsabilidades, intervengamos en la dación de cuentas de asuntos de contenido presupuestario.

En los 14 años de vida del ROM, han ejercido su labor tres alcaldes y dos secretario municipales, y ha sido el actual alcalde quien ha decidido, en contra de lo permitido por sus antecesores, vetar a la oposición el uso de la palabra en tales asuntos y convertir las sesiones del pleno municipal en un órgano a su servicio en el que los asuntos solo se debaten y votan si son de su interés, denegando la inclusión en el pleno de algunas mociones planteadas por la oposición e incurriendo y permitiendo la falta de respeto en el desarrollo de los debates.

Las prácticas prepotentes y autoritarias del alcalde de nuestro municipio silenciando a los grupos municipales de la oposición y secuestrando el derecho que tienen los vecinos de enterarse y conocer la gestión económica del Ayuntamiento no son compatibles con las propias de un cargo público que apuesta de manera sincera y decidida por formas de gobernar más abiertas y transparentes.

Un Ayuntamiento auténticamente transparente fomenta y promueve la rendición de cuentas ante la ciudadanía y proporciona información sobre lo que está realizando y sobre sus planes de actuación facilitando el acceso a esta información pública de manera sencilla y clara, permitiendo de esta manera que la ciudadanía pueda realizar un control de la acción de gobierno.

Permite garantizar el acceso libre a la información generada por la actividad cotidiana de la Administración Pública, posibilitar la máxima transparencia en la gestión pública e implicar y comprometer a la ciudadanía y demás agentes en el propio trabajo del Ayuntamiento. Nada más lejos de la realidad que vivimos cotidianamente en nuestro Ayuntamiento.

Si realmente se quiere acercar y hacer cada vez más estrecha la relación entre el Ayuntamiento y la ciudadanía evitando el alejamiento de ésta de la vida política, es absolutamente ineludible que nuestro Ayuntamiento asuma un específico compromiso de transparencia que permita a nuestros ciudadanos conocer el grado de cumplimiento de los acuerdos de los plenos.

Porque no debemos olvidar que el mayor antídoto contra el despilfarro, la corrupción y la mala gestión es la transparencia.