Marela Estévez Campos | Fotos cortesía de Sara García Pereda y Claudia Bellín
• Bonito Editorial se presenta el 26 de abril en Espacio Aerre en Bilbao con una charla y una exposición del proyecto editorial •
En una época de crisis, en la que la falta de ingresos y la competencia del libro digital está forzando el cierre de editoriales y librerías, la barakaldesa Elisabeth Pérez (1988) ha decidido dar vida a uno de sus sueños y crear su propia editorial.
Bonito Editorial, que así se llama, se estrena con dos de sus cuentos ilustrados: ‘Memoria de un pez bueno’ y ‘Calabazas’. La empresa ha sido financiada con sus ahorros y con una ayuda para pagar autónomos recibida en un curso de creación de empresas en el que participó.
Orgullosa estudiante del colegio Salesianos de Barakaldo, donde colaboró durante años en labores de voluntariado, Elisabeth Pérez es licenciada en Bellas Artes y ha realizado un máster en Artes y Ciencias del Espectáculo. En la actualidad se encuentra en Florencia (Italia) realizando un curso de especialización anual en gráfica editorial en el Istituto Europeo di Design (IED).
Es colaboradora del Departamento de Educación y Acción Cultural del Museo de Bellas Artes de Bilbao, en labores de ilustradora, escritora y educadora en programas para familias. Trabaja además en proyectos como escenógrafa, realizadora, ayudante en audiovisuales, profesora de arte en colegios y casas de cultura, o ilustradora entre otras cosas.
Instalada entre términos que a la mayoría de los mortales no les dicen nada —papel conqueror, vegetal, craft, gramajes, 'stampings'— su objetivo principal es crear obras "bonitas", libros especiales y álbumes ilustrados cuyo valor esté en el continente tanto como en el contenido. Libros objeto con vocación de minoritarios en los que prime la calidad sobre cualquier otra valoración. Con una venta fundamentalmente 'online', los ejemplares creados por esta empresaria utópica pueden encontrarse ya en distintas librerías de España. En Barakaldo es
Milo's la que se ocupa de su distribución.
El próximo 26 de abril todo el equipo de Bonito Editorial se presentará en Espacio Aerre en Bilbao con una charla y una exposición del proyecto editorial que incluirá la caligrafía de Begoña Viñuela, las fotos de Sara García Pereda y los originales del cuento ‘Calabazas’.
Pregunta. ¿Es una buena idea crear una editorial en una época como ésta?
Respuesta. Mucha gente pensará que con la crisis que estamos sufriendo es un suicidio invertir en un negocio dedicado a los libros. Yo creo que siempre es buena idea invertir tu esfuerzo en algo que te ilusiona, en mi caso mi editorial. Supongo que porque el mundo del arte está continuamente en crisis y porque invariablemente he tenido que adaptarme y buscarme la vida para trabajar en lo que me gusta.
P. ¿Por qué ahora?
R. Es lo que quería hacer y era éste mi momento, no me he parado a ver si es el momento del resto, pero sí creo que en tiempos difíciles es importante hacer cosas que puedan sacar sonrisas a la gente y tal vez yo lo consiga con mis libros. Eso espero.
P. ¿Cuál es la historia de Bonito Editorial?
R. La de una chica que escribía y dibujaba todo lo que se le pasaba por la cabeza. Que comenzó guardando sus historias en una carpeta, después en un maletín y que, cuando ya había muchos cuentos que guardar, los metió en una maleta. Esa maleta se abría sólo de vez en cuando y eran pocos los que leían mis historias tomando una taza de té. Una de esas veces, una mujer a la que acababa de conocer se emocionó y empezó a llorar. Fue ahí cuando pensé que tenía que hacer algo para sacar mis cuentos de la maleta. Después he ido peldaño a peldaño y en un año y medio he conseguido tener mis libros en la calle.
P. En cuanto al nombre 'Bonito', ¿no se crea un poco de confusión entre el pez y el adjetivo?
R. Esa era mi intención. ‘Bonito’ es una palabra que utilizo bastante a menudo y siempre me han gustado los peces, me he dibujado siempre como un pez y he escrito sobre ellos. Fue fácil llegar a ese juego de palabras para denominar a mi editorial. Quería que la gente al coger los libros dijese "¡qué bonito!"
P. ¿Dónde han obtenido los fondos para financiar estas dos primeras obras?
R. Los fondos básicamente han sido mis ahorros. Hice un curso de creación de empresas que me daba una ayuda para pagar autónomos que fue directa a la inversión junto al dinero que había reunido después de años ahorrando. Y ahora sigo trabajando en mis encargos de vídeo, ilustración y educación para poder pagar gastos, autónomos y, básicamente, sobrevivir, pues me he independizado hace año y medio y la editorial es un negocio a futuro. De hecho, ahora me encuentro en Florencia haciendo un curso de gráfica editorial aprovechando que me han concedido una beca de excelencia de
BizkaiaTalent para formarme en el extranjero gracias a mi expediente académico.
P. ¿Ha recuperado la inversión?
R. Estoy muy contenta porque en los tres primeros meses he recuperado casi el 20% de la inversión total. El resto del dinero invertido en los libros lo iré recuperando poco a poco. Estoy organizando la distribución y acabo de tener varias citas en la feria del libro de Bolonia para distribuirlos también por diferentes puntos de Italia. Pero todo lo que vaya ganando gracias a los libros es de la editorial y está destinado a hacer más libros. Algo que no me preocupa, me lo tomo como un dinero gastado en algo que me gusta. Hay gente que se compra un coche con lo que ahorra y yo me he comprado un montón de cuentos de papel bonito.
P. P¿Quiénes son los integrantes del equipo?
R. En realidad, Bonito Editorial, a nivel empresarial, en cuanto a inversión y toma de decisiones soy solamente yo. Pero no podría existir sin Sara García Pereda y Begoña Viñuela. Son las dos personas que más me han ayudado desde que comencé con la idea de la editorial, además de ser mis amigas del alma.
P. ¿Quién es Begoña Viñuela?
R. Es una muy conocida calígrafa a nivel nacional. Ha abierto ahora su escuela
Caligrafía Bilbao donde imparte unos cursos exquisitos, además de encargarse de hacer letras y logotipos para empresas nacionales y extranjeras, trabajar para la revista
SModa de
El País y ser reclamada para dar ponencias y talleres allí donde se valora la destreza con las plumillas. Es impresionante verla trabajar y deslizar la tinta sobre las láminas, es como un baile precioso. Hay muy pocas personas que estén tan formadas como ella.
P. ¿Y Sara García Pereda?
R. Sara es mi fotógrafa favorita. Trabaja en analógico y consigue unas texturas preciosas. Tiene una sensibilidad espectacular para retratar momentos con atmósferas misteriosas, luces suaves, instantes de soledad, pensamientos de personas y lugares, de rincones, de colores azulados y cálidos bañados en una dulzura triste que me encanta.
P. ¿Qué función ha tenido cada una de ellas en el proyecto?
R. Sara se ha encargado de realizar las fotos de producto de los libros y gracias a eso quien compra 'online' los cuentos ve perfectamente cómo son. Bego se ha encargado del 'lettering' del logo de Bonito y en un futuro me gustaría que se encargase de las letras de alguno de mis cuentos. Sé que su modo de trabajar la caligrafía enriquecería mucho mis ilustraciones.
P. ¿Ha contado con algún colaborador más?
R. Julen Sáenz que es el diseñador gráfico de
Carne de Gallina, al que conocí realizando un '
pechakucha' con los chicos de
Creativity Zentrum, y con el cual he crecido en paralelo a nivel profesional. Cuando nos conocimos teníamos cada uno nuestros planes de futuro, él como diseñador en Barcelona y yo como posible futura editora. Al cabo de un año cada uno hemos conseguido lo que nos habíamos propuesto, él trabaja en una de las agencias de publicidad más importantes de España y yo tengo ya mis cuentos en las librerías.
P. ¿En qué ha consistido su colaboración?
R. Estamos muy unidos y me ha ayudado en el proceso de selección de imprentas, me ha aconsejado sobre acabados y demás detalles técnicos. Los tres han aportado su experiencia y por eso decidí que todos ellos debían aparecer como el equipo de Bonito Editorial y que todo el que accediese a nuestra web pudiese tener acceso directo a sus trabajos. Me siento muy afortunada de estar rodeada de gente tan buena y con tanto talento.
P. ¿Cómo decidió ficharlos?
R. Al conocer su trabajo —como ha ocurrido en el caso de la editorial
Belleza Infinita que
me distribuye parte de los libros— y también al conocerles personalmente, saber de primera mano lo que hacen, cómo lo hacen y que nuestro nivel de entendimiento es total.
P. ¿Tiene con ellos algún tipo de contrato?
R. Mis colaboradores son mis amigos, por lo que solemos hacer trueques. En el caso de la maquetación, en cambio, fue un encargo puntual, que se pagó en función del presupuesto dado. No tengo a nadie contratado, me encargo yo de todo. En cuanto a la distribución, se queda el 50% del precio del libro, ya que las librerías se llevan el 25, 30 o 35 y cobran en función de las ventas.
P. ¿Tiene dedicación plena a la empresa o la compagina con otros trabajos?
R. Lo compagino con muchas cosas. No sería posible mantenerme sólo con la editorial. Ahora estoy en Florencia gracias a una beca de excelencia que me han concedido para poder formarme en gráfica editorial, y así poder ahorrarme el dinero de la maquetación y los nervios de última hora antes de entregar el trabajo a imprenta. Aquí ya me han propuesto trabajar para unos 'spots' de animación y hacer ilustraciones para el menú de un café librería muy bonito. Con el tiempo me irán surgiendo más cosas.
P. ¿Y algún trabajo en Euskadi?
R. Estoy terminando mi proyecto de investigación artística para el Museo de Bellas Artes de Bilbao y también trabajo allí puntualmente para el departamento de educación. Además desde la editorial estoy organizando junto con una asociación italiana unos cursos intensivos de ilustración en BilbaoArte que se impartirán a finales de abril y principios de mayo, así que estaré a caballo entre Florencia y Bilbao.
P. ¿Le queda tiempo para respirar?
R. Sí, ja, ja, ja, un poquito sí. La idea es trabajar mucho para poder mantenerme, dedicar tiempo a la distribución y marketing de la editorial, y aprovechar el curso del IED para hacer unas maquetaciones preciosas de los siguientes libros, pero siempre he tenido este ritmo de vida y lo llevo bien. Mis amigas me llaman la mujer orquesta. Voy a ser escritora, ilustradora, maquetadora y editora, y a la vez seguiré compaginándolo con todo lo demás. Muchas cosas.
P. Bonito empieza con dos libros infantiles. ¿Esa va a ser la línea de la editorial o se plantean editar también otro tipo de literatura?
R. En realidad no son libros infantiles, podría decir incluso que son para adultos. Me gusta hablar de álbumes ilustrados. Esa es la línea de mi trabajo, pero tengo más cuentos escritos, algunos más enfocados hacia el público infantil, otros sin ilustraciones y más densos. Me encantaría poder editar todo tipo de libros, aunque siempre relacionados de un modo u otro con el arte.
P. Cada ejemplar cuesta 30 euros. ¿No es un precio excesivo?
R. Son 30 euros a cambio de un libro objeto, de lomeras enteladas y acabados preciosos, un libro con papeles de calidad y contenidos especiales. Es el modo en el que he decidido trabajar. Podía haber hecho libros más baratos y de peor calidad, pero no era ese mi deseo. Teniendo en cuenta su calidad, son baratos. El precio está ajustado para que con la distribución cubra los gastos de producción.
P. ¿Se dirige entonces sólo a bibliófilos?
R. Me dirijo a quien sepa apreciar las pequeñas cosas, a quien le importe el tacto y la estética además de la lectura a la hora de valorar un libro. Supongo que hay gente que no apreciará el papel conqueror, el craft, el vegetal, los gramajes, los 'stampings', el dorado, las encuadernaciones y los entelados. Pero otras personas sí lo harán y se llevarán los libros a casa como si fuesen un tesoro. Eso es lo que quiero, que mis cuentos sean especiales, no que se vendan como rosquillas.
P. ¿Venderán por Internet o tienen red de distribución en librerías?
R. Las dos cosas. He abierto tienda 'online' por medio de Bigcartel a la que se accede directamente desde la web de la editorial y me distribuye en librerías y museos Belleza Infinita. A parte de eso, ya se pueden encontrar en Barakaldo en la Librería Milo’s; en Bilbao en Anti-liburudenda y en Garabat; Arteka en Durango; en Madrid en Panta Rhei, Arrebato, La Antigua y Venir a Cuento; en París en Philippe le Libraire; y en León en Artemis. En la web se detalla todo y voy añadiendo los puntos de venta poquito a poco.
P. ¿Por qué en París?
R. Porque aparte de trabajar con la ilustración y el vídeo, tengo un máster en artes escénicas y he hecho bastantes cosas relacionadas con el teatro y la escenografía. El viaje de París en un principio lo planeé como algo de ocio, ver una ópera de mi escenógrafo favorito Bob Wilson, junto con el músico Philip Glass, que han vuelto a recrear ‘Einstein on the Beach’ después de 40 años, algo muy especial que me hizo planearlo con muchos meses de antelación. Como ya tenía los libros, aproveché el viaje para patearme la ciudad buscando librerías donde pudiesen querer vender mis cuentos.
P. ¿Cómo ha resultado la experiencia?
R. Me ha hecho entender lo difícil que es llegar a la gente. Hay muchas cribas y las librerías a veces no lo ponen fácil. Prefieren hablar directamente con un distribuidor que les lleva de golpe muchos títulos distintos, antes que con el editor o creador de los libros. Aun así di con una librería muy especial que se llama Philippe Le Libraire en la que el librero me dijo “trés jolie” (muy bonito) y se quedó con ellos. Así que ya se pueden comprar mis cuentos al ladito del Canal Saint Martin, donde Amelie tiraba piedras al agua desde uno de sus puentes.
P. ¿Qué tal la presentación de la editorial?
R. Ha sido única. Uno de los momentos más especiales que he vivido por lo arropada que me he sentido. Pero era una responsabilidad tan grande presentar este proyecto que la verdad es que estuve muy muy nerviosa y se me quedaron muchas cosas en el tintero. Aun así hablé del proceso y de las motivaciones que tuve al escribir e ilustrar los libros, hablé de mi vida, de los pasos que he seguido hasta llegar a este punto. En definitiva estoy satisfecha del resultado.
P. ¿Prevé algún acto más?
R. El próximo 26 de abril voy a hacer algo bonito en Espacio Aerre en Bilbao, acompañada de mi equipo. Vamos a hacer una pequeña exposición del proyecto editorial, donde se verá la caligrafía de Bego, las fotos de Sara y los originales del cuento ‘Calabazas’, además de explicarlo todo a modo de charlita o presentación.
P. ¿Cuáles son los siguientes pasos que va a dar?
R. Me gustaría editar más títulos según vaya recuperando parte del dinero invertido y paralelamente proponer los cuentos a editoriales extranjeras para que se traduzcan a otras lenguas. También estamos organizando en Bonito Editorial junto con una asociación italiana llamada The House of Arts unos cursos intensivos de ilustración que se realizarán en BilbaoArte los próximos meses de abril y mayo. Los impartirán tres ilustradores magníficos que traeremos desde Bélgica, Berlín y Cataluña. Son Carll Cneut, Violeta Lopiz y Roger Olmos, los tres con un currículum de vértigo y unas dotes impresionantes tanto para la ilustración como para la docencia.
P. ¿Cómo ve la competencia de los libros digitales?
R. No lo veo como una competencia. Soy una loca amante del papel y no creo que las personas que sigan mi proyecto tengan que elegir entre un libro digital y un cuento de Bonito. Son cosas que no tienen nada que ver.
P. ¿En qué es superior el libro en papel?
R. No se puede comparar una experiencia meramente visual con otra en la que además de la vista se impliquen el olfato, el tacto y el oído. No hay sonido más relajante que el de pasar una página estando en soledad, oler un libro nuevo o tocar las texturas del papel con los ojos cerrados. Los libros que nos gustan los leemos muchas veces, se sobetean, envejecen con nosotros, es algo que me parece importante.
P. ¿Se queda pues con el libro impreso?
R. No me gusta pensar que si se acaba la batería un libro deja de poder abrirse. Los avances tecnológicos me gustan cuando solucionan problemas y a mí los libros de toda la vida me dan de todo y todo bueno, desde alegrías o llantos en el tren o en el parque, hasta simplemente calzar la pata de una mesa. Son uno de los pocos objetos que se han mantenido prácticamente igual a lo largo de la historia y eso es porque son maravillosos tal cual.
P. ¿Le contaban cuentos de pequeña o se los contaba usted a las muñecas?
R. He sido más de jugar a piratas en la repisa de la ventana que de jugar a las muñecas. Pero sí, los cuentos me los contaban cada noche y los contaba yo también. Vengo de una familia bastante creativa, además de muebles en casa ha habido muchas nubes siempre.
P. ¿Qué quería ser de mayor?
R. He querido ser veterinaria mucho tiempo, tal vez porque siempre he sido un poco silvestre, me crié con mis abuelos y les ayudaba en la huerta, hemos tenido pollos, conejos, un cordero, tortugas, peces e incluso he llegado a traerme a casa una rana y alimentarla cazando mosquitos. Creo que cambié de opinión cuando en el caserío de los abuelos de mi prima Valen, ella me explicó lo que un veterinario tenía que hacer para que una vaca tuviese un ternero. Creo que no se me quitó el susto en bastante tiempo. Pero siempre he dibujado y era algo claro, no podía haber sido otra cosa que lo que soy,
lo mío era estudiar Bellas Artes y crear cosas con las que intentar sacar sonrisas a la gente.
P. ¿Cómo ha influido Barakaldo en su forma de ver el mundo?
R. He nacido y vivido en esta ciudad. Es mi entorno. Creo que me ha ayudado a ser más
consciente de las diferentes realidades que existen en una misma sociedad. Barakaldo es
un pueblo industrial y humilde a la vez que rico, en vida y ambiente. He convivido y crecido con gente de más y menos recursos, con intereses y visiones muy distintos, algunas personas ricas en cultura y otras en experiencias, todas me han aportado cosas.
P. ¿Qué recuerda con más agrado de la anteiglesia?
R. Estoy muy contenta de haber estudiado en Salesianos y haber hecho allí voluntariado con jóvenes barakaldeses durante siete años, en los cuales he aprendido muchísimo. También he trabajado durante muchos años impartiendo clases de dibujo en las casas de cultura de Cruces y Clara Campoamor y he conocido a personas maravillosas. Nunca he sentido mucho arraigo hasta que me fui fuera y me tocó describir de dónde venía o hasta que empecé a añorar los pinchos y los paseos por las calles de mi pueblo. Ahora echo un montón de menos ver los árboles del parque desde mi ventana de Gernikako Arbola, por ejemplo, y salir a tomar algo a Zaballa las tardes de sol.
P. ¿Qué opinan su familia y sus amigos de esta aventura?
R. Creo que están bastante orgullosos de mí. Este proyecto me ha unido mucho a ellos. Me han ayudado muchísimo, han estado a mi lado en absolutamente todo el proceso, por eso saben lo difícil y costoso que ha sido, me han visto cansada, triste, desesperada, feliz, fuerte y siempre han estado ahí, y les he visto llorar de la emoción al ver hechos realidad mis cuentos. Ha sido algo mágico y precioso llevarlo a cabo rodeada de todos ellos. Les quiero muchísimo.
P. ¿Cómo ve el futuro de Bonito Editorial?
R. Lo veo bonito, claro. La editorial seguirá en marcha siempre, creo que voy a estar muchos años dando guerra porque soy una romántica y creo en esto, y porque el tema de escribir e ilustrar para mí es como comer o dormir. Seguro que aunque vengan tiempos difíciles conseguiré seguir ahorrando para convertir ese dinero en nuevos libros bonitos con acabados cuidados como los de estos dos primeros y encontrando puntos de venta para distribuirlos lo mejor posible.
P. ¿Y el suyo?
R. En cuanto a mi futuro lo veo menos claro, nunca me ha preocupado demasiado ni tengo muchas pretensiones, sólo espero ser feliz trabajando en lo que me gusta. No quedarme quieta, no aburrirme, seguir formándome, trabajando en los siguientes proyectos y, si mientras consigo seguir viajando, teniendo a la vez una casa o lugar y formar una familia a la que cuidar, sería perfecto. Soñar siempre se me ha dado bien.