por Adela Estévez Campos | Fotos: cortesía Gotzon Hermosilla
El escritor barakaldés Gotzon Hermosilla Bermejo (1966), licenciado en Sociología y Ciencias Políticas, se dedica profesionalmente al periodismo en el diario 'Berria' y en Radio Euskadi, donde colabora en el programa 'La jungla sonora'. Ganador de varios certámenes de cuentos y autor de los libros ‘Road movie’ —crónica de un viaje a través de los Estados Unidos— y ‘Ramones, familia maitagarria’ —sobre la conocida banda norteamericana—, acaba de editar ‘Barakaldo Revienta. Historia secreta del punk-rock en Barakaldo (1979-2010)’. Este nuevo trabajo recoge información de todo lo que rodeó el fenómeno punk-rock en Barakaldo en los últimos 30 años, con la historia e imágenes de las bandas, los locales de ensayo, los bares, los discos o los fanzines. El libro se puede adquirir en la editorial DDT y en los locales barakaldeses Basterra, El Tubo, Rock eta Golak y Carpe Diem.
Pregunta. ¿Qué pretendía cuando se planteó escribir ‘Barakaldo Revienta. Historia secreta del punk-rock en Barakaldo (1979-2010)’?
Respuesta. Simplemente documentar y dejar constancia escrita de la existencia de una escena musical cuyas raíces se hunden en los finales de la década de los setenta y cuya influencia llega hasta nuestros días. Hasta hace relativamente poco tiempo, el rock’n’roll no ha sido considerado una expresión cultural asimilable a otro tipo de actividades artísticas y si bien hoy en día parece que abundan los libros, documentales, exposiciones e incluso tesis doctorales en torno al mismo, hay todavía un gran vacío.
P. ¿Y por qué se centró en la anteiglesia?
R. En Barakaldo, a lo largo de estos 35 años, ha habido un gran número de bandas de las que apenas nadie se acuerda, que no dejaron nada grabado o de las que ni siquiera existe una mísera fotografía. Yo quería recopilar toda la información posible en torno a esa historia antes de que se perdiera, en parte porque es nuestra historia, la historia que muchos de nosotros y nosotras hemos vivido. La idea de publicar un libro vino después.
P. ¿Qué factores propiciaron el nacimiento y la pujanza del movimiento punk-rock de Barakaldo?
R. Es ya un lugar común afirmar que, siendo la Margen Izquierda una zona que en los setenta y ochenta estaba fuertemente castigada por el paro juvenil, el desastre urbanístico y medioambiental, la precariedad laboral, la conflictividad política, la marginalidad y, posteriormente, el auge de ciertas drogas duras, toda la comarca era terreno abonado para que surgieran grupos musicales caracterizados por su adscripción a las corrientes musicales más radicales e inconformistas. Es, como digo, un lugar común, pero un somero análisis de los grupos que surgieron en aquella época indica claramente que detrás de ese lugar común había una realidad incontestable.
El antiguo matadero era sede de Zirika Irratia. Foto: BarakaldoDigital |
R. Por supuesto que no todos los grupos surgidos en la Margen Izquierda en los ochenta tendían a los sonidos más duros, pero el predominio del punk rock, el heavy metal, el rock duro y géneros afines es una realidad estadística que puede comprobarse echando un vistazo al listado de los discos que se publicaron en aquella época.
P. ¿Por qué el movimiento fue más importante en Barakaldo que en Sestao o Portugalete, por ejemplo?
R. En toda la Margen Izquierda, Barakaldo era la localidad más poblada, por lo que también es lógico que en sus calles hubiera mayor número de jóvenes y, en consecuencia, el número de grupos y la actividad musical fuera mayor.
P. ¿Se hubiera producido esa eclosión sin la existencia de El Búnker?
R. Seguramente sí. De hecho, El Búnker como infraestructura para poder ensayar tenía unas limitaciones bastante evidentes (debido sobre todo a la gran cantidad de grupos que acogió) y probablemente, si no hubiera existido, los grupos, al menos los más activos y los que más claras tenían las cosas, se hubieran buscado la vida para conseguir otro local de ensayo.
P. ¿Qué papel jugó entonces ese local?
R. En mi opinión, su importancia fue otra: dio al movimiento de los “grupos locales” (expresión que se utilizaba mucho en aquella época y que hoy en día muchas bandas rechazan por sus connotaciones peyorativas) una cierta cohesión, cierta homogeneidad, la sensación de pertenecer a un colectivo. Las bandas estaban juntas en El Búnker, se relacionaban entre ellas, debían ponerse de acuerdo para montar la 'txosna' en fiestas de Barakaldo o para hacer llegar sus reivindicaciones al Ayuntamiento, los músicos compartían equipo, a veces la gente pasaba de una banda a otra. Todo ello ayudó a crear esa sensación de comunidad, de movimiento, de escena.
Ensayo de un grupo en los ochenta. Foto: BarakaldoDigital |
R. Yo creo que la importancia del Búnker es más como referencia de un momento concreto de gran efervescencia musical y social que como el local que por arte de magia hizo que surgieran todas esas bandas.
P. ¿Qué diferencia a las bandas de los años ochenta-noventa de las actuales?
R. Muchísimas cosas. Las bandas actuales manejan unas referencias musicales y un abanico de influencias mucho más amplio que el de los grupos de los ochenta, tienen más facilidades para conseguir equipo, instrumentos, local de ensayo y sitios para actuar (aunque sobre esto último habría mucho que decir), técnicamente también tienen, por lo general, mayor nivel. Aunque también es cierto que para la mayoría de ellas, la música es una afición como otro cualquiera, mientras que en los ochenta muchas se lo tomaban como si les fuera la vida en ello. Son épocas distintas a las que corresponden modos de actuar distintos.
P. ¿Y a la música que se hacía (y se hace) en la Margen Izquierda de la del resto de Euskadi?
R. La identificación de la Margen Izquierda con los sonidos duros y el rock’n’roll callejero y contestatario se ha convertido a estas alturas en un tópico. Un tópico que, además, aparece muy pronto. Yo recuerdo comentarios en ese sentido en algunos de los programas de Radio 3 que a principios de los ochenta ponían maquetas de grupos noveles y en los primeros números de la revista Muskaria hay varias afirmaciones en ese sentido.
P. ¿Y en la propia Margen Izquierda?
R. Aquí siempre ha existido la percepción de que Barakaldo y Santurtzi eran más punks, mientras que en Sestao y Portugalete predominaba el heavy y el rock duro. Como digo, son estereotipos que no corresponden en un 100% a la realidad, pero que, indudablemente, tienen una base.
P. ¿Qué ocurre en la actualidad?
R. Es curioso comprobar cómo, de unos años a esta parte, el hip-hop, el rap y estilos similares han experimentado un sorprendente impulso en Barakaldo. Está claro que dichos estilos se alejan de la tradición punk rock de Barakaldo, pero, por otra parte, también es innegable que la cultura del hip-hop está muy relacionada con las realidades urbanas, la denuncia social y política o el barrio. Supongo que dicho auge no es casual y que también tiene sus raíces en la realidad social del Barakaldo actual. Aparte de que cada generación tiene sus propios medios de expresión y es más que probable que las nuevas generaciones de jóvenes barakaldeses interesados en la música se sientan más atraídos por ese tipo de sonidos.
P. El Barakaldo de hoy es muy diferente al de hace 30 años. ¿Cómo es posible que siga vigente un tipo de música que estaba tan unido a las circunstancias sociales y económicas de entonces?
R. Yo creo que el movimiento musical surgido a finales de los setenta y principios de los ochenta estaba claramente influido por las condiciones socioeconómicas de la época, pero también creo que dicho movimiento ha sabido regenerarse y retroalimentarse, hasta el punto que, desaparecido el contexto social en el que dicho movimiento se gestó, algunos grupos se han mantenido hasta la actualidad, incorporándose grupos nuevos. Creo que en ello ha tenido mucho que ver el trabajo desinteresado de mucha gente, incluso gente que no toca en grupos, que se ha volcado en organizar actividades, conciertos, poner sus conocimientos técnicos al servicio de otros grupos y ayudarles a grabar.
P. ¿Cómo ve la situación socio-económica de la que se alimenta la música de los grupos actuales?
R. La pregunta que me planteo es: ¿realmente el Barakaldo de ahora es tan diferente del de hace 30 años? Por supuesto que el modelo de ciudad industrial al que respondía Barakaldo en esa época desapareció con la llamada reconversión industrial, pero el modelo alternativo que nos quisieron vender, la ciudad de servicios del BEC y el Megapark, hizo aguas con el estallido de la crisis económica en 2008. Hoy en día, las tasas de paro juvenil son similares a las de los años ochenta, la crisis se ha llevado por delante algunos de los bares en los que solían programarse conciertos (Victoria, Mellid) y hay gente que, al igual que entonces, vuelve a plantearse como opción real el emigrar a otras latitudes para encontrar trabajo.
P. ¿Las bandas actuales conocen la música que se hacía entonces, la toman como referente?
R La gran mayoría sí. Muchas de las bandas de la última década a las que he entrevistado para el libro afirman que Distorsión, Putakaska o Parabellum son grupos de referencia. Lo dicen incluso músicos cuyo estilo en un principio se aleja del de dichos grupos.
P. ¿Ha variado el predominio del uso del euskera sobre el castellano?
R. No tanto como algunos quisiéramos, pero sí, ha variado. La práctica totalidad del punk rock hecho en Barakaldo durante las décadas de los setenta y ochenta se hizo en castellano. Tenemos que esperar al año 1990 para encontrar la primera canción en euskera en una maqueta (‘Askatasuna’, de Audiencia Nacional) y a 1991 para hallar el primer tema en euskara publicado en un disco oficial (‘Esparru’, de Distorsión, en el Lp ‘Para kitar el stress’).
P. ¿Y en los últimos años?
R. Las cosas han cambiado y ya hay grupos con gran parte de su repertorio en euskera como Izan Ezean o Azken Gaua. Pero, aún hoy en día, si rastreásemos el centenar largo de grabaciones que se citan en el libro y eligiésemos los temas cantados en euskera, apenan tendríamos canciones para llenar un CD.
P. ¿Qué relación tuvieron aquellas bandas con las de la ‘Movida’ madrileña?
R. Algunos de los grupos madrileños de principios de los ochenta (La UVI, que llegaron a tocar en fiestas de San Vicente en 1983; Parálisis Permanente, OX Pow, Larsen, casualmente, grupos contemporáneos de la llamada ‘Movida’, aunque no son los grupos en los que todo el mundo piensa cuando se habla de dicho movimiento musical) eran conocidos en Barakaldo en esa época y fueron una influencia para muchas bandas, pero, por lo demás, no puede decirse que exista una relación con la movida madrileña.
P. ¿Y con la viguesa?
R. El tema de Vigo es distinto. Siniestro Total era un grupo conocido y admirado en Barakaldo y había mucha gente empeñada en traer al grupo a tocar. Pero en verano de 1983 Siniestro Total no atravesaba sus mejores momentos: el cantante, Germán Coppini, había abandonado el grupo en abril y la continuidad de la banda no estaba nada clara. Un barakaldés, Ganso (batería en aquella época de Pleonakis Plektos y posteriormente miembro de gran número de bandas: Putakaska, Distorsión, El Lobo de Armañón o Los Roñas) ni corto ni perezoso cogió el tren y se plantó en Vigo y allí, buscando por los bares, logró dar con los miembros de Siniestro para convencerles para que tocaran en las fiestas del Carmen de Barakaldo de julio de 1983.
P. Lo consiguió.
R. Sí, los Siniestro accedieron a dar dicho concierto y hay quien afirma que la decisión del grupo de no disolverse y seguir adelante sin Coppini estuvo en parte motivada por el citado concierto. Sea como sea, lo cierto es que desde entonces Siniestro Total ha mantenido cierta relación con Barakaldo, han vuelto a tocar por aquí en alguna ocasión e incluso citan a la localidad fabril y a Ganso en el tema ‘Bilbao’ que aparece en el disco ‘Policlínico miserable’ de 1995 (“Admiren el paisaje: a la derecha Erandio, a la izquierda Barakaldo, que es donde vive el Ganso”).
P. El libro habla también de otros aspectos del movimiento, fanzines, locales y discos, entre otras cosas.
R. Toda esta historia no puede entenderse sin la contribución desinteresada de mucha gente que, incluso sin estar en ningún grupo, ha trabajado durante todos estos años para que la escena sea más pujante y divertida: los dueños de los bares en los que se organizan conciertos, la gente de Freak Productions que lleva más de 12 años montando bolos de forma desinteresada o la gente de los fanzines. Una historia del punk rock de Barakaldo que no recogiera esas aportaciones estaría incompleta y por eso se les presta bastante atención en el libro.
P. Hablando de usted, ¿cómo acaba un licenciado en Sociología y Ciencias Políticas dedicándose al periodismo musical?
R. Siempre me ha interesado el periodismo, la literatura y, en general, la comunicación. Incluso cuando estaba cursando la carrera de Sociología compaginaba los estudios con el trabajo en un periódico y colaboraba en la radio libre de Barakaldo, Zirika Irratia. Al acabar la carrera hice algunas cosas como sociólogo, pero enseguida la corriente volvió a llevarme al mundo de la comunicación.
P. ¿Estudió música?
R. No.
P. ¿Tocaba en alguna banda?
R. No.
P. ¿Qué otros tipos de música le interesan?
R. En general, toda la música que tenga cierta dosis de transgresión, que cuestione lo establecido, que se salga de la norma. El punk y el hardcore por supuesto, pero también precursores como los Stooges, MC5 o la Velvet Underground, los Stones en su etapa más macarra, el Lou Reed de los setenta, música industrial como Throbbing Gristle o Cabaret Voltaire, bandas de after punk, Motorhead. La cara B del rock’n’roll, por decirlo de alguna manera.
P. ¿Cómo fue su adolescencia en Barakaldo?
R. Supongo que como la de la mayoría de la gente de mi edad. Muchas ganas de hacer cosas y muy pocas posibilidades de hacerlas.
P. Ha ganado varios certámenes de cuentos, ¿se plantea una carrera como escritor?
R. Si escritor es el que escribe, supongo que soy escritor, porque me gano la vida escribiendo para el periódico en el que trabajo y, además, escribo otras cosas en mi tiempo libre. Si por escritor se entiende esa persona que, a nivel editorial y en los medios de comunicación ha adquirido ese estatus de ‘escritor’, no me interesa demasiado.
P. ¿En su caso, escribir en euskera es una opción política, sentimental, testimonial?
R. No, no es ni política, ni sentimental ni testimonial. Es una opción natural.
P. ¿Tiene algún libro en preparación en este momento?
R. No, por ahora no hay nada concreto.