por Adela Estévez Campos
Jacinto Solís Lavado, barakaldés de la cosecha de los años sesenta, cocinero por vocación, afirma haber terminado sus estudios en la escuela de la vida tras un paso previo por los Paúles. Se marchó de su tierra hace 10 años para buscar un trabajo que no encontraba y lleva uno en
Ámsterdam (Holanda), donde dice haber encontrado un hogar. Tiene un hijo de 23 años cuyo contacto es lo que más añora en la distancia y una lista de caras famosas entre sus amigos de
Facebook que achaca a la casualidad. Y a pesar de los lugares recorridos, no cambia Barakaldo por nada. Su filosofía de vida: "La vida es corta y hacer planes la acorta aún más".
Pregunta. ¿Se dedica a algo relacionado con su formación?
Respuesta. No. Soy cocinero. No está relacionado con mi formación, aunque sí con mi carrera profesional que comenzó siendo vocacional.
P. ¿Cómo es que entre sus amigos de Facebook hay tantas caras famosas?
R. Cuestión de casualidades, para mi todas las personas son 'famosas' en el sentido de que todas tienen algo especial.
P. Lleva un año en Amsterdam, ¿dónde vivía antes?
R. En Tarragona.
P. Habla catalán pero no euskera.
R. Supongo que para un hispanohablante el catalán, al ser una lengua latina, es más fácil de coger, pero tampoco me empeñé en aprenderlo, surgió solo.
P. De los lugares en los que ha estado, ¿con cuál se queda?
R. Primero con mi pueblo, Barakaldo. Allí me crié. Pero después no tengo preferencias. En todas partes cuecen habas.
P. ¿Qué supuso para un barakaldés llegar a Ámsterdam, una ciudad tan abierta y desprejuiciada?
R. En principio era una ciudad más, con sus encantos y llena de perspectivas. Después se convirtió en un hogar.
P. ¿Por qué se fue de Barakaldo?
R. Me fui con 42 años, más o menos, porque tenía que buscarme la vida y allí no estaba nada fácil.
P. ¿Qué echa de menos?
R. Todo. Es mi pueblo y siempre hay morriña, pero sobre todo el contacto con mi hijo.
P. ¿Qué se alegra de haber perdido de vista?
R. He olvidado las malas experiencias. Prefiero quedarme con lo bueno.
P. ¿Piensa volver algún día?
R. No lo sé, la vida es corta y hacer planes la acorta aún más. El tiempo lo dirá.
P. ¿Qué cree que se debería imitar en Barakaldo de la forma de vida holandesa?
R. Sobre todo, el respeto y el amor a la libertad que hay aquí.
P. ¿Qué le gusta o le disgusta de los holandeses?
R. Los holandeses son por naturaleza respetuosos con todo el mundo, con los derechos de los demás, tienen un gran amor por las libertades propias y ajenas. Son además un pueblo muy acogedor.
P. ¿Qué pasó con la ley que quería prohibir a los turistas entrar en los coffee-shops que sirven marihuana?
R. Que yo sepa, esa ley nunca ha existido, de todas formas los coffe-chops ya casi son historia, solo hay uno por distrito y estaban dando la imagen de Ámsterdam de ser una ciudad camello, algo que no es real.
P. ¿Qué posibilidades de trabajo hay para los parados españoles en este país?
R. Como en todos sitios, la crisis se nota, aunque menos que en España. Estuve trabajando en Port-Aventura el pasado verano y allí está todo fatal. Aquí lo primordial es hablar inglés y tener espíritu de sacrificio, disciplina y estar abierto al mundo.