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El 'ararteko' considera que "hubiera sido adecuado y posible prever alternativas" para haber evitado la saturación de las urgencias de Cruces este invierno

• Señala que los problemas en la atención de urgencias no fueron causados por "una reducción estructural de medios" • Recoge que los problemas de este invierno "no se han debido a una especial virulencia del brote epidémico de gripe" • Se pregunta si se estudió "la posibilidad de contar con camas alternativas a las que han permanecido cerradas" por obras 
El defensor del pueblo vasco o 'ararteko' considera que "hubiera sido adecuado y posible prever alternativas" para evitar los problemas de "saturación" del servicio de urgencias del Hospital de Cruces que se produjeron este invierno. Esta consideración se produce porque, a juicio de esta institución, la imposibilidad de disponer de camas en otros centros o de unidades de hospitalización en el propio centro médico, debido a las obras que en aquel momento se estaban llevando a cabo, "era un dato conocido de antemano". Así se recoge en la resolución que da por concluido el expediente abierto por el 'ararteko' con motivo de la atención sanitaria en el servicio de urgencias. En su informe, el defensor del pueblo concluye que "para evitar estas situaciones, cuando como consecuencia de obras de reforma se prevea una modificación o reducción coyuntural en las instalaciones sanitarias dedicadas a la asistencia de pacientes, se deben adoptar medidas que permitan paliar las disfunciones que previsiblemente puedan ocasionar tales obras". Para esta institución, "el problema no hubiera sido el mismo, o hubiera sido más leve, de haberse previsto alternativas a las camas" que por las obras que se estaban llevando cabo, no estaban disponibles.

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Resolución del Ararteko, de 4 de abril de 2012, por la que se concluye el expediente abierto con motivo de la atención sanitaria en el servicio de urgencias del Hospital de Cruces.

Antecedentes

1. Por diversos medios se nos trasladaron los problemas en la atención de algunas personas en el servicio de urgencias del Hospital de Cruces. Planteaban principalmente una situación en la que estaban teniendo que ser asistidas en pasillos.

Teniendo presente que en determinadas circunstancias de brotes de enfermedad se pueden dar situaciones excepcionales, pedimos información a Osakidetza, para conocer si fueron únicamente tales circunstancias las causantes de la saturación del servicio o si hubo otras cuya incidencia pudo haberse previsto y, en consecuencia, paliado.

2. La respuesta de la Dirección General de Osakidetza a nuestra petición recoge datos relativos a las instalaciones propias del Hospital de Cruces, y también de los recursos de otros centros que dicho hospital suele tener en cuenta para garantizar la continuidad asistencial a pacientes que deben ser ingresados, tras ser atendidos en su servicio de urgencias.

Describe las actuaciones de ampliación y reforma que se han realizado en su servicio de urgencias, indicando que la zona ambulatoria, con sus mejoras, no presenta problemas de atención a pacientes que en su mayoría son leves.

En la zona de reconocimiento de las urgencias generales se han realizado adecuaciones que han permitido disponer de 42 boxes ordinarios y 3 de aislamiento (anteriormente los ordinarios eran 27, susceptibles de desdoble en peores condiciones).

Esta zona de reconocimiento está generalmente ocupada por pacientes que tras observación durante varias horas, y tratamiento correspondiente, se dan de alta.

Habitualmente su capacidad es suficiente, pero explica que ocasionalmente, por causas que más adelante explica, no lo ha sido este invierno.

La que se conoce como zona de evolución no se ha modificado y sigue con 15 boxes individuales y 2 dobles.

Los pacientes de esta zona de evolución dan lugar normalmente a un ingreso, bien para un servicio hospitalario, bien para un hospital de subagudos (generalmente Santa Marina y Gorliz), bien para otro hospital de agudos en unos pocos casos.

El informe explica que es en esta zona donde este invierno ha habido problemas, por la presencia simultánea en la zona de más pacientes que su capacidad.

3. El problema no se ha debido a episodios excepcionales de la gripe, sino a la indisponibilidad de camas en otros centros o unidades a los que en circunstancias normales se hubieran podido derivar pacientes. En concreto, las obras en el Hospital Santa Marina han impedido disponer de un recurso habitual de 50 camas, que no se han podido compensar desde el Hospital de Górliz. Además, la obra de reforma en el propio Hospital de Cruces (4ª planta de Cruces) ha supuesto que esta unidad de hospitalización ha funcionado con una media de 12 camas menos que el pasado año.

Como consecuencia de esas circunstancias, el Hospital Universitario Cruces no ha podido derivar en los momentos pico de la demanda el número suficiente de pacientes a Santa Marina, con el consiguiente atasco asistencial en la zona de evolución y, en menor medida, en la zona de reconocimiento de su servicio de urgencias.

Esa menor derivación se ha compensado con un relativo incremento de los traslados al Hospital de Górliz, pero que no ha sido suficiente en los momentos álgidos de la demanda.

4. Por lo que se refiere a medidas que afectan al servicio de urgencias, el informe termina mencionando dos recursos; uno, ya puesto en marcha en el momento de su elaboración y, otro, que funcionará en 2012.

En febrero de este año se ha puesto en marcha un Hospital de día médico (20 sillones y 12 camas) en el Hospital de Galdakao, para asumir gradualmente toda la oncología médica de su comarca de referencia (comarca interior). Esta medida supondrá que todas las urgencias de estas personas se dirigirán a dicho hospital en lugar de al Hospital de Cruces.

El Hospital de Urdúliz, que se prevé se pondrá en marcha en 2014.

Estima Osakidetza que con estos recursos el servicio de urgencias del Hospital Universitario Cruces tiene una dimensión adecuada, aunque ocasionalmente pueda producirse alguna dificultad.

5. Como hemos indicado al inicio, el objeto de este expediente ha sido conocer si fueron únicamente circunstancias excepcionales relacionadas con brotes epidémicos las causantes de la saturación del servicio, o si hubo otras, cuya incidencia pudo haberse previsto y en consecuencia paliado.

Una vez que hemos analizado su respuesta desde esa perspectiva, le traslado la siguiente valoración.

Consideraciones

1. Desde el Ararteko debemos velar por que los servicios públicos sanitarios respondan a estándares de calidad que no sean inferiores a los existentes en nuestros entornos próximos, y que respondan, al mismo tiempo, adecuadamente a las necesidades que atienden.

Al estudiar las situaciones en las que son motivo de discrepancia los medios asignados para la atención, en este caso de urgencias, resulta difícil pronunciarnos sobre la suficiencia de medios, pues nos encontramos ante un análisis relativo a un sistema de asistencia universal, condicionado por un presupuesto limitado. Estas cautelas no deben impedir que las quejas sean tenidas en cuenta a los efectos de una evaluación, si se aprecian datos para pensar que los recursos disponibles no fueron suficientes.

2. La respuesta de Osakidetza a nuestra petición de información recoge datos relativos a las instalaciones propias del Hospital de Cruces, y también de los recursos de otros centros hospitalarios que dicho centro tiene en cuenta para garantizar la continuidad asistencial a pacientes que deben ser ingresados, tras ser atendidos en su servicio de urgencias.

A tenor de lo explicado en dicha respuesta, el problema no se ha debido a episodios excepcionales de la gripe, sino principalmente a la indisponibilidad de camas en otros centros (Hospital Santa Marina) o unidades de hospitalización (4ª planta de Cruces) a las que en circunstancias normales se hubieran podido derivar pacientes.

Éstas parecen haber sido las principales causas por las que en las instalaciones del servicio de urgencias se haya tenido que atender a pacientes que en un funcionamiento normal, tras ser evaluados en su zona de evolución, lo hubieran sido en camas y recursos en otros centros o unidades. Al no poder ser derivados, permanecieron en el servicio de urgencia en espacios y condiciones no previstos para ello. Éste sería el escenario que recogían los medios de comunicación.

En consecuencia, podemos considerar que en un funcionamiento ordinario, es decir, con la plena disponibilidad de unos recursos cuya utilización no ha sido posible por obras, quienes en esas circunstancias tuvieron que ser atendidos en condiciones inadecuadas lo hubieran sido correctamente. Cabe añadir a este respecto que en febrero de 2012 ha entrado en funcionamiento el hospital de día médico del Hospital de Galdakao.

3. Expuesto lo anterior, observamos en la respuesta dos datos en los que nos parece conveniente detenernos. Nos referimos, por un lado, a que los problemas de este invierno no se han debido a una especial virulencia del brote epidémico de Gripe y, por otro, a que la imposibilidad de disponer de otros medios (Hospital Santa Marina y menos camas por obras en la 4ª planta del Hospital de Cruce) era un dato conocido de antemano.

Si la incidencia de la gripe ha sido de nivel medio, tenemos que pensar que el problema hubiera sido mayor en el caso de un brote virulento. Partiendo de esta consideración, no podemos obviar con relación al segundo dato apuntado que, en la medida en que la imposibilidad de contar con los recursos a los que el Hospital de Cruces deriva habitualmente a las personas que necesitaran ser ingresadas era conocida, era posible prever alternativas a esta situación coyuntural.

El hecho de que este invierno haya habido problemas en el servicio de urgencias del Hospital de Cruces, aun no habiendo existido un brote epidémico de gripe especialmente virulento, es una circunstancia que lleva a preguntarnos si se estudió la posibilidad de contar con camas alternativas a las que han permanecido cerradas por las causas ya mencionadas.

Posiblemente, si el brote de la gripe hubiera sido más grave, Osakidetza hubiera aplicado alguna medida que no ha quedado explicada en el informe, y quizás no ha visto necesario mencionar medidas porque precisamente no se dio tal gravedad.

No obstante, en la medida en que un factor importante del problema ha sido la dificultad apuntada para disponer de camas, parece obligado detenernos en la conveniencia de prever una alternativa.
A tenor de los datos sobre el funcionamiento del servicio de urgencias del Hospital de Cruces, incluyendo en ello los recursos que para la derivación de sus pacientes son tenidos en cuenta habitualmente, podemos decir que el problema no hubiera sido el mismo, o hubiera sido más leve, de haberse previsto alternativas a las camas que, por razón de las mencionadas obras, no están actualmente disponibles.

A nuestro juicio, estas consideraciones que hemos realizado sobre la base del informe elaborado por Osakidetza en respuesta a nuestra petición de información se pueden resumir en las siguientes

Conclusiones

1. No podemos decir que los problemas en la atención de urgencias se hayan debido a una reducción estructural de medios propiamente dicha, pues en un escenario de utilización de camas que provisionalmente han estado indisponibles, las personas que tuvieron que permanecen ingresadas en espacios no previstos para ello en el Hospital de Cruces lo hubieran estado en condiciones adecuadas, al poder ser derivadas a otros centros o unidades de hospitalización del propio Hospital.

2. Según nos describe la respuesta de Osakidetza, las obras de reforma que menciona han supuesto que parte de las y los pacientes que acudieron al Hospital de Cruces no pudieran ser atendidos adecuadamente por no poder ser derivados a esos recursos. Por lo que hubiera sido adecuado y posible prever alternativas a esta situación.

3. Para evitar estas situaciones, cuando como consecuencia de obras de reforma se prevea una modificación o reducción coyuntural en las instalaciones sanitarias dedicadas a la asistencia de pacientes, se deben adoptar medidas que permitan paliar las disfunciones que previsiblemente puedan ocasionar tales obras