• El objetivo es que pierdan el miedo a los hospitales y que eliminen la imagen del médico como productor de dolor •
El centro comercial Max Center acogerá entre el 23 de junio y el 2 de julio una actividad lúdica y educativa en la que los niños podrán aprender, a través de varios juegos en los que se disfrazarán de médicos y utilizarán el instrumental que habitualmente ven a su médico de familia, cómo es el cuerpo humano, los huesos, los músculos, dónde están y cómo funcionan los distintos órganos.
Nota de prensa
Max Center enseña a eliminar la imagen del médico como productor de dolor a través de juegos infantiles
Los pequeños podrán descubrir los secretos del cuerpo humano con actividades que les permitirán perder el miedo a los hospitales
Barakaldo, 22 de junio de 2011.- Coincidiendo con el comienzo de las vacaciones de verano de los más pequeños, Max Center ha organizado una nueva actividad lúdica y educativa entre el 23 de junio y el 2 de julio. A través de varios juegos, los niños podrán aprender cómo es el cuerpo humano, los huesos, los músculos, dónde están y cómo funcionan los distintos órganos. Para ello, se convertirán en médicos por un día ataviados con su correspondiente bata blanca y el instrumental que habitualmente ven a su médico de familia. Y es que, junto al objetivo meramente educativo, esta actividad pretende que los pequeños se familiaricen con las batas blancas y pierdan el miedo a ir al médico.
Tal y como expone Raquel Díaz de Tudanca, doctora en Ciencias de la Educación, psicóloga y logopeda, "hay que preparar a los niños para ir al médico, de modo que perciban a estos profesionales como personas que pueden ayudarles y que pueden quitarles el dolor". Según explica esta experta, lo más común es que los pequeños "asocien la bata blanca a los pinchazos, ya que las primeras veces que van al médico es para que les pongan vacunas". Por tanto, la asociación médico-dolor es inmediata.
Los niños necesitan percibir una "actitud de acogimiento" por parte de su médico e iniciativas como ésta son de gran ayuda para eliminar la imagen del médico como productor de dolor, pero también para que los niños avancen en el conocimiento de su anatomía", expone la experta.
Esta actividad sigue el ejemplo de iniciativas similares de gran éxito desarrolladas en países como Bélgica y EE. UU., dirigidas a introducir a las nuevas generaciones en el mundo de la medicina y el cuerpo humano mientras se divierten. Se compone de varias zonas. Nada más llegar, los pequeños se pondrán su bata blanca y podrán elegir entre dos juegos electrónicos gigantes. En el primero, serán los cirujanos de una divertida operación y en el segundo, deberán relacionar las distintas partes del cuerpo con su nombre correcto. Un simpático esqueleto les irá contando curiosidades que probablemente no conozcan de sí mismos.
Hospital de ositos
Después de tanta información, tendrán que demostrar lo aprendido, primero en un enorme tablero de juego por el que avanzarán a medida que respondan correctamente a distintas preguntas sobre sus huesos, sus músculos. Y por fin, en su propio hospital. Los pequeños podrán llevar a sus muñecos de peluche favoritos a un chequeo médico en el que ellos mismos serán los doctores. Curas, vendajes, radiografías. Aplicarán el tratamiento que necesiten sus peluches para que olviden el temor a ir al médico y recuerden que su doctor sólo pretende ayudarles.
Claro que, tanto la actitud de los padres como de los propios profesionales de la medicina tiene después un papel decisivo a la hora de evitar que cada visita al doctor sea una experiencia traumática. "Los adultos se ponen nerviosos porque reviven su propio pasado, el mal rato que ellos mismos pasaban cuando les tocaba ir al médico y se lo transmiten a sus hijos", afirma Díaz de Tudanca. "Aprender el esquema corporal es muy importante porque a partir de ahí van tomando referencias espaciales, muy importantes incluso para adquirir habilidades de lectura", explica
esta psicóloga. Díaz de Tudanca también resalta la importancia de juegos como los programados por Max Center para que el niño desarrolle su plano afectivo. "Vestirse como un médico y ayudar a un enfermo, les ayuda a ponerse en el lugar del profesional de la medicina, a colocarse al otro lado; pero además, interiorizarán lo que es cuidar de una persona que necesita su ayuda".