Llegamos como EAJ-PNV al Ayuntamiento en 2015 por apenas cien votos de diferencia respecto al segundo partido. Hoy, una década después, seguimos con la misma fuerza: 11 concejales que representan la confianza firme de una ciudadanía que ha querido seguir apostando por una forma diferente de hacer política. Y esa confianza no se agradece sólo con palabras, se traduce en responsabilidad, en rendición de cuentas, en gestión cercana.
Barakaldo ha cambiado. Y no me refiero sólo a sus calles, parques o servicios. Ha cambiado su latido. Porque esta es hoy una ciudad que se construye con participación, que respira verde y piensa en las personas. Proyectos como Zamalanda, que hace sólo unos años parecía un sueño y hoy es una playa urbana de 90.000 metros cuadrados a orillas de la Ría, nos recuerdan de lo que somos capaces cuando caminamos unidos y unidas. Como los “corazones verdes” que crecen en nuestros barrios –tenemos proyectados más de 234.000 metros cuadrados-; espacios pensados para vivirlos y disfrutarlos, no sólo para mirarlos.
La transformación ha llegado también con más servicios, más accesibilidad, más calidad de vida. Cuando llegué a la Alcaldía, inauguré el primer parque infantil cubierto; hoy contamos con 12. Hemos avanzado en accesibilidad, con la inversión de más de 10 millones de euros en accesos mecánicos en 8 barrios y otros 3 nuevos que tenemos proyectados. Impulsamos medidas para mejorar el empleo de nuestros vecinos y vecinas, tenemos ahora la tasa de desempleo más baja de la última década. Hemos ampliado la movilidad sostenible llevando el Kbus a todos los barrios o con la llegada del servicio de alquiler de bicicletas Bizkaibizi que ha nacido, en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaia, con presencia en todos los barrios también. Hemos creado servicios nuevos como los txakurgunes, el contenedor marrón… Porque creemos en una ciudad donde se pueda vivir, trabajar y disfrutar.
La Segunda Gran Transformación Social y Urbana que está viviendo Barakaldo va acelerar ahora con la inversión de 21,6 millones de euros que vamos a solicitar en un préstamo que servirá para hacer realidad nuestro plan de mandato, “Beti Barakaldo”, que recoge los compromisos que adquirimos con la ciudadanía a inicio de legislatura. Haremos realidad proyectos concretos, como los accesos mecánicos en zonas clave como el ambulatorio de especialidades en la Calle La Felicidad, en Landeta o Retuerto; La creación de Urban Bizi Lab, un espacio en los locales de la plaza Pormetxeta que combinará espacios culturales, para la innovación y espacio para los y las vecinas de Desertu-Urban; la recuperación del parque Urkullu para el ocio o la creación de una comisaría más funcional y moderna…
Algunos interpretan esta inversión pública como oportunismo. Nuestra contestación son los hechos que avalan nuestra gestión: la salud financiera del Ayuntamiento es sólida, somos el segundo municipio de Bizkaia con menos deuda per cápita y es precisamente esa estabilidad la que nos permite invertir ahora. Algo que ha ratificado la Diputación Foral de Bizkaia que avala la solicitud del préstamo. Es decir, invertimos porque podemos, pero sobre todo porque debemos. Porque no hay transformación sin acción y algunos preferirían que Barakaldo no avanzara para utilizarlo como arma arrojadiza.
También hemos afrontado los retos con firmeza: demostramos que Barakaldo avanza incluso en los momentos más difíciles. La pandemia, sus consecuencias y la enorme ola de solidaridad de la gente en aquellos momentos serán difíciles de olvidar.
En estos diez años nunca hemos mirado hacia otro lado, hemos actuado. Lo hicimos con Trueba, lo estamos haciendo con la Variante Sur Ferroviaria reclamando lo que creemos justo para Barakaldo. Lo estamos haciendo atendiendo a las personas que peor lo están pasando; con la lucha contra la violencia machista o con la sensación de inseguridad que generan los asentamientos ilegales que han surgidos en zonas aún por desarrollar urbanísticamente. Hemos trabajado para completar la plantilla de la Policía Local y trabajamos en buscar el camino legal para su ampliación. Actuamos. No vamos a permitir situaciones que pongan en riesgo la convivencia en nuestros barrios.
El balance de estos diez años es positivo, pero no es una meta: es un nuevo punto de partida. Estamos en el ecuador de una legislatura clave. Ahora es el momento de pisar el acelerador, de culminar la Segunda Gran Transformación Social y Urbana de Barakaldo y de comenzar, desde ya, a construir la tercera, esa en la que barrios como Kadagua, Kastrexana, Burtzeña adquieran el protagonismo que merecen, en la actualidad hemos solicitado ayudas económicas de los Fondos Feder del Gobierno central para poder actuar en ellos, pero si no lo logramos seguiremos trabajando para conseguir la forma de financiar la transformación que necesitan y merecen.
Barakaldo no es una ciudad cualquiera. Es un pueblo con historia industrial, con alma obrera, con gente luchadora y solidaria que cada vez está más orgullosa de su ciudad. Orgullo barakaldés. Eso hace que mi compromiso siga intacto: seguir dejándome la piel cada día para que esta ciudad siga avanzando y se convierta, aún más, en ese lugar en el que todos y todas queramos vivir, trabajar y disfrutar.
Gora Barakaldo!
* Amaia del Campo (PNV) es alcaldesa de Barakaldo.
