La familia ha organizado el acto en el emplazamiento donde tuvo lugar el atentado y el Gobierno Vasco ha depositado un ramo de flores recordándole.
Eduardo Puelles, jefe del Grupo de Vigilancias Especiales de la Brigada de Información de la Policía Nacional, fue la última víctima mortal de ETA en Euskadi. ETA colocó una bomba lapa adosada a su coche y estalló cuando Puelles lo puso en marcha para dirigirse a trabajar.
Eduardo Puelles, natural de Barakaldo y vecino de Arrigorriaga, tenía 49 años, estaba casado y era padre de dos hijos.
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Este texto es una nota de prensa del Gobierno Vasco