La protesta se produce en reacción a la guerra tras el ataque del 7 de octubre de 2023 de la organización palestina Hamás, considerada "terrorista" por la mayoría de los Gobiernos occidentales, que provocó 1.200 muertes de ciudadanos de Israel, además del secuestro de 254 personas. En respuesta, el Estado de Israel mantiene una operación militar que ha provocado hasta la fecha más de 35.000 fallecidos y millones de personas desplazadas. La mayoría de las muertes de ambas acciones son civiles.
El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional ha pedido que se dicte orden de detención del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant; y de los líderes de Hamás Yahya Sinwar, Ismail Haniya y Mohammed al Masri. En todos los casos considera que se han podido producir crímenes de guerra y contra la humanidad.