Sin embargo, según Pensionistas, haciendo cuentas, dicha renta en 12 pagas dista mucho (Aproximadamente 3.000€ menos al cabo del año), de dicha reivindicación pensionista: 1080€ en 14 pagas. Además, al ser la RGI una ayuda que se otorga por unidad convivencial, sólo alcanzaría al 17 % de los y las pensionistas, ya que dejaría de lado a pensionistas que conviven con otras personas.
Añade Pensionistas que por otra parte, la COINCIDENCIA DE LA CUANTÍA del SMI establecida por el Gobierno de Madrid para 2023 (1.080€) con la histórica reivindicación de la pensión mínima, no hace sino sembrar más confusión. “… confunden porque mezclan deliberadamente cifras iguales con conceptos diferentes. Pensionistas lo que demanda es una pensión mínima de 1080 € y un SMI de 1.200€ ambos en 14 pagas.” Concluyen solicitando a la Vicelehendakari más claridad y a su Gobierno Autonómico, que complemente las PENSIONES DE CADA PENSIONISTA, hasta los 1080 €, en todos los casos en que la cifra establecida por el Gobierno de Madrid no llegue a dicha cantidad.
A continuación tomó la palabra un representante de la asociación BABESTU, de familiares de usuarios de residencias. Denunció la significativa subida de precios (entre el 6,5 % y el 10 %) que desde enero hace aún más inasequible el servicio para las economías de familias trabajadoras (entorno a los 3.500 €/mes) aunque la Diputación puede llegar a aportar una tercera parte, y no en todos los casos.
Culparon por ello a la casi absoluta privatización del sector de cuidados socio-sanitarios (80 % de las plazas en Barakaldo son privadas), y a la avaricia y ansias de lucro de los lovies que las regentan; todo ello a costa de un deterioro del servicio, en un sector que es esencial en una población envejecida como la nuestra.
Aportaron datos de distintas fuentes en los que se indicaba que lo más grave es la falta de personal, y las malas condiciones laborales del mismo. Ratios claramente insuficientes (enfermeras y gerocultores) o inexistentes (médicos); deficiencias que se harían más patentes durante la noche, en cuyo caso hablaron incluso de “abandono”: escaso cambio de humedades, posturales, calidad de la comida, falta de compañía, sanitarios, inmovilizaciones,… entre otros. Los datos que referían corresponden a las residencias Barakaldesas de Miranda y Vitalitas, ya que sobre Sanitas y otras residencias menores, no hay datos “…lo cual nos preocupa aún más” .Estas deficiencias, que durante la pandemia fueron más evidentes, incluso letales, existían antes y persisten después, según denunció BABESTU.
Sin embargo, según dicha asociación, la mayor parte de las deficiencias se pueden corregir con unos ratios de personal más adecuados. Ello no supondría más del 6,30% del precio que ya paga la Diputación por cada residente. “… las direcciones de las residencias aún tendrían un enorme margen de beneficio”, concluyen.
BABESTU dice haber expuesto su propuesta ante diferentes instituciones como el Ararteko, Partidos políticos de la Diputación de Bizkaia, Pleno del Ayuntamiento de Barakaldo (aprobado con la abstención de PNV, PSE y PP) además de haberlo expuesto al público en sedes sindicales y Casas de Cultura, sin que hasta el momento las cosas hayan cambiado. “Hay derechos básicos como la comida, la vivienda, la educación o la sanidad… con los que no se puede hacer negocio –concluyen- los cuidados es uno de ellos”.
Para terminar, Pensionistas anunció próximas movilizaciones en defensa de la pensión mínima, para la semana del 14 al 20 de febrero, entre las cuales destaca un encierro en Bilbo y una gran concentración en defensa de una sanidad pública y universal frente al Hospital de Gurutzeta, el lunes 20 de febrero.
Tras cantar unas coplas reivindicativas con la música de Santa Agueda, se dieron cita para el lunes próximo en la Herriko Plaza.