Atendiendo a la salud mental y con el objeto de desarrollar estrategias y modelos de asistencia para promover el bienestar emocional, psicológico y social de las personas, el Departamento de Salud presentó en 2019 la “Estrategia de Prevención del Suicidio en Euskadi”.
El suicidio sigue siendo la primera causa externa de mortalidad, muy por encima de los accidentes de tráfico a los que duplica en número y es ya el primer problema de salud pública. Si cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo, en Euskadi, es una cada dos días. Y estos son datos que no cuentan el número de intentos infructuosos, que es mucho mayor. Cerca de 300 intentos de suicidio atienden los servicios de Urgencias de Osakidetza cada año y la Ertzaintza calcula que se darán unos 950 en total.
Las tasas de sucidio tanto en Euskadi como en Bizkaia aumentaron de 2019 a 2020 en 1,75 y 2,33 puntos, respectivamente. En el confinamiento se interrumpieron todo tipo de tratamientos de rehabilitación de salud mental y entre los meses de mayo a octubre, hubo una subida pronunciada de fallecimientos. En 2021 la tasa fue del 19%, siendo 148 vascos quienes se provocaron la muerte, entre ellos 3 menores de edad y 3 personas de más de 90 años. De estas 148 personas, 107 fueron hombres y 41 mujeres. En cuanto a las franjas de edad, la comprendida entre los 50 y los 59 años fue la que más suicidios acumuló, con 34 suicidios, siguiéndole la comprendida entre 40 y 49 años, con 27 suicidios.
Los datos muestran una tendencia al alza, tal y como avanzan los estudios del Instituto Vasco de Estadística, que también reseñan que se alejan de los objetivos marcados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que tienen como objetivo reducir la tasa de mortalidad por suicidio en un 33%.
Tal y como indica la “Estrategia de Prevención del Suicidio en Euskadi”, los estudios indican que sólo un 30% de las personas que se suicidan tenían historia de tratamiento previo con personal profesional de la salud mental, lo cual hace especialmente necesario incluir a otros servicios sanitarios o comunitarios en la prevención del suicidio.
Además de todo esto, son innegables los efectos psicológicos negativos que ha generado la pandemia en todos los niveles de la sociedad. Se ha visto que ha habido un aumento de los síntomas depresivos y de ansiedad, principales factores de riesgo. Éste fue uno de los motivos por los que este grupo llevó en enero al Pleno la demanda de un Plan Municipal de Salud Mental, moción que se aprobó por unanimidad. Un Plan para reducir el impacto de los determinantes sociales y poder elaborar estrategias en el desarrollo de la prevención y el cuidado comunitario desde las competencias municipales que dispone.
Como se recogió en ese Pleno, existe un vacío en la atención primaria que se debe realizar a nivel municipal y se deben intensificar la coordinación con los servicios sanitarios, sociales y socio-sanitarios para prestar una atención integrada a las personas con enfermedad mental.
En relación con esto y de cara a reducir la incidencia, prevalencia e impacto de la conducta suicida, la Estrategia cuenta con una serie de medidas a implantar en Salud Pública y Adicciones, en Educación o Emergencias de Osakidetza, pero también en ámbitos cercanos como son Ayuntamientos desde sus propios servicios. Con medidas específicas para colectivos vulnerables y con medidas como protocolos de coordinación sociosanitaria entre los servicios sociales municipales y los centros de atención primaria de Osakidetza para atender de manera conjunta a las diversas necesidades de las personas, tal y como recoge la propia Estrategia.
El enfoque comunitario de la estrategia es evidente. Por estos motivos, la elaboración de un Plan Municipal de Prevención del Suicidio es una herramienta urgente y necesaria para poder trabajar y actuar desde el ámbito comunitario.
Por todo lo expuesto, el Ayuntamiento de Barakaldo en Pleno ACUERDA:
- Crear la Mesa de Salud Mental, donde se aborde la elaboración del Plan Municipal de Salud Mental con el objeto de promocionar la salud mental, la prevención y la atención de los problemas y enfermedades mentales en Barakaldo, contando con todas las organizaciones con capacidad de incidencia y con personal técnico y político.
- Elaborar como línea estratégica de dicho Plan, el I Plan Municipal de Prevención del Suicidio, donde se aborden medidas dirigidas a personas con ideas o conductas suicidas, y también a las que han sufrido la muerte de algún ser querido por este motivo.
- Habilitar los recursos humanos y materiales municipales necesarios para la implantación del I Plan Municipal de Prevención del Suicidio.