Ahora que por fin parece que la crisis sanitaria empieza a remitir, y que por suerte empezamos a atisbar el final de la pandemia, nos encontramos con este pleno extraordinario. Es curioso que durante año y medio de una verdadera situación extraordinaria, no se haya convocado ningún pleno extraordinario, y sí se haga hoy para un tema sin aparente urgencia.
Debemos recordar que no hubo pleno extraordinario alguno para aprobar medidas excepcionales o planes de choque que hubieran respondido a necesidades urgentes en un momento de extrema necesidad. Tampoco lo hubo para acordar o debatir propuestas que llegaban tanto desde la oposición, como desde los distintos agentes sociales afectados por la crisis…
Sin embargo, sí se hace ahora para aprobar convenios y planes urbanísticos, que ya han sido publicitados y anunciados por los dos partidos del gobierno municipal. No es la primera vez que desde EH Bildu decimos ,que el pleno de Barakaldo, un órgano decisorio y de debate, se usa sólo como trámite para aprobar legalmente las políticas consensuadas en base a acuerdos partidistas entre PNV y PSE y no para responder a las necesidades de la ciudadanía. Y para muestra un botón: para planes urbanísticos, plenos extraordinarios con urgencia. Para el ladrillo y la inversión privada: alfombra roja. Para las necesidades ciudadanas: trabas. Para adecuar el presupuesto a las necesidades sociales que la pandemia provocó: tardanza. Y así, tapamos con grandes infraestructuras de dudosa urgencia y necesidad… la falta de iniciativa para otras necesidades que sí eran verdadaramente urgentes.
Voto en contra del convenio urbanístico y modificación del PGOU en el ámbito Sefanitro
EH Bildu ha votado en contra de las dos propuestas de aprobación presentadas hoy. Se trae a pleno extraordinario una nueva modificación del PERI, sin un debate serio, sereno y realmente participativo. Y que hace por ejemplo que nos cuestionemos:
¿Quién ha valorado o a qué criterio corresponde que en este convenio que se va a aprobar hoy se establezca un centro cívico y no por ejemplo una residencia pública como también demandaban vecinas y vecinos o Barakaldo en general y EH Bildu presentó en una enmienda que fue rechazada?
¿Por qué tanta prisa en regalar terreno público a iniciativa privada para que esta obtenga jugosos beneficios económicos, esta vez camuflando el regalo bajo un convenio?
¿Ofrece este convenio garantías de cumplimiento de que las promesas hechas al barrio de Lutxana se van a cumplir? O corremos el riesgo de que estos fondos buitres se queden con terreno público a cambio de nada y Lutxana sin su campo de fútbol y sin otros equipamientos prometidos?