Hace justo un año el consejero general de ITP Aero ofreció una rueda de prensa para dar a conocer las cifras del ejercicio anterior: el grupo había obtenido un beneficio neto de 95 millones en 2019, un 37% más que en 2018. Y, sin embargo, menos de tres meses después de la declaración del estado de alarma, la empresa anunciaba un ERTE para toda la plantilla de Sestao y Barakaldo, más de medio millar, pasando a cobrar un 70% de su sueldo a través de las arcas del Estado.
La representación sindical denunció entonces la ausencia de una causa justificada y que más parecía un intento de aprovechar la situación para ahorrar costes, utilizando el escudo social previsto por el Gobierno de España para responder a las duras consecuencias que sobre el desarrollo de la actividad laboral imponía la pandemia a otros sectores. Y de hecho los tribunales dieron la razón a los trabajadores.
Superada esa pantalla, la empresa formula directamente un expediente de regulación y la extinción de 133 puestos de trabajo. El despido se ha materializado finalmente para 83 trabajadores, pero hay que recordar también el 20% de ajuste que se produjo ya el año pasado sobre el empleo temporal.
Es indudable que el sector atraviesa una situación difícil con ratios de producción del 40% respecto de la situación prepandemia. Pero no podemos compartir que se confunda “necesidad” con “excusa”, sobre todo cuando hablamos de cargar las estrecheces sobre el empleo y la bonanza sobre el beneficio.
La crisis actual no deja de ser una situación coyuntural. Se pueden tomar, además, otras medidas de flexibilidad más económicas para la empresa, como ha señalado la resolución contraria al ERE emitida por Inspección de Trabajo. Y, finalmente, no se entiende la cerrazón a contemplar en las plantas de Barakaldo y Sestao decisiones menos traumáticas para el empleo y el futuro del sector en Euskadi.
Porque en demasiadas ocasiones ocurre que las estimaciones se oscurecen para justificar los despidos del presente y acaban en profecía autocumplida en el futuro. Y eso no es bueno para nadie. Por todo ello, los trabajadores y trabajadoras de PCB-ITP cuentan con el apoyo de este grupo municipal socialista.
