El concejal de Obras y Servicios para los Barrios y la Ciudad, Jon Andoni Uria, ha dado a conocer los datos durante el pleno celebrado esta tarde en Barakaldo, donde se debatía una moción presentada por Ekologistak Martxan.
La extensión del contenedor marrón ha sido paulatina en la ciudad. Se inició la extensión de los contenedores marrones a los barrio de Llano, Lutxana y Retuerto. En 2018, el servicio llegó a los barrios de Cruces, La Paz y Burtzeña.
Un año después, en 2019, se extendió a las y los vecinos de los barrios de Arteagebeitia, Zuazo y Ansio y el pasado mes de enero, la iniciativa se completó llegando al resto de barrios barakaldeses: la zona centro, Rontegi –El Castañal, San Vicente, Beurko-Santa teresa, Lasesarre- El Carmen, Kareaga, Gorostiza, El Regato, Zubileta y Kastrexana.
“La extensión ha sido posible gracias al apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia, que año tras año nos ha otorgado subvención para convertir Barakaldo en una ciudad cada día más sostenible”, ha resaltado Uria.
Los datos disponibles en el Ayuntamiento indican, además, que el contenedor marrón es un servicio cada día más usado por la ciudadanía barakaldesa. En 2016 se recogieron 15,3 toneladas. En 2017, se recogieron 58,4 toneladas de residuos. En 2018, la cantidad ascendió hasta las 100,8 toneladas. Un año después, en 2019, la cifra es de 185,4 toneladas recogidas, y en este último 2020, se han recogido 341,6 toneladas.
“Los datos muestras una progresión sostenida en los últimos años del doble respecto al anterior”, ha señalado el concejal.
Más de 5.000 familias usuarias
El Ayuntamiento barakaldés cuenta además con los datos de las viviendas en las que se utiliza el quinto contenedor actualmente. En este sentido, cerca de 5.000 familias es usuaria de este contenedor. “La ciudadanía se está esforzando por separar y reciclar los residuos, y el ayuntamiento también se está esforzando en facilitar e impulsar esa recogida”, ha indicado.
4 millones de gasto por el sistema de Pago por Generación
La moción presentada en pleno solicitaba diferentes medidas, entre otras cuestiones, la puesta en marcha de un sistema de Pago por Generación. Este sistema supondría la instalación de una cerradura electrónica en los 270 contenedores repartidos por la ciudad, así como los sistemas informáticos necesarios, tarjetas, mantenimiento, explotación… “En definitiva, según los datos realizados por el área, supondría un coste para el Ayuntamiento de más de 4 millones de euros, sin olvidar la incidencia que sobre los ingresos municipales tendría este sistema de pago por generación, que generaría un mayor desequilibrio entre el gasto corriente necesario y la previsión de recaudación”, ha indicado Uria.
“No podemos hacernos trampas y dar el apoyo a un estudio que sabemos nos conduce a un sistema inviable a corto y medio plazo, que exigiría una enorme inversión económica que, sinceramente, no se encuentra entre las prioridades actuales para gastar el dinero público. Es momento de destinar los recursos públicos para ayudar a las personas que más están padeciendo esta pandemia, para recuperar el empleo perdido, y para mantener los servicios públicos necesarios”, ha concluido explicando así su voto negativo a la propuesta presentada al pleno.