Barakaldo, 26 abr 2020. Comunicado. El personal de Enfermería adscrito a la 1ªB, unidad de gastroenterología del Hospital de Cruces, tanto DUES como TCAEs, mediante este escrito quiere exponer su queja sobre las condiciones laborales a las que está sometido desde el comienzo del estado de alarma establecido por el Covid-19.
Punto 1
Ausencia de medidas de protección individual en los días previos y primeros días del estado de alarma decretado. Este hecho se vino dando desde la publicación de los primeros protocolos referentes al COVID-19 por parte de Osakidetza y sus posteriores modificaciones sucesivas en las que se rebajaban las medidas de seguridad a adoptar por los profesionales según el existencias de EPIS del que se disponía.
Desde la publicación el día 2 de marzo de las recomendaciones de Osakidetza para la prevención de la infección por coronavirus, se nos ha negado sistemáticamente la posibilidad del uso de mascarillas quirúrgicas en los puestos de enfermería o en la atención directa a pacientes salvo si presentaban clínica respiratoria. Esta medida era justificada por los responsables de la unidad, en el hecho del posible desabastecimiento futuro de mascarillas quirúrgicas y en las propias recomendaciones de la OSI que no tenían en cuenta el contacto directo y la falta de distancia de seguridad durante la atención a pacientes.
La concurrencia de la rebaja en las medidas de protección y de una falta de diagnóstico al personal de la unidad, generaron un entorno propicio para el contagio en cadena entre muchos de nosotros, así como a los pacientes ingresados en la unidad que eran atendidos sin las necesarias medidas de protección ni para nosotros ni para ellos.
Punto 2
Dentro del plan de contingencia para la atención de la epidemia de Covid- 19, la unidad 12B comenzó a prepararse para la atención exclusiva a pacientes infectados por Covid-19 entre el 26 y 27 de marzo, con parte de su personal ya de baja por síntomas compatibles con Covid-19, algunos con test realizado con resultado (+). Aún así se trasladó a los pacientes sin infección a otras unidades donde algunos de ellos, días después resultaron también ser (+) para Covid-19. Esto ha fomentado la expansión del virus por el hospital, en unidades consideradas limpias.
Punto 3
Tras tener la planta preparada desde el día 27 de marzo para atender Covid- 19, pero sin tener pacientes y ante las bajas diarias que seguíamos sufriendo por síntomas de coronavirus solicitamos que se nos realizase el frotis para diagnóstico de Covid-19 a todo el personal de la unidad, para descartar que alguno de nosotros fuese portador asintomático. Encontramos muchas dificultades para que esta petición fuese atendida, la cual sólo es tomada en cuenta días después, cuando se demuestra que pacientes ingresados anteriormente en la unidad están siendo diagnosticados como (+) para Covid- 19.
Se nos realiza el test entre los días 4 y 7 de abril, y vuelve a haber positivos entre nosotros que causan baja en la unidad.
Punto 4
La unidad es desmantelada nuevamente y desinfectada para ser unidad limpia el día 10 de abril. El material específico para Covid-19 es retirado. Durante los días en que en la planta no ha habido pacientes, el personal que queda activo ha estado reforzando o cubriendo huecos en otras unidades, tanto unidades de Covid-19 como unidades limpias. Se nos ofrece ubicarnos en otras plantas cubriendo otras carteleras, con lo que ello implica respecto a la conciliación familiar en estas circunstancias excepcionales, a lo que nos negamos todo el personal.
Punto 5
El día 11 de abril, sin previo aviso y habiendo pasado sólo horas desde la desinfección, comunican al personal que está en turno de mañana que tienen que volver a montar la planta para Covid-19 para acoger a todos los pacientes de la unidad 32B y a su personal, dado que tras realizárseles frotis también muchos han causado baja por Covid-19. Se realiza el montaje y traslados de todos los pacientes en un solo turno, 19 traslados de pacientes Covid (+) a contrarreloj.
Punto 6
Durante el tiempo de convivencia de las dos unidades en la 12B, hay relevos con un exceso de personal exagerado que hasta pone en riesgo nuestra seguridad por no poder guardar la distancia física, y otros con falta de personal. Ante este hecho la dirección decide que el personal de la 12B en exclusiva será el que deba abandonar su unidad para cubrir huecos en otras plantas. Esto supone un agravio comparativo muy importante.
Los EPI a los que tenemos acceso para la atención directa a pacientes Covid (+) son de mala calidad, las batas que se nos proporcionan en su mayoría, no son impermeables dado que han sido utilizadas y esterilizadas varias veces. Esto supone un grave riesgo más añadido a todas las situaciones de exposición y falta de seguridad a las que estamos siendo sometidos.
Una semana y dos días después, ambas unidades son cerradas y desinfectadas y al personal de la 3B se le realiza un segundo test para confirmar que no se haya positivizado ninguno de los negativos. Asimismo, otras unidades que han atendido Covid son también vaciadas y desinfectadas y a su personal se les realiza test. Al personal de la 12B en activo o que hayan estado en activo desde la realización de la primera prueba, no se le ha realizado ninguna nueva comprobación, a pesar de llevar atendiendo pacientes Covid (+) y no Covid por diversas unidades de hospitalización durante este tiempo y a pesar de haberlo solicitado expresamente a los responsables de Salud Laboral en varias ocasiones. Esto sigue fomentando la expansión del virus entre el personal y a pacientes y por supuesto poniendo en riesgo nuestra salud y seguridad y la de los pacientes que atendamos.
Ante esta situación el personal de la 1ªB YA NO PUEDE MÁS. Nuestra salud, tanto física como mental no se ha tenido en cuenta en ningún momento. A las bajas por Covid (+) hay que sumar las propiciadas por la situación de estrés a la que se nos ha sometido desde el principio de la crisis por coronavirus. Durante este periodo hemos llegado a estar en activo tan solo 5 DUES de un total de 17 (teniendo en cuenta las reducciones de jornada) y 3 TCAES de un total de 13.
Algunos de los refuerzos contratados para la atención en la epidemia han sido reubicados en otras unidades y también el personal de endoscopia que nos ha servido de apoyo durante este tiempo ha sufrido bajas por Covid (+) y estrés, diezmando aún más nuestra plantilla.
Con fecha 17 de abril registramos una queja a la Dirección de Enfermería y a Salud Laboral de las que casi una semana después no hemos recibido contestación. Ante esta situación no nos queda otra opción que reiterar nuestro hartazgo en cuanto a la improvisación, órdenes y contraórdenes, desinformación y vaivenes en la toma de decisiones que nos influyen directamente al personal que está llegando al límite de lo insoportable. No obstante, entendemos la situación de alarma y las obligaciones a las que estamos sometidos por el Decreto del Gobierno de la Nación, pero experimentamos un agravio comparativo con otras unidades que no han sido movilizadas de la misma forma que la nuestra, y nos sentimos menospreciados en cuanto al cuidado de nuestra salud física y mental.
EL PERSONAL DE LA 1ªB
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