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Opinión | Alcalde-ejerciente

Los alcaldesa de Bilbao y Barakaldo

por Juan Lamadrid


"Con un equipo de gobierno del PNV que considera cada crítica un menosprecio al trabajo de los técnicos, la pregunta que uno se hace es para qué sirve un equipo de gobierno"

No parece que le vaya mal al país con un presidente y ministros a los que hay que colocar tras su cargo un ‘en funciones’ desde hace meses. El paro baja y el PIB sube. ¿Hay alguien que dé más? Mientras en España hay un Gobierno en funciones, en Barakaldo tenemos ediles ejerciendo funciones de alcalde. Agosto, ese mes en el que la gente huye de la anteiglesia, ha permitido a tres concejales —por ausencia de la alcaldesa titular— coger el bastón de mando y ser durante unos días alcalde-ejerciente. Quizás deberíamos pensar en la posibilidad de extender esa figura al resto del año.

Con un equipo de gobierno del PNV que considera cada crítica un menosprecio al trabajo de los técnicos, la pregunta que uno se hace es para qué sirve un equipo de gobierno. Hagamos un buen equipo técnico de gobierno y prescindamos de los equipos de gobierno políticos. Sí ya, pero hay que firmar los decretos, dirá alguno. Tiene razón. Para eso estaría la figura del alcalde o alcaldesa ejerciente. Firmaría los decretos, asistiría a los actos protocolarios, acudiría en representación de Barakaldo a reuniones y convenciones y a las entrevistas en medios de comunicación pagadas por el Ayuntamiento. Y los técnicos decidirían si hay que modificar la OTA, si hay que arreglar esta o aquella calle, los criterios para la concesión de subvenciones, el modelo de vigilancia policial o si es necesario contratar a más técnicos.

El ciudadano, además de hacer propuestas a los técnicos con las que mejorar Barakaldo, no faltaría a la cita con las urnas cada cuatro años para elegir a los concejales, que aprobarían en pleno lo planteado por los técnicos. Los 25 ediles rotarían en el cargo y cada uno sería alcalde o alcadesa ejerciente cerca de dos meses. Y al acabar el mandato, se harían una foto de grupo para colgar en el salón de plenos junto a los retratos de los anteriores alcaldes. Así, todos contentos.