publicidad

El alcalde de Barakaldo reclama que se imponga a los bancos la apertura del "grifo del crédito"

"Escandalosa" es el calificativo que el alcalde de Barakaldo, Alfonso García Alonso, a través de su blog, ha aplicado a la situación que se vive con la banca que, tras ser rescatada con dinero público, mantiene cerrado el "grifo del crédito" para las pequeñas empresas, comerciantes, hosteleros y emprendedores. El mandatario sostiene que, pese a los anuncios del Gobierno del PP, se sigue negando la financiación a corto plazo o, en el mejor de los casos, el crédito se concede bajo "condiciones cada vez son más leoninas". "Soy un humilde alcalde y no tengo la capacidad de imponer nada a los bancos y cajas, pero otras instituciones supramunicipales sí tienen herramientas para hacerlo. Les pido que lo hagan. Porque sin que fluya el dinero cualquier iniciativa que tomemos para salir de la crisis será insuficiente", concluye García Alonso.


Artículo de Alfonso García Alonso
El grifo del crédito

No hace mucho circulaba por los medios de comunicación una sorprendente campaña del Gobierno de España. Venía a decir que, después de varios años de restricciones, los bancos y cajas habían vuelvo a abrir el grifo del crédito a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y ciudadanía en general, gracias al saneamiento de las entidades financieras vía rescate europeo.

Ya era escéptico cuando veía los anuncios, y pasado un tiempo prudencial el testimonio de muchas personas me ha hecho ver que, efectivamente, el grifo todavía está cerrado. Al menos para el común de los mortales.

No es una cuestión baladí. Abrir el grifo del crédito a las pymes y los vecinos y vecinas es clave para la recuperación económica del país y, por ende, de Barakaldo. A estas alturas de la crisis, muy pocas personas y compañías cuentan con ahorros suficientes para poner en marcha un negocio o mantenerlo vivo durante un prudencial tiempo de zozobra.

Si una pequeña o mediana empresa no obtiene financiación a corto plazo, se ve obligada a cerrar. Si los emprendedores no consiguen quién les preste dinero, su proyecto se quedará en agua de borrajas. Y qué decir también de los comerciantes y hosteleros, a quienes ya no solo se ha dejado de prestar dinero, sino que incluso se les han cancelado líneas de crédito fundamentales para mantener abiertos sus negocios.

Incluso el mercado inmobiliario, tan detestado tras los desmanes del pasado, necesita de crédito para sobrevivir y a duras penas avanza debido a que casi no se conceden ya hipotecas a las familias. Y si se conceden, las condiciones cada vez son más leoninas.

La situación se torna en escandalosa cuando, para más inri, conocemos que muchos bancos y cajas han sido rescatados con nuestro dinero, el de todos los contribuyentes. ¿No se les podía haber exigido a cambio abrir, de verdad, el grifo del crédito?

Soy un humilde Alcalde y no tengo la capacidad de imponer nada a los bancos y cajas, pero otras instituciones supramunicipales sí tienen herramientas para hacerlo. Les pido que lo hagan. Porque sin que fluya el dinero cualquier iniciativa que tomemos para salir de la crisis será insuficiente.