por Adela Estévez Campos
La escuela de teatro
Bizkaiko Antzerki Ikastegia (BAI) está de celebración. Hace 15 años nacía en Barakaldo este centro de formación escénica que se ha ido consolidando como un referente para futuros actores dentro y fuera de España. Dirigida por Fernando Montoya y Joseba Lazkano, ofrece una enseñanza integral de cuatro años similar a una licenciatura oficial en Arte Dramático, además de talleres abiertos, cursos monográficos, sesiones para niños y programas de intercambio con diversos países. El centro también organiza y programa el
Festival Internacional de Nuevos Creadores Escénicos (ACT), que en 2013 cumple 10 años. Los directores se muestran satisfechos por la labor realizada, a pesar de que los aprietos que sufren ahora por los recortes de ayudas públicas.
La preocupación por el futuro de sus graduados les ha llevado a crear una bolsa de trabajo y un festival de promoción de nuevos creadores, así como a firmar un convenio con la universidad inglesa de Leeds para otorgar rango universitario a sus estudios y superar el paradójico hecho de que el Gobierno Vasco no haya oficializado todavía los estudios de Arte Dramático, algo que sí ocurre en otras muchas comunidades autónomas con menos cantera actoral.
Pregunta. ¿Cómo nació BAI?
respuesta. La escuela la forma Teatrako Teatro, una asociación teatral barakaldesa que se especializó en formación. Bajo nuestra dirección, el centro fue evolucionando y creando equipos de trabajo para la formación de profesionales, por un lado, así como para la formación internacional en relación con universidades de renombre europeo, como la Leeds MET University o el
Central Saint Martins de Londres, entre otros. También a nivel de la promoción actoral es un centro que se preocupa por el futuro de sus graduados, por lo que tenemos una bolsa de trabajo y un festival de promoción de nuevos creadores escénicos —ACT— que se celebra en distintos teatros de Barakaldo y Bilbao y que en 2013 cumple 10 años.
P. ¿Los alumnos son mayoritariamente barakaldeses?
R. Hay de todo. Una gran parte son barakaldeses y bizkaitarras, pero vienen de otros lugares. Desde el principio ha habido muchos andaluces, por ejemplo, y en estos últimos años, con los intercambios que tenemos con distintos centros de Europa y el programa de estudios internacional 'Performing Arts Programme' (PAP), podemos presumir, este año por ejemplo, de tener alumnos de Italia, Inglaterra y Holanda.
P. ¿Qué requisitos se exigen para acceder a la formación reglada?
R. Somos un centro que entendemos la formación teatral como un espacio creativo donde se viene a aprender, por esto, lo de las pruebas de selección no es nuestro estilo. Una entrevista personal y el orden de matriculación son los elementos fundamentales para poder acceder al centro.
P. ¿Por qué en el País Vasco no existe titulación oficial para los estudios de Arte Dramático?
R. Creo que el Gobierno podrá contestar mejor que yo. No entendemos por qué no oficializan al menos lo que hay ya en Euskadi, dando dignidad al trabajo de muchos años de profesionales de la educación y la escena.
P. ¿El programa de la escuela BAI sigue el de la titulación oficial del ministerio?
R. En parte sí, en otra sigue planes universitarios europeos. Es un programa flexible que autoevaluamos y adecuamos a la mejor consecución de objetivos prácticos anualmente.
P. ¿Qué tratamiento se da al estudio de la voz en su escuela?
R. Entendemos la formación actoral como un todo, en ese sentido el trabajo vocal está cuidado en BAI: hay un seguimiento de clases de voz, canto y cuerpo aplicado a la voz, así como cursos monográficos de dicción y ortofonía desde la apertura del centro. Estos últimos tres años, además, debido a que tenemos un programa de intercambio de profesores y alumnos con la escuela de teatro musical de Amsterdam
Thopss, centrada en la formación de actores cantantes, el trabajo de voz se ha profesionalizado y cuidado especialmente en el centro. De cualquier modo, hoy en día el actor debe estar formado en todos los terrenos, el cuerpo, la voz, la teoría, los espacios de investigación y, por supuesto, la interpretación de textos y las otras, aquellas en las que la dramaturgia se centra en los objetos, el espacio escénico o el trabajo físico.
P. ¿Qué es necesario para que los diplomas de BAI se convaliden oficialmente cómo se ha hecho con los de escuelas de otras comunidades?
R. Cada ciertos tiempo, en BAI ofrecemos a los exalumnos la posibilidad de convalidar sus estudios a través de la universidad de Leeds por medio de un curso especifico con profesionales del Departamento de Performing Arts de este centro inglés, así hemos conseguido que varias generaciones de BAI tengan una titulación universitaria por Leeds MET University. Para que esto no fuera necesario, bastaría con que una universidad de aquí firmara un acuerdo de este tipo con los centros que hay en Euskadi o que el Gobierno Casco planteara la creación de una titulación en Artes Escénicas, que parece que llevan unos años en ello.
P. ¿Fue complejo lograr el acuerdo de convalidación con Leeds?
R. A nosotros nos resultó muy sencillo. Tras un estudio desde aquella universidad sobre nuestro programa de estudios, horas de formación, objetivos, profesorado y número de alumnos, se firmó. Creo que aquí podría ser aún más sencillo.
P. ¿Se sienten respaldados por el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco?
R. Ahora mismo la reducción de subvenciones de estos organismos nos tiene asfixiados económicamente. Ésta es la realidad. Tenemos más trabajo y más necesidades de trabajadores en el centro y contamos con menos dinero que en 2007 para nuestras actividades. Nada nuevo.
P. ¿Existe un programa de becas para los alumnos que no pueden afrontar el pago de la matrícula?
R. Desde la Diputación, algunos alumnos han recibido ayudas. El centro también hace lo que puede con aquellos que se encuentran en situaciones preocupantes, mediante ayudantías y convalidación de partes del pago.
P. ¿Tienen fácil acceso a los teatros y centros culturales para realizar sus muestras?
R. El Teatro Barakaldo y las casas de cultura del municipio nos programan los trabajos de fin de estudios del centro. En el festival también se ven trabajos de alumnos salidos del curso que procuramos que siempre tengan una ubicación.
P. ¿Qué programas de intercambio y becas realizan con otros países?
R. Han sido muchos y variados desde que la escuela se fundó. El primer intercambio que se llevó a cabo fue con la Central Saint Martins de Londres, una universidad muy prestigiosa a nivel Europeo. Alumnos de interpretación de BAI trabajaban durante un periodo de varios meses con alumnos de dirección de Londres en los proyectos de fin de carrera de estos, este intercambio se produjo durante cinco años en Bilbao y en Sevilla a través de la sala En danza. También hemos enviado alumnos a Cracovia a proyectos con la
Cricoteka de Tadeusz Kantor, o a Kerala, India, a la escuela de
Kathakali.
P. También tiene acuerdo con Holanda
R. Estos últimos años tenemos con Thopss, la escuela de teatro musical de Ámsterdam, un intercambio de profesores y alumnos y durante un mes alumnos de Holanda vienen a estudiar a BAI, integrándose en las clases, y ellos acogen también a nuestros estudiantes. Lo mismo hacemos con el profesorado, nos vamos allí a dar clases de interpretación, danza o distintas materias y ellos vienen aquí. Estos intercambios son muy ricos y beneficiosos para todos, especialmente para el alumnado.
P. ¿Qué papel juega BAI en el Festival Internacional de Nuevos Creadores Escénicos que se desarrolla en Bilbao y Barakaldo?
R. La escuela es la organizadora del festival y, por tanto, la programadora de éste. A lo largo de los años, lo que comenzó como un festival de escuelas de teatro se ha convertido en un festival de nuevos creadores escénicos con una sección principal que incluye el premio del festival, una dotación económica que otorga el Teatro Arriaga de Bilbao a la mejor pieza a concurso, pieza que además de la dotación económica recibe una residencia artística de un mes en nuestros locales de BAI en Bilbao.
P. ¿El certamen está dirigido a compañías consolidadas?
R. A día de hoy las piezas que se presentan pertenecen a compañías de nueva creación, graduados que han terminado sus estudios o sus diversas formaciones aquí y allá y que llevan menos de cinco años de andadura a sus espaldas, aunque también se muestran trabajos de profesionales más maduros en el apartado de exhibición. La idea del ACT tiene que ver con promocionar estas nuevas formas de hacer escena y con dar un voto de confianza a la investigación y la nueva creación, así como crear un espacio de convivencia e intercambio de información durante la semana del festival.