Si entonces nos hablaban de fobias y paranoias, ahora se han propuesto reflexionar sobre la felicidad. Suttotos indaga en las obsesiones del hombre común y crea situaciones inesperadas a partir de las debilidades propias y ajenas. Un humor que tiene en su aparente y falsa trivialidad, una de sus mejores bazas.
En 'Feliz día', dos hermanos mellizos que todavía viven en casa de su madre, se disponen festejar su 40 cumpleaños. Mientras esperan a los invitados, que nunca llegan, podemos ver sus continuos intentos y sucesivos fracasos por lograr ser felices. Por si fuera poco, su madre, con quien tienen un vínculo edípico, parece que tampoco asistirá al cumpleaños. La obra deja en el aire una pregunta: ¿cuándo el 'cumpleaños feliz' dejó de ser un deseo y pasó a ser una obligación?