La lluvia ha marcado la jornada dominical de la fiesta vasca de San Vicente en la que la organización se ha visto obligada a suspender el alarde de danzas infantil. Los gigantes han aprovechado una tregua para recorrer el barrio mientras las cuadrillas, desperdigadas y a cobijo para no mojarse, preparaban el sukalki y en los bares las parrillas funcionaban a pleno rendimiento.