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> 26/04/2018. Cientos de personas gritan en Barakaldo a los jueces de La Manada "no es abuso, es violación"
Artículo del blog de Amaia del Campo
Los responsables judiciales deberían tomar medidas para evitar que jamás una mujer que acude pidiendo justicia se pueda sentir ofendida
Indignación, ese es seguramente el sentimiento más compartido estos días tras la sentencia del caso “La manada”. Una mujer es atacada por cinco individuos y los jueces no creen que existiera intimidación. Inconcebible.
A lo largo de los años hemos mostrado el apoyo a los mujeres que han sido víctimas de violencia machista, las hemos animado a denunciar a sus agresores creando desde las instituciones y la sociedad un espacio de apoyo y confianza.
Este lamentable caso se ha alejado desde el principio del camino que se debería haber seguido.
Durante dos años hemos conocido un sinfín de detalles que creo que desde el punto de vista informativo no aportaban demasiado y que desgraciadamente han sometido a la mujer a un juicio público que se debería haber evitado. Y el calvario del juicio acaba con una sentencia incomprensible, 9 años es a todas luces una pena demasiado baja para el terror que causaron.
A esos 5 energúmenos su crimen les ha salido barato, de momento. Espero sinceramente que el recurso cambie la situación y esa condena por abuso se convierta en una por agresión.
El poder judicial debería reflexionar sobre lo que la sociedad les está diciendo estos días. Mientras muchos esperábamos una recriminación al autor de ese voto particular que quedará en el recuerdo de muchas mujeres, lo único que hemos escuchado es pedirnos a los responsables políticos que no nos manifestemos en contra de la sentencia, que mostremos respeto al poder judicial.
Señores del Consejo General del Poder Judicial, acataremos la sentencia, a la espera de que un Tribunal Superior la enmiende, pero seguiremos reivindicando nuestro derecho a decir que no estamos de acuerdo con su visión, que consideramos que cuando una mujer es atacada por 5 individuos se siente intimidada y sin posibilidad de defenderse, que ese ataque es una violación cometida en grupo y que sus autores merecen una condena severa.
Durante años trabajé como procuradora para la Asociación Clara Campoamor. Tuve la oportunidad de conocer a muchas mujeres que no voy a olvidar jamás. Cada una ella de ellas ha sido un ejemplo admirable. Mujeres que llegaban al juzgado rotas. Creo que a todas ellas les ha resultado más difícil curar las heridas que no se ven que las físicas porque la violencia psicológica puede ser a veces incluso mucho más cruel que la física. A su lado siempre había una persona que le daba la mano para ayudarle a dar ese paso valiente de denunciar a su agresor. Y es ahí donde las instituciones no podemos fallar, desde la persona que la atiende en esa primera denuncia, hasta el juez o jueza, fiscales, forenses, abogados…. y, por supuesto, los servicios que tenemos de atención a la víctima, ofreciéndole un lugar seguro y el apoyo psicológico que necesitan ellas y sus hijos e hijas.
Y y sinceramente creo que la sentencia, y especialmente ese voto particular, son una ofensa. Ahora le toca hablar al Tribunal Superior de Justicia, esperemos que esa nueva resolución repare la situación.
Esta mujer ha mostrado una gran valentía, porque hay que ser muy valiente para ponerse en pie de nuevo tras haber sufrido un ataque semejante, hace falta mucho valor para soportar estos dos años de espera y para reaccionar ante esa sentencia presentando un recurso y pidiendo de nuevo justicia.
A los demás solo nos queda seguir mostrando nuestro apoyo, a ella y a todas las mujeres que sufran cualquier tipo de agresión machista, seguir mostrando la empatía que por desgracia los jueces no siempre demuestran y reclamando justicia.
 resucita su blog a un año de las elecciones con el caso 'La manada'){kind=link}