por Juan Lamadrid
"Después del cruce casi continuo de reproches entre PNV y PSE, se sentarán para negociar, de nuevo, el presupuesto" |
Resulta llamativo que haga esas acusaciones quien ha estado gobernando con los socialistas en varios mandatos o facilitando la aprobación de las tasas y cuentas desde la oposición para que el PSE-EE siguiese gobernando y manteniendo a la institución local en el siglo XIX. Llamativo también que el elegido para dar “estabilidad” al Gobierno jeltzale se dedique a hablar de “censura”, de la existencia de “un sinfín de problemas e irregularidades”, de “despilfarro” y acuse a sus “socios de estabilidad” de no realizar una “gestión eficiente del dinero” público.
Y después del cruce casi continuo de reproches entre uno y otro, tendrán que sentarse para negociar el presupuesto que, de nuevo, ya es toda una tradición barakaldesa desde el siglo XIX, se aprobará tarde y mal. Comienza febrero y nada se sabe, más allá de ese proceso de participación puesto en marcha, de unas cuentas que deberían haber sido aprobadas antes de comenzar el año. El PNV presentó el proyecto de cuentas para 2016 en mayo de ese mismo año. Hasta entonces el Ayuntamiento decimonónico tuvo que conformarse con los presupuestos de 2014, aprobados por el PSE-EE y PNV en enero del catorce y prorrogados año tras año. Finalmente, las cuentas de 2016 obtuvieron el plácet plenario el 30 de junio, así que todavía queda tiempo para negociar y tratar de batir la marca.
El gran Bill Murray vivía atrapado en el tiempo en El día de la marmota, 2 de febrero, y Barakaldo cada vez se parece más a Punxsutawney con el roedor Phil saliendo de su madriguera para anunciar que la primavera no se va a adelantar y que el invierno, o el siglo XIX, continuará.