por el EH Bildu de Barakaldo
Ni abrir ventanas ni levantar alfombras ni nada. Sólo ha habido un cambio, el cambio en el trato personal |
Cuando las vecinas de Barakaldo decidieron otorgar la confianza al PNV de Amaia del Campo, confiábamos en que este cambio de color político supusiese un giro en las políticas llevadas hasta ahora. Pues bien, no tuvo que pasar ni un mes para darnos cuenta de que esas ansias de cambio que las barakaldesas decidieron se frustrasen.
Tras los Karmenak de ese año se firmó lo que se denominó pacto de estabilidad entre PNV y PSOE, que no era más que Amaia del Campo cerrase las puertas a cualquier posible cambio.
Ni abrir ventanas ni levantar alfombras ni nada. Sólo ha habido un cambio, el cambio en el trato personal.
Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta de la valía de ese pacto. Y es que se han seguido aplicando las mismas políticas de derechas que el PSOE ha aplicado y se han consumado los recortes en materia social impuestos por la Troika.
El mejor ejemplo fue otorgar una partida económica de dos millones de euros a la sociedad urbanística municipal Eretza, como primera medida.
Pero si de algún modo podríamos calificar el primer año de gestión del PNV es que no les importa en absoluto que en Barakaldo estemos rondando el 19% de desempleo, que haya puntos negros para la seguridad e integridad de las mujeres, que haya familias que se las vean y se las deseen para llegar a fin de mes o que haya barrios que estén marginados.
No hemos visto ninguna medida que aporte algo a los que peor lo están pasando.
Cuando de eliminar los puntos negros se refiere decimos una cosa en la tele y luego seguimos igual que hasta ahora; y si tenemos que establecer los criterios para poder acceder a las ayudas sociales, recortamos un 16%.
A modo de conclusión, a Amaia del Campo solo le importa ella misma y su imagen. La situación de sus convecinas no le importa lo más mínimo.
Tras los Karmenak de ese año se firmó lo que se denominó pacto de estabilidad entre PNV y PSOE, que no era más que Amaia del Campo cerrase las puertas a cualquier posible cambio.
Ni abrir ventanas ni levantar alfombras ni nada. Sólo ha habido un cambio, el cambio en el trato personal.
Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta de la valía de ese pacto. Y es que se han seguido aplicando las mismas políticas de derechas que el PSOE ha aplicado y se han consumado los recortes en materia social impuestos por la Troika.
El mejor ejemplo fue otorgar una partida económica de dos millones de euros a la sociedad urbanística municipal Eretza, como primera medida.
Pero si de algún modo podríamos calificar el primer año de gestión del PNV es que no les importa en absoluto que en Barakaldo estemos rondando el 19% de desempleo, que haya puntos negros para la seguridad e integridad de las mujeres, que haya familias que se las vean y se las deseen para llegar a fin de mes o que haya barrios que estén marginados.
No hemos visto ninguna medida que aporte algo a los que peor lo están pasando.
Cuando de eliminar los puntos negros se refiere decimos una cosa en la tele y luego seguimos igual que hasta ahora; y si tenemos que establecer los criterios para poder acceder a las ayudas sociales, recortamos un 16%.
A modo de conclusión, a Amaia del Campo solo le importa ella misma y su imagen. La situación de sus convecinas no le importa lo más mínimo.