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Sonia Miranda | directora artística del Circo Italiano
"Mi familia lo encajó fatal pero ahora ve que soy feliz en el circo"

Sonia Miranda protagoniza la portada de la revista impresa de BarakaldoDigital

Fotos: Luis Javier González, 'Tito'

Vecina de Zuazo, durante años vio cómo en la campa de Ansio se instalaban los circos, con el telón de fondo de las chimeneas de Altos Hornos de Vizcaya. No era su mundo y no sentía interés por él hasta que el amor se cruzó en su camino. 19 años después, Sonia Miranda, licenciada en Filología Francesa, es la directora artística del Circo Italiano de la familia Rossi. Cientos de ciudades, miles de personas y experiencias, años de trabajo duro, le permiten mostrarse esperanzada con el ser humano y afirmar que, con su trabajo y con su familia de dentro y fuera de la gran carpa circense, se acerca mucho a la felicidad.

Sonia Miranda (Barakaldo, 1970) tenía 24 años cuando su vida de la calle Maestro Granados, en Zuazo, sufrió un terremoto de grandes proporciones: se enamoró y decidió seguir al que ahora es su marido e incorporarse con él a la vida en el circo. “Sentó fatal en mi casa, fue un auténtico drama. Para mi madre, una mujer superluchadora que había decidido que sus dos hijas terminaran sus carreras —mi hermana Gemma es pediatra y yo hice Filología Francesa—, el circo era como algo totalmente desconocido, del que se piensa que no es la vida más adecuada, en una caravana de lugar en lugar”.

Casi dos décadas después, madre de una joven de 16 años que actúa como contorsionista en el mismo Circo Italiano donde ella es directora artística, afirma sin dudas que está “totalmente satisfecha”.

“En el circo se puede ser un ama de casa o, como es mi caso, abarcar tantas facetas como puedas, tanto en el campo artístico como administrativo. Creo que he explorado en el circo muchas más de las que hubiera podido en cualquier otro ámbito”.

Miranda no acabó en el circo por tradición familiar o porque no tuviera otras opciones. La muerte de su padre “muy joven” y la incorporación de su madre al trabajo la dejaron “perdida” algún tiempo. Abandonó temporalmente los estudios y, como era habitual entonces en estos casos, hizo peluquería — “era peluquería o modista”— en Hermanos Larrínaga y después comenzó a trabajar en Algorta, en la Peluquería Idoia. Mantuvo este oficio durante sus estudios de Filología Francesa y así pudo pagar su formación y sus gastos personales sin cargarlos a su madre. Después hizo aptitud de francés en la escuela de idiomas y llegó a cuarto de inglés y euskera.


Elegir libremente. Con su experiencia, sabe que es importante disponer de todas las opciones en la mano para no tener el destino marcado y eso también lo aplica con su hija, Ivana Alessandra. “Apoyo a mi hija en cualquiera de las decisiones que tome. Así como quiero que siga los estudios, también apoyo que siga la disciplina del circo. Cuanto más formación tenga, más posibilidad de elegir. Lo mismo que yo cogí mis bártulos y me vine al circo, quizá ella haga lo opuesto. La labor de una madre y un padre siempre está en darle todas las herramientas posibles para que sus hijos sean capaces de poder elegir. Otra cosa es egoísmo de los padres”.

Sonia Miranda eligió libremente y ahora está al frente de una compañía de más de 80 personas entre artistas y técnicos, que cada semana o cada 15 días cambia de ciudad con 40 camiones y 30 caravanas para mostrar a niños y mayores su espectáculo ‘Bravo bravísimo’.

¿Es posible incorporarse al circo sin tener experiencia y sin unas condiciones físicas determinadas? Sí es la respuesta de esta barakaldesa. “Yo elegí disciplinas en las que no tenías que tener miedo porque casi todas eran de acrobacias en altura. Para la elasticidad, en la que ha trabajado durante años, sí que tenía cierta forma física porque jugaba en Barakaldo a balonmano. Mi hija, que es contorsionista, tenía flexibilidad desde que era pequeña. Pero son los años de trabajo, la autoexigencia y el cuidado del detalle los que permiten hacer un número y no sólo que tengas determinadas condiciones físicas de manera previa”.

Salvo humor, Sonia Miranda ha hecho de todo en la pista. “La parte artística es la que más satisfacciones da, con los aplausos que recibes. Es gratificante. Además, quería sentirme totalmente integrada con mi marido y que él sintiera admiración por mí. Y el sitio era la pista. Cuando alguien está allí, hace un buen número y es aplaudido, logra una gran satisfacción. Es difícil, pero cuando alguien pone empeño y es muy cabezota como yo, de Barakaldo, se consigue”.

Acrobacias con cuerda y telas fue de lo primero que hizo en el circo. “Me juntaba con artistas de otros países y cada mañana ensayaba con ellos durante horas. Así es como pude lograr hacer los números de cuerda, telas, con elefantes, serpientes o fuego. Excepto payasa o clown, he hecho prácticamente de todo. Desde faquir, folclore argentino o números con caballos. Quise integrarme absolutamente en todo”.


Volver a Barakaldo. La decisión fue incomprendida por muchos pero la realidad 19 años después muestra que cada cual termina en un lugar insospechado. Prueba­ de ello es su grupo de amigos de EGB en Zuazo, que forma parte de sus añoranzas junto a la familia. Con él se comunica por las redes sociales y se encuentra de cuando en cuando. Allí están la ahora periodista de ‘Telenorte’ de Televisión Española Inés de Diego, Julio en los autobuses, Aurora en una empresa de envasado o Alejo en la cafetería Novelty. “Seguimos siendo en esencia los mismos, seamos lo que seamos profesionalmente”.

La oportunidad de volverse a ver puede estar casi a la vuelta de la esquina. El Circo Italiano quiere repetir en Barakaldo. “Depende del Ayuntamiento, del concejal de Cultura, que dé las facilidades. Espero que este año, viendo el éxito del pasado, que gustó a la gente, no tenga inconveniente en que estemos en el pueblo”.

“Fue una auténtica gozada estar en Barakaldo. No esperaba tal éxito. Han sido muchos años de trabajo duro, de querer hacer las cosas bien y triunfar en tu propio pueblo te da una gran satisfacción. Fueron dos semanas de lleno cada día. Toda esa gente que no comprendió mi decisión en su día, ha entendido que soy feliz en el circo”.

Miranda confía en que su gente y los barakaldeses puedan ver de nuevo su trabajo a pesar de una crisis que, según señala, no ha hecho especial daño al espectáculo. “El circo tiene futuro, sin duda. Nuestro actual espectáculo se basa bastante en las técnicas y disciplinas tradicionales pero además, para hacerlo más llamativo y competir con las nuevas tecnologías, hemos desarrollado un espectáculo con proyecciones, 'mapping' y otras herramientas que pueden competir perfectamente con todo lo que hoy en día los niños visualizan”. Además, “la gente necesita evadirse más hoy que nunca, ver algo mágico”.


Hasta el fin. Tan claro tiene el futuro, que Sonia Miranda no se plantea una vida fuera. “No me jubilaré porque estaré en el circo hasta mis últimos días. Creo que siempre podré tener una función. En su día estaba en la pista, ahora estoy un poco más en la parte de dirección artística y administrativa. De una u otra manera seguiré dentro”.

El tópico habla siempre de la “gran familia del circo” y en su caso lo es especialmente: los Rossi son 11 hermanos —entre ellos el marido de Miranda—, con sus mujeres e hijos. “En su día también estaba la 'nona', Luccana, la 'gran mama', que siempre había cocinado para todos y se nos fue hace un año en Beasain”.

“Ciudadana del mundo”, esta barakaldesa seguirá recorriendo ciudades. “He viajado mucho, he conocido mucha gente, muchas maneras de vivir y culturas. Y por eso creo que entre todas las diferencias hay algo que nos une, que está dentro, y que no tiene nada que ver ni con el idioma ni con la manera de vivir, sino con el mismo ser humano. Si hay algo que existe en el circo es la capacidad de poderse fusionar y estar abierto a cualquier cultura y que todo lo que experimentas es una enseñanza que te enriquece. Una de las actitudes del circo es encontrar los puntos de unión con la gente”.

“La felicidad es lo más importante. Nadie lo es absolutamente, pero sí que es cierto que estoy más cerca de lo que es la felicidad que de la infelicidad. Son más mis logros que mis fracasos”, señala Sonia Miranda.