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Joseba Martín | director de 'La jungla sonora'
"No tengo formación musical, no leo partituras y desafino cuando canto"

Martín recibe en 2009 el premio Ondas de manos de Angels Barceló y Carles Francino

por Mariela Estévez Campos | Fotos cortesía de Joseba Martín

Enamorado de la radio desde niño, Joseba Martín (1960), periodista de Radio Euskadi, profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y miembro del Consejo Vasco de Cultura, dirige y presenta el programa musical de referencia, 'La jungla sonora'. En él compagina sus dos pasiones, el periodismo y la música. Barakaldés del barrio de Arteagabeitia, pasó su infancia jugando con su cuadrilla en las calles de la anteiglesia, trepando por la tapia al patio de Las Escuelas y retando a partidos de fútbol a los equipos de otros barrios.


Premio Ondas 2009 a la trayectoria o labor profesional más destacada "por la calidad que ha demostrado durante sus 20 años de emisión, la variedad de sus contenidos musicales y formatos". También recibió en 2010 la ‘Zilarrezko Alboka’ del Festival de Folk de Galdames “por su contribución a la difusión de la cultura y la música vasca”.

Recientemente ha presentado su tesis doctoral titulada "El rock de las noticias. La actualidad y sus canciones: de la tradición anglosajona al caso vasco" en la que reúne y analiza más de 1.800 canciones de artistas vascos publicadas entre 1960 y 2010 que se han inspirado en las noticias y en la actualidad. En ella estudia las discografías de más de 500 solistas y grupos relacionándolas con las publicaciones de la prensa en ese periodo de tiempo. Para sus conclusiones ha realizado también un estudio de canciones de la tradición anglosajona, sobre todo en los casos de Estados Unidos y Reino Unido.

El 27 de este mes y en el marco de las celebraciones del Día de la Música, ofrecerá una conferencia en Barakaldo con el título ‘Cuando las noticias se convierten en canciones, cuando las canciones se convierten en noticia’ basada en las investigaciones realizadas para su tesis.

Pregunta. ¿Qué recuerda de su infancia en Barakaldo?
Respuesta. Soy de Arteagabeitia, conocido como el barrio de los gallegos, porque allí tiene su sede el centenario Centro Gallego.

P. ¿Su familia es de origen gallego?
R. No, mi padre era de un pueblo de Burgos y mi madre de uno de Valladolid. ¡Castellanos de pura cepa! Aunque al barrio lo llamasen así, había gente de Andalucía, de Extremadura, de Castilla, de otras localidades vascas, de todas partes.

P. ¿Cómo era la vida en su barrio?
R. Jugábamos en el patio de Las Escuelas, saltábamos la tapia y allí teníamos espacio. De vez en cuando organizábamos partidos de fútbol contra los de otros barrios. Tuve una infancia muy de barrio, muy colectiva, con mucho ejercicio. También muy masculina, en la cuadrilla había muy pocas chicas, ellas andaban a otras cosas. Nos pasábamos el día en la calle, parón para el bocata a la hora de la merienda y otra vez a la calle.

P. ¿Dónde estudió?
R. En el colegio de los Hermanos de La Salle, donde estudiaban los hijos de los trabajadores de los Altos Hornos. Los primeros años con profesores de los de toda la vida y los últimos con gente más joven, con otras inquietudes. Los últimos dos años fueron totalmente liberadores, de descubrimientos. Descubrimos hasta que existía el euskera, la ikurriña o ETA, cuestiones que hasta ese momento ni se mencionaban.

P. ¿Y después?
R. Pasé al instituto Antonio Trueba, con alguna etapa conflictiva, porque en COU trasladaron nuestras clases a la Escuela de Minas y, como no había calefacción, hubo alguna revueltilla entre el alumnado.

P. ¿Siempre quiso ser periodista?
R. Me gustaba mucho el periodismo, especialmente la radio. Crecí con la banda sonora de los programas de radio que escuchaba mi madre mientras yo hacía los deberes en la cocina. ¡Había hasta radionovelas para niños! Además mi padre ponía de vez en cuando Radio París, que era la única manera de enterarse de lo que ocurría en el País Vasco. Como tenía muchas interferencias, apagaban todas las luces para oírla mejor. Para mí la radio era un universo misterioso, donde cabían todos los mundos y en donde contaban las noticias que en la tele no veías.

P. ¿Por qué hay tantos periodistas en Barakaldo?
R. No lo sé, supongo que la situación nos llevó a desarrollar un profundo interés por la comunidad, un interés social y político que nos condujo a ello. En mi casa querían que estudiase medicina y se llevaron un gran disgusto con mi elección.

P. ¿Hasta qué punto la pujanza de grupos musicales en la anteiglesia condicionó su dedicación al periodismo musical?
R. Aparte del periodismo, mi otra gran pasión es la música. Durante muchos años fui un cliente fiel de Long Play, donde no sólo tenían los discos típicos de rock y de pop. Allí, entre sus ofertas, compré muchos discos, sobre todo mientras estudiaba la carrera.

P. ¿Estudió música?
R. No, no tengo formación musical, no leo partituras y desafino cuando canto.

P. ¿Cómo fueron sus inicios en el campo musical?
R. Mis primeros pasos en la universidad fueron precisamente con un programa de música. Además, desde los 18 años hasta los ventitantos fui pinchadiscos en la parroquia de la Esperanza.

P. ¿Pinchadiscos en una parroquia?
R. Había entonces cuatro sacerdotes con intereses muy sociales que, además de preocuparse por la situación general, también buscaban salidas para del ocio de los parroquianos, organizando bailes entre otras cosas. Fueron años muy buenos, de esos bailes salieron muchos matrimonios y amigos para toda la vida.

P. ¿Y en el mundo profesional?
R. Trabajé de 1983 a 1987 en Radio Popular haciendo un poco de todo, aunque también ponía música y entrevistas a grupos. Pero no había dinero y la cadena decidió que era mejor sustituir las dos horas y media que duraba mi programa, por una conexión con la COPE nacional.

P. ¿Qué hizo entonces?
R. Estuve ocho meses en Radio 7, trabajando por amor al arte y entonces salieron las oposiciones a Radio Euskadi. Me presenté con otras 500 personas y conseguí una de las cinco plazas. Después de un año en informativos, presenté el proyecto de 'La jungla sonora', decidieron darme una oportunidad y hasta ahora.

P. Si tuviese que elegir, ¿con qué faceta se quedaría: profesor o periodista radiofónico?
R. La enseñanza también me ha gustado siempre. Fui profesor de euskera en Barakaldo durante 10 años y trataba de trasladar a los alumnos la emoción que suponía aprender a expresarse en una lengua tan antigua, más allá del conflicto un tanto artificial que siempre ha rodeado al euskera. Así que dar clases en la universidad —empecé hace casi cuatro años— resultó algo natural y atractivo. Me convencieron para que hiciera la tesis 25 años después de dejar las aulas de Leioa y luego me dijeron que me resultaría muy conveniente dar clases. Ahora soy profesor asociado, es decir, alguien que da unas pocas clases y que trabaja en alguna profesión relacionada con el periodismo.

P. ¿Cuál es su función como miembro del Consejo Vasco de Cultura?
R. El consejo es un organismo asesor sin remuneración que se reúne de ciento en viento para que nos pregunten a cada miembro sobre temas de nuestra especialidad. No sé si lo que decimos llega a buen puerto o se queda en un mero informe y buenas palabras. De todas formas, desde las elecciones no nos han convocado y no sé si el nuevo Departamento de Cultura pretenderá seguir contando con nosotros.

P. ¿Qué es Iflandia?
R. Es un nuevo territorio en el dial de Radio Euskadi. Reúne todo el mundo de la cultura de una forma diferente, quitándole la rigidez y el esnobismo con el que se tratan habitualmente estos temas en la mayor parte de los medios. Félix Linares y Kike Martín le han dado un aire nuevo, menos estirado, a la cultura.

P. ¿Cómo encaja en ella 'La jungla sonora'?
R. Compartimos un mismo espíritu y hacemos un buen equipo. Solemos bromear con que juntos tenemos más de 100 años de experiencia radiofónica. Al incluirnos dentro de Iflandia, se redujo un poco nuestro tiempo de emisión. Ahora estamos en el aire todos los días entre las 17.00 y las 19.00 horas y también los sábados por la noche, con nuestros habituales monográficos de una hora. Ya llevamos casi 500.

P. Kike Martín es barakaldés como usted y ‘La jungla sonora’ cuenta además con la colaboración de Gotzon Hermosilla, también de Barakaldo.
R. Sí, Gotzon es colaborador desde hace cinco años y ahora ha empezado con nosotros Lorena Pineda, especializada en seguridad en festivales que también es barakaldesa. ¡Los de Barakaldo parecemos una mafia!

P. ¿Qué hay que hacer para mantener un programa diario en antena durante casi 25 años?
R. Una parte importante del éxito es conseguir transmitir la pasión que pones a lo que estás contando. Que los oyentes noten que no estás ahí para cubrir un expediente. Hay gente que ve la música como mero entretenimiento. Yo intento demostrar que detrás de un artista hay alguien que vive en el mundo, que lee la prensa, que se implica en lo que le rodea y lo traslada a sus canciones. Desde luego también hay otros factores que a veces hacen que desaparezca un programa sin motivo: entra un nuevo director que quiere aplicar unas ideas distintas o surgen problemas económicos. Afortunadamente, nosotros hemos podido seguir con 'La jungla sonora', pero otros compañeros que ofrecían buenos programas vieron cómo desaparecían de la programación.

P. ¿Qué supuso el premio Ondas?
R. Un subidón que se mantiene un par de días y después vuelves a la normalidad. Compruebas que nadie te para por la calle para pedirte autógrafos y que tu vida sigue exactamente igual. De todas formas me hizo una ilusión especial que el premio fuese “a la trayectoria o labor profesional más destacada” porque es un premio que ha conseguido gente de mucho peso en el mundo de la radio y además se alcanzó ese reconocimiento con un programa de música, algo bastante inaudito en esta categoría.

P. En mayo ha presentado su tesis doctoral: "El rock de las noticias. La actualidad y sus canciones: de la tradición anglosajona al caso vasco". ¿Es cierto que para ella analizó 1.800 canciones?
R. 1.800 acabaron en el listado, pero analicé muchísimas más. Siempre me han interesado las historias que hay detrás de las canciones, especialmente de las que se inspiran en la actualidad, los anglosajones las denominan 'topical song'. Abarcan tanto canciones inspiradas en noticias de la actualidad, ya sean sucesos, cuestiones sociales o políticas. Y de vez en cuando te encuentras con interesantes sorpresas. Por ejemplo, La Oreja de Van Gogh ha compuesto, bajo la apariencia de una canción de amor, una de las mejores piezas que se han hecho sobre el 11M, ‘Jueves’. Escuchar la letra y ver el vídeo puede ser un tanto impactante.

P. El 27 de noviembre dará una conferencia en Barakaldo titulada ‘Cuando las noticias se convierten en canciones, cuando las canciones se convierten en noticia’. ¿De qué tratará exactamente?
R. Voy a hacer un resumen de mi tesis doctoral, que tiene entre 500 y 600 páginas, en 40 minutos, que es lo que me han pedido. He preparado una presentación con vídeos que espero que resulte muy amena. Además desde que escribí la tesis he añadido nuevas canciones, porque con el paso del tiempo surgen nuevos temas de preocupación social que las canciones recogen.

P. ¿Cómo por ejemplo?
R. Cuando empecé, muchas canciones hablaban de la policía, de las detenciones de jóvenes, del tema de la insumisión, pero lógicamente, cuando desapareció la mili, se dejó de hablar de ello. En los últimos tiempos no es difícil encontrar en las letras asuntos como la custodia compartida, el alzhéimer, la memoria histórica o la violencia de género. Últimamente están apareciendo canciones contra el 'fracking' o contra los desahucios. También he recogido canciones que, muy a su pesar, se han convertido en noticia, por censura o por otras causas.

P. ¿Cómo ve el panorama musical de Barakaldo en estos momentos?
R. Hay mucho movimiento de grupos y mucha más variedad de estilos que en mi época, en la que todo era punk-rock. El problema es que la mayoría son autofinanciados, la situación de las discográficas es pésima y del circuito de salas de conciertos está bajo mínimos. Esto tiene una parte positiva y es que los que salen adelante son los que realmente creen en sí mismos, tienen claro lo que hacen y luchan para salir adelante. Dentro de 8 o 10 años veremos quiénes lo han logrado.

P. ¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
R. Primero, convertir mi tesis en un libro sobre la música en Euskadi y posiblemente hacer un segundo libro con el material que tengo recopilado sobre música anglosajona.