publicidad

La Gazte Asamblada desarrolla una campaña contra el consumismo y por un consumo más responsable

La Gazte Asamblada está llevando a cabo una campaña para concienciar a la ciudadanía sobre el consumismo e ir a un modelo de consumo responsable y respetuoso. La Gazte Asamblada denuncia que como consecuencia del fuerte consumismo la actividad comercial se ha trasladado a grandes centros comerciales, como Megapark, por lo que "los pequeños comercios se cierran y hay barrios muertos, sin actividad alguna".


EL CONSUMISMO NOS CONSUME

Se nos acerca la época de consumismo más duro y salvaje. A pesar de que lo hacen durante todo el año, en las próximas semanas nos bombardearán con diferentes mensajes. El objetivo de dichos mensajes no es otro que el que consumamos de forma salvaje. En televisión, radios, calles, periódicos y revistas, buzón de casa... encontraremos publicidad en cualquier lugar, creando falsas necesidades. En definitiva, querrán mercantilizar nuestras vidas, todavía más.

El consumismo salvaje consume la sociedad en diversos niveles, empezando por el nivel personal de los ciudadanos:

El consumismo nos consume a los ciudadanos. Mercantiliza nuestra vida: ocio, cultura, vivienda... El sistema nos ata al consumismo mediante distintos medios y, a menudo, se hipotecan vidas tras esas compras.

El consumismo consume pueblos y ciudades. Como consecuencia de este fuerte consumismo la actividad de pueblos y ciudades se ha trasladado a los grandes centros comerciales de las afueras, por ejemplo el Megapark en Barakaldo. A causa de esto, los pequeños comercios se cierran y hay barrios muertos, sin actividad alguna.

El consumismo implanta condiciones de trabajo indignas y consume a la clase obrera. Al crearse grandes centros comerciales a causa del consumismo, han aumentado las condiciones de trabajo precarias: abrir en días festivos, sueldos bajos, horarios desadecuados, horas extra, contratos basura...

El consumismo consume los derechos de la mujer. Mediante la precariedad, más acusada en el caso de la mujer, y usando a ésta como objeto, con el fin de inducir a la gente a comprar.

El consumismo consume a los países pobres y a sus ciudadanos. Empresas multinacionales roban los recursos de países del tercer mundo y explota y esclaviza a sus habitantes, niños/as en su mayoría.

El consumismo consume a la madre tierra. Este consumismo salvaje está destruyendo a la madre tierra y explota, sin límite alguno, todos los recursos naturales. En consecuencia, desaparecen espacios naturales, el planeta cada vez está más contaminado y las materias primas naturales se están agotando.

Todas estas y muchas más son las consecuencias que nos acarrea el duro consumismo. Frente a esto, si queremos que haya futuro , tenemos que darle la vuelta a esta situación y derrocar el vigente modelo consumista, creando un nuevo modelo de consumo sustentado en: un consumo responsable, un modelo social justo, la madre tierra, el respeto de los derechos de todos los países y seres humanos del mundo, el comercio justo...