Foto: Aula Social Don Bosco |
Erlantz Sánchez
Alfredo Elejalde Martínez de Pancorbo (Zorroza, 1955) fue toda la vida un sacerdote salesiano entregado a la solidaridad y a las misiones en el África más necesitada. Hijo de un empleado del Ayuntamiento de Bilbao, comenzó sus estudios en el colegio de Salesianos de Burtzeña en el año 1963 y al terminar decidió que su lugar se encontraba dentro de la familia salesiana por lo que se trasladó a Zuazo de Cuartango (Álava) para ingresar en un seminario durante cuatro años.
Al terminar su etapa alavesa, recaló en Logroño para realizar el noviciado. Estudió Filosofía en el seminario salesiano de Urnieta, en Gipuzkoa, durante cuatro años, para más tarde marcharse a Cabo Verde y Madeira como misionero. En el año 1979 regresó a Vitoria para realizar en la Universidad del País Vasco estudios de Teología, pero nadas más concluir estos volvió de nuevo a Cabo Verde para continuar con las misiones.
Hubo un momento que marcó un antes y un después en su vida, que fue su ordenación como sacerdote. Llegaba después de varios años de estudio y viajes por África y Portugal, y junto con el apoyo y presencia de gran parte de su familia, se ordenó como sacerdote en 1987 en Deusto. No tardó en volver de nuevo a África pero una enfermedad de su padre le hizo abandonar las misiones para volver para quedarse cerca de él.
Al regresar en el año 2003 comenzó a ejercer de profesor en Salesianos de Cruces. en donde estuvo un año para más tarde no irse mucho más lejos. Salesianos de Barakaldo fue su siguiente parada en la estación. En ese centro estuvo impartiendo clases de Lengua, Filosofía y Cultura Clásica durante tres años, hasta que en el 2008 decidió comenzar a estudiar euskera, algo que siempre le había hecho muchísima ilusión.
La inspectoría salesiana le concedió una liberación como profesor para tener una plena dedicación al estudio del euskera, pero él no conforme con todo, quiso estar en un ambiente en el que se hablara todo el día en la lengua vasca, por lo que solicitó su traslado a Salesianos de Intxaurrondo (San Sebastian) durante dos años. Con toda las ganas y la ilusión del mundo y la preparación de los exámenes de la escuela de idiomas, en abril de 2010 le detectaron una grave enfermedad, que le hizo volver a Bilbao para ser tratado en la clínica San Sebastián en Deusto. Sin nada que hacer por su vida, padecía muy enfermo en la cama, hasta que falleció el pasado 24 de octubre, precisamente el Día del Domund, la jornada de las misiones. Se va un gran misionero, profesor y sacerdote, y una mejor persona.