Comunicado de Gorabide
‘¿Qué haces este verano?’ Gorabide propone hacer voluntariado con personas con discapacidad intelectual
- La asociación ofrece la posibilidad de colaborar en sus programas de verano, acompañando de vacaciones o en actividades de ocio a sus personas usuarias
Con el lema ‘¿Qué haces este verano?’, Gorabide invita a hacer voluntariado con personas con discapacidad intelectual, en los meses de julio y agosto. Hay dos opciones para colaborar: viajes de ocho días a destinos de Asturias, Aragón, Cantabria, Gipuzkoa, La Rioja, Navarra o la costa de Bizkaia; o seis salidas de día por Bizkaia y alrededores, repartidas en dos semanas. Para participar, basta con llamar al teléfono 94 443 12 10, escribir a tiempolibre@gorabide.com o entrar en gorabide.com/voluntariado.
La asociación Gorabide ya está inmersa en plena preparación de sus programas de verano para personas con discapacidad intelectual. Y ofrece la posibilidad de disfrutar de un verano diferente haciendo voluntariado en alguna de las 13 estancias de vacaciones (seis en julio y siete en agosto) de ocho días en diferentes destinos, o en una de las cuatro tandas quincenales de tres salidas por semana en Bizkaia y alrededores.
Las actividades que se realizan en las estancias abarcan visitas a lugares de interés turístico, actividades medioam-bientales, playa, piscina, excursiones, rutas en barco, paseos, terraceo… Por su parte, las salidas de día exprimirán al máximo las opciones que ofrece Bizkaia y su entorno, con actividades de vela; visitas al BBK Klima Abentura de Urdaibai, al Artium de Vitoria o a la Granja La Mina en Cantabria; días de playa en Mundaka y Laida, con viaje en ferry; o ruta geológica por Plentzia con Ekobideak.
Sólo hacen falta ganas
“Para poder ocupar una de estas plazas de voluntariado, sólo hay que tener ganas de vivir una experiencia diferente, que merece mucho la pena”, aseguran desde Gorabide. “No hace falta contar con conocimientos específicos ni sobre tiempo libre ni sobre discapacidad intelectual, porque ofrecemos formación de iniciación y mantenemos seguimiento constante durante todo el programa. Sólo es necesario querer aportar algo para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual, y disfrutar de ello”, añaden.
“La incidencia de este tipo de voluntariado es triple”, explican. “Las personas con discapacidad intelectual tienen la posibilidad de conocer y manejarse en entornos y con gente diferentes a lo habitual. Las familias pueden tener unos días de respiro, libres de responsabilidades, para poder cargar las pilas para el resto del año. Y las propias personas voluntarias viven una experiencia muy valorada por todas ellas. Es una constante quienes vuelven diciendo que han recibido mucho más de lo que han dado, y con ganas de repetir”.