Los datos de la plataforma de contratos de Euskadi indican que el Consistorio falla en sus cálculos económicos a la hora de plantear los presupuestos y que lo hace tanto en pequeños encargos como en proyectos millonarios. Así, en el listado figuran desde los 9 millones de euros del servicio de ayuda a domicilio para ancianos a los 24.000 para el entrenamiento de perros policía.
Aunque en algunos casos puntuales el problema no ha sido el dinero, en la inmensa mayoría el desinterés de las empresas está relacionado con una estimación de presupuestos por debajo del mercado. La prueba es que la institución local se ve casi siempre obligada a subir el dinero que ofrece y en algunas ocasiones el aumento es muy significativo.
Así, el suministro de señalización vial ha visto aumentar el presupuesto en un 131,40%, si bien en términos reales son más impactantes los grandes contratos. Como ejempleo está la renovación de las escaleras mecánicas entre Arteagabeitia y el parque de las Esculturas, que se ha encarecido un 75,49% sobre el cálculo inicial, que era de 628.000 euros aunque finalmente se subió a 1,1 millones de euros, lo que significa medio millón de euros más.
Del mismo modo, el presupuesto para el servicio de ayuda a domicilio creció en 600.000 euros (7%); el
ascensor de la calle Etxatxu subió prácticamente un 60%, con 100.000 euros por encima de la cifra original; el refugio para mujeres víctimas de violencia machista se encareció un 26,32% o 168.000 euros; o la nueva y corta rampa de parte de la calle Nafarroa, con 100.000 euros (10%) sobre el cálculo inicial,
También es un problema el retraso que causan estos fracasos del Ayuntamiento. En el caso de la Policía Municipal, es llamativo que los responsables municipales no hayan podido dos veces consecutivas alquilar un coche de incógnito para los agentes. La consecuencia es que un vehículo que tenía que estar disponible para comienzos de 2021 se tuvo que tramitar tres veces y llegó prácticamente un año más tarde.
Como mínimo, debido a estos fracasos en las adjudicaciones, el retraso en la puesta en marcha de los contratos es de dos meses, pero hay también expedientes con peores datos, como el mantenimiento de los parques para perros, que finalmente se ha tenido que contratar mezclado con otros servicios y que ha conseguido una solución dos años más tarde de lo previsto.
Contratos fracasados
