Falseando cifras y mintiendo descaradamente. El gobierno local del PNV y PSE han decidido congelar, por DÉCIMO AÑO CONSECUTIVO, el presupuesto para las ayudas económicas municipales en 960.000 euros. Prestaciones de las que dependen 1.200 familias barakaldesas.
Es vergonzoso comprobar nuevamente que la asignación del Gobierno Vasco para las ayudas de emergencia se computen como asignación propia. El equipo de gobierno local de PNV y PSE suman los 1.952.096 del Gobierno Vasco que destina este año a Barakaldo a las ayudas de emergencia como consignación propia. Es patético. Pero dice muy mucho sobre lo que son capaces de hacer para ocultar sus políticas de recortes.
Mientras se incrementan las situaciones de precariedad y pobreza en Barakaldo, el equipo de gobierno ha decidido conscientemente dotar de un insuficiente presupuesto a las ayudas económicas municipales, endurecer los requisitos de acceso y recortar la cuantía de las prestaciones a las que tienen derecho las familias de la localidad para hacer frente a sus necesidades más básicas.
Recortes que también se aplican a unos servicios sociales totalmente saturados. Durante cuatro meses no se pueda solicitar ninguna ayuda de emergencia al estar cerrado el plazo de solitudes; y los servicios sociales no atiendan de forma inmediata las situaciones más graves y urgentes: las citas se conceden a dos meses vista.
Hay que tener en cuenta que en el transcurso del año 2022 3.300 familias barakaldesas concentraron cita con los servicios sociales municipales para solicitar algún tipo de ayuda social.
Sin embargo, y ante esta realidad social, el equipo de gobierno local sigue sin dotar de suficiente presupuesto a las ayudas económicas municipales, endurece los requisitos de acceso y recorta la cuantía de las prestaciones a las que tienen derecho las familias de la localidad para hacer frente a sus necesidades más básicas
La actual situación de dificultades para llegar a fin de mes requiere de una mayor inversión en el presupuesto destinado a las ayudas económicas municipales, revertir los recortes de acceso a las ayudas de emergencia, ampliar el personal de los servicios sociales municipales y en consecuencia, para que la cobertura de las necesidades básicas de las familias precarizadas y empobrecidas y con más dificultades económicas del municipio sea una cuestión prioritaria.
Berri-Otxoak surgió hace tres décadas, el 12 de agosto de 1992, y en sus 30 años de existencia ha destacado por sus movilizaciones por el derecho a una vivienda digna, contra la especulación y los desahucios, y contra los recortes, la precariedad y la pobreza. El colectivo mantiene además desde hace 25 años, desde el 17 de noviembre de 1997, una oficina de información sobre ayudas sociales, por la que han pasado más de 15.000 familias de la localidad.