El descubrimiento de este nuevo vertido ilegal del químico cancerígeno se produjo alrededor del 21 de octubre y el Ayuntamiento dijo entonces que la concentración de lindane y ftalato "no alcanza para que sean consideradas residuo peligroso".
Sin embargo, dos semanas después, en una jornada con viento, la preocupación ha regresado a la zona y tanto residentes como ecologistas han puesto en contacto con la Ertzaintza, la Policía Municipal y el Consistorio porque el olor se ha intensificado. Además, han advertido que se observa a trabajadores que están en la zona sin equipos de protección personal frente al contaminante tóxico y que los camiones salen del lugar sin llevar cubierta la carga de tierras posiblemente con residuos químicos.
Ecologistas han denunciado que no disponen de la información que esperaban por parte del Gobierno Vasco respecto a la situación y actuaciones en este vertedero ilegal, y tampoco hay constancia de si las autoridades han inspeccionado o no el espacio, o si se está limpiando el área para quitar el lindane o se está echando tierra para mezclar el contaminante y reducir del nivel cuando se hacen mediciones.