En concreto, el equipamiento "turístico" se instalará en la primera planta de la la estación así como en los exteriores del inmueble, en donde se prevé la posibilidad de exponer "elementos de patrimonio industrial ferroviario", en lo que abiertamente se califica como "futuro museo".
Así, a la altura de los andenes se señala la posibilidad de ubicar materiales relacionados con el antiguo Trazado de La Robla como "maquinas tractoras vapor, grúas mecánicas y polipastos, vías y agujas" con el objetivo de que "el futuro visitante pueda visitar y disfrutar de todos aquellos elementos que formaban parte del ferrocarril".
El Gobierno Vasco quiere que la rehabilicación recupere "el espíritu estético" de principios del siglo XX en cuanto a "los acabados, marquesinas, iluminación y cierres de vía". La actuación tiene que prevé así mismo los accesos, zonas verdes y aparcamiento.
El proyecto debe ser redactado en un plazo de seis meses desde la adjudicación, lo que previsiblemente no se producirá hasta después de verano o en otoño. La estación de Lutxana forma parte de una vía que está operativa desde el 19 de marzo de 1888.
- Año 2022: 35.000,00 € + 7.350,00 € (de IVA) = 42.350,00 Euros
- Año 2023: 35.000,00 € + 7.350,00 € (de IVA) = 42.350,00 Euros
Para atender adecuadamente los servicios de transporte de viajeros y mercancías en gran y pequeña velocidad, la Compañía del Ferrocarril de La Robla decidió levantar un edificio de dos plantas. La longitud de la fachada principal es de 36 metros y el ancho de 6 metros. El edificio se disponía en isla, rodeado de vías, ya que por un lado se encontraban las de vía métrica procedentes de Balmaseda y, por el otro, la doble vía ancha del ferrocarril de Bilbao a Portugalete.
Cabe señalar que, mediante el correspondiente convenio con la compañía del Ferrocarril de Bilbao a Portugalete, Robla cedió parte de sus espacios, para que el operador de vía ancha pudiera instalar una factoría de Gran Velocidad y los gabinetes del jefe de estación y del factor de circulación, todos ellos en la planta baja, en la que Robla se reservaba espacio para instalar salas de espera de 1a, y de 2a clase, almacén de equipajes y Gran Velocidad, gabinetes para el jefe de estación, los factores de Gran y Pequeña Velocidad, así como un cuarto de agentes. En la planta superior se dispusieron dos viviendas para el personal de la estación, así como el despacho para la venta de billetes.
Precisamente la ubicación del despacho de billetes en la planta superior representa la principal singularidad de la estación de Lutxana-Barakaldo, ya que la práctica habitual ha sido ubicar esta dependencia en la primera planta, al nivel del viario circundante, para facilitar el acceso de los viajeros. Sin embargo, al tratarse de una estación en isla, sus diseñadores plantearon un sistema de acceso a diferente nivel, para evitar a sus clientes el peligro de atravesar a pie las vías que rodeaban el edificio, con el consiguiente riesgo de accidente. Para ello, se levantó una primera pasarela metálica que, desde la calle, y volando sobre las vías métricas de La Robla, daba acceso directo al piso superior del edificio, donde se situó un pequeño vestíbulo sobre el que recaía el despacho de billetes.
Una vez adquirido su título de transporte, el viajero podía abandonar el edificio mediante una escalera metálica de dos tramos rectos, que partía desde una puerta situada en la fachada lateral, lado Portugalete, desde su primer piso, por la que accedía al único andén que recaía sobre la vía métrica del ferrocarril de La Robla o al que utilizaban los trenes de vía ancha con dirección a Portugalete. Si, por el contrario, el viajero quería dirigirse hacia Bilbao, debía abandonar esta dependencia mediante una segunda pasarela metálica que, tras superar la doble vía del ferrocarril de Bilbao a Portugalete, permitía alcanzar el andén que empleaban los trenes con dirección a la capital vizcaína.
A lo largo de su historia, la estación de Lutxana-Barakaldo experimentó diversas modificaciones de su distribución interior, sin que éstas afectasen en exceso su fisonomía exterior. La intervención más importante fue la sustitución de la marquesina original, apoyada en columnas de fundición, por nuevas cubiertas en voladizo, operación realizada para garantizar el gálibo necesario tras la electrificación del ferrocarril de Bilbao a Portugalete en 1933. Además, tras la guerra se adosó a la fachada lateral lado Portugalete un pequeño anexo de una sola planta, en el que se estableció un gabinete de circulación para el ferrocarril de Bilbao a Portugalete.
A finales de los años sesenta, probablemente para reducir los gastos de mantenimiento y, al mismo tiempo, simplificar el acceso de los viajeros, se decidió desmantelar las dos pasarelas sobre las vías de La Robla y Renfe, para situar las taquillas en la planta superior, lo que exigía el cruce a nivel de las vías. En consecuencia, se simplificaron los itinerarios peatonales, al evitar largos tramos de escaleras para acceder a las pasarelas y a las taquillas situadas en el piso superior de la estación, pero a cambio de incrementar notablemente la peligrosidad para los usuarios, al tener que cruzar unas vías especialmente transitadas por trenes de viajeros y mercancías. Se mantuvo la escalera que desde el piso superior recaía sobre los andenes de Robla y de Portugalete, pero se modificó su estructura, con un tramo girado 90o respecto al otro, con el fin de facilitar el paso de peatones al andén.
Con el cambio de siglo, se mejoró la seguridad de los usuarios con la construcción de un paso subterráneo entre los dos andenes de la línea de vía ancha de Bilbao a Portugalete. Se mantuvo el paso a nivel sobre la antigua vía métrica del ferrocarril de La Robla ya que, desde el desmantelamiento de la siderurgia integral de los antiguos Altos Hornos de Vizcaya en 1996, y la desaparición del tren de bandas en caliente de Ansio, esta vía había dejado de utilizarse para el paso de los trenes de Feve a estas instalaciones. En paralelo, se suprimió definitivamente la escalera exterior de acceso por la fachada lateral, lado Portugalete.
El último cambio de importancia experimentado por la estación de Lutxana estuvo forzado por un atentado, atribuido a la “kale borroka”, que tuvo lugar el 4 de febrero de 2007. El lanzamiento de varios artefactos incendiarios contra las taquillas del servicio de cercanías de Renfe afectó gravemente al edificio, incluido el hundimiento parcial de la cubierta. Los daños fueron mayores en el lado Portugalete, en el que se ubicaban las taquillas, que en el lado Bilbao. El proceso de reconstrucción se prolongó durante cerca de tres años, ya que Feve no anunció su conclusión hasta el 18 de enero de 2010.
PLANTEAMIENTO GENERAL
El objeto del Proyecto de Construcción cuya relación se regula en el presente pliego, es la definición de las obras necesarias del “PROYECTO CONSTRUCTIVO DE REHABILITACIÓN DE LA ESTACIÓN DE LUTXANA-BARAKALDO ADIF COMO EDIFICIO DE USO TURÍSTICO “y de las posibles modificaciones funcionales que se originen para su adecuada instalación.
El proyecto a desarrollar deberá de estudiar las siguientes obras en la estación, debiendo de incluirse en cada una de las alternativas desarrolladas por el adjudicatario:
- - Funcionalidad como elemento turístico y posible Centro de Interpretación
- - Longitud anden útil y anchura
- - Escaleras de Acceso y Ascensores (Paso Superior y/o Inferior)
- - Acabados
- - Seguridad
- - Iluminación
- - Señalética
- - Mobiliario
- - Elementos Patrimonio Industrial Ferroviario a preservar
El proyecto deberá contener todos los documentos técnicos necesarios para cumplir con la normativa vigente, ley de accesibilidad, Código Técnico, etc... Será necesario que la propuesta mantenga la circulación del tráfico ferroviario durante las obras o, en su caso, adoptar las actuaciones precisas para ello.
En todo caso la operatividad del sistema del FFCC ADIF, y para la línea de cercanías, nunca se verá afectado por esta intervención, siendo sus accesos claramente diferenciados del uso turístico del mismo.
El uso turístico del edificio se ubicará en la estación y sus exteriores, como en los terrenos propiedad del Gobierno Vasco
En el Edificio de Estación la planta que podría ser utilizada como de uso turístico sería la primera, de las dos que posee el actual Edificio de Estación de Lutxana.
Independientemente de su generación, el nuevo espacio del Centro de Interpretación deberá de ser regulado por un Plan Director de generación de sus posibles áreas museísticas y/o de interpretación, previendo que pudieran ser desarrolladas por fases, y se deberá de contemplar los siguientes elementos básicos funcionales:
- - Zona Recepción
- - Área Expositiva (Interior y/o Exterior)
- - Zona de Conferencias y Proyecciones
- - Área Técnica y Servicios
- - Accesos horizontales y verticales (Paso Superior y/o Inferior, Escaleras, Ascensores, Pasillos, etc.)
El esquema funcional básico estaría compuesto de las siguientes áreas:
- Accesos: se proyectarán unos accesos desde el exterior de la estación, con el estricto cumplimiento de la normativa de accesibilidad vigente, comunicando la trama propiamente urbana con el futuro museo
- Planta Primera y/o Solar GoVo: destinadas a posible zona de exposiciones y conferenciales.
- Planta Andenes: zona en la que se dispondrían los suficientes elementos que forman parte del Patrimonio Industrial Ferroviario , relacionados con el Antiguo Trazado de La Robla (maquinas tractoras vapor , grúas mecánicas y polipastos, vías y agujas , etc.) , para que el futuro visitante pueda visitar y disfrutar de todos aquellos elementos que formaban parte del ferrocarril; asimismo se podrá plantear un diseño para todos aquellos elementos que lo pudieran configurar como son los acabados, marquesinas, iluminación, cierres de vía, etc. de tal forma que fuera acorde con el espíritu estético de la época (principios siglo pasado) y/o inspirada en ella .
- Urbanización Circundante: Área de acceso, peatonal y vehicular, en su caso se dispondrán de los caminos peatonales, zonas verdes y aparcamientos precisos.