Así, por ejemplo, una pensión de 1000 € subiría mensualmente 25€ en 2022, en lugar de subir 56€, si lo hiciese en base al IPC real (5,6 %), lo que anualmente supondría una pérdida de 434€. Según las mismas fuentes, la aplicación de dichos porcentajes a la actualización de las pensiones del año que finaliza ( la llamada “paguilla”, que son atrasos ) supondría otra pérdida añadida de unos 300€.
Añaden que, calcular la actualización de las pensiones del un año con los porcentajes del año vencido supone una “trampa” más, que junto a muchas otras (aumento del número de años para calcular la base, coeficientes reductores, factores de “cohesión” intergeneracional, etc…) supone un serio problema para la dignidad del sistema público de pensiones, y trata de empujar a los y las pensionistas hacia los sistemas privados, donde los promotores (fondos y banca) “se frotan las manos porque esperan hacer su agosto particular.”
Hubo también un momento para el recuerdo de quienes han fallecido por el COVID; en esta ocasión se recordó con especial cariño a JOSERRA ORTEGA, recientemente fallecido, fundador del movimiento pensionista en Barakaldo y activista incansable hasta el último momento. Se hizo entrega de un recuerdo a los familiares y allegados.
Recordaron y valoraron positivamente los resultados de las últimas movilizaciones del 29 de noviembre y del primero de diciembre, ésta última en confluencia con los sindicatos. Ambas tenían como objetivo manifestar el desacuerdo del movimiento pensionista con la reforma laboral y de pensiones , a punto de aprobarse en las instituciones del Estado. Todas ellas fueron ampliamente secundadas a pesar del tiempo lluvioso y desagradable.
Por la mañana del 1 de diciembre, los sindicatos consiguieron reunir a 3.000 personas en las capitales vascas, mientras que por la tarde, los movimientos sociales convocantes movilizaron a unas 4.000 en diversas localidades. A las instituciones estatales se les apremiaba para que dieran un giro en lo social, y en el campo de los cuidados, pensiones y sanidad; mientras que a las instituciones vascas se les pedía diligencias para complementar el sistema asistencial y un cambio en el sistema fiscal que actualmente beneficia , aseguran, a la banca y a la patronal.
Tras recordar la lucha que actualmente llevan a cabo los y las trabajadoras de Artiach, reclamaron medidas para reforzar la sanidad primaria, actualmente desbordada por la última ola de la pandemia, pero también por la escasez de personal para hacer frente a ésta y otras patologías. Reclamaron que se vuelva a contratar al personal despedido tras el cierre de los vacunódromos. Por todo ello, el próximo lunes 20 diciembre, desde esta Herriko Plaza se dirigirán hasta el Centro de Salud de Zaballa para denunciar ESTOS RECORTES Y FALTA DE PERSONAL. También anunciaron nuevas movilizaciones para el 15 de enero.