▪ La privatización del SPP a través de planes privados de empresa se mantiene y se incluirá en la segunda parte de la reforma.
▪ Se olvidan de plantear medidas que permitan recuperar el poder adquisitivo de las pensiones perdido en los últimos años.
▪ Se deroga formalmente el Factor de Sostenibilidad, pero los firmantes del acuerdo aceptan sustituido por otro Factor, el Índice de Equidad Intergeneracional, que tendrá (mucho nos tememos), el mismo efecto negativo respecto a las nuevas pensiones.
▪ Se acepta incrementar los coeficientes reductores de la jubilación anticipada o la aplicación de éstos sobre la pensión neta para reducir las pensiones e inducir al trabajador/a a alargar su vida laboral. Y ni se menciona la exigencia de las Proposiciones No de Ley que demandaban la eliminación de los coeficientes con 40 años cotizados.
▪ Sigue sin resolverse el problema de garantías para la financiación de las pensiones. Si bien el Estado garantizará las pensiones públicas, las transferencias realizadas en 2021 (13.929 Mill. euros) y las que se proponen realizar los años siguientes para transferir gastos actuales del sistema son insuficientes.
▪ La incertidumbre sobre la estabilidad financiera del sistema se mantiene en la medida que no se derogue la reforma laboral, se apueste decididamente por empleo de calidad y se reconozca la deuda del Estado con la SS. Esta incertidumbre seguirá siendo utilizada para impulsar nuevas reformas que reduzcan las pensiones públicas.
▪ El incremento de los años de cotización necesarios para alcanzar el 100% sigue vigente y simplemente se pospone un año y se cambia de nombre. Supondrá un recorte del 6% en las pensiones.
▪ Es inconcebible que no haya mención alguna al incremento sustancial de las pensiones mínimas; ni siquiera a ligarla a los incrementos del SMI. Se niegan rotundamente a reconocer una pensión mínima de 1080 euros.
▪ Es inaceptable que no se dé ningún paso para erradicar la brecha de género en pensiones consolidando un derecho subjetivo de las mujeres a una pensión digna y suficiente y mejorando la pensión de viudedad.
En definitiva el acuerdo alcanzado ratifica los recortes de las pensiones de la reforma de 2011; cambia de nombre el Factor de Sostenibilidad, pero mantiene su esencia; deja la puerta abierta a la privatización del SPP y a nuevos recortes y no garantiza la financiación suficiente para el SPP; la mayor parte de nuestras reivindicaciones siguen pendientes. Nada se dice de la asunción por parte del Estado de la deuda de la SS acumulada por los llamados gastos impropios.
El Movimiento de Pensionistas hemos conseguido dejar sin efecto la reforma de 2013 y tenemos que seguir en la calle para conseguir nuevas victorias. La Movilización es nuestra mejor garantía y no aceptamos el papel de convidados de piedra en la reforma que se está realizando.
