El Jurado del Concurso, presidido por la Alcaldesa de Barakaldo, ha estado compuesto por representantes de BILBAO Ría 2000, del Ayuntamiento de Barakaldo, de la Autoridad Portuaria de Bilbao, del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, así como un urbanista de reconocido prestigio internacional.
El Consejo de Administración de BILBAO Ría 2000 ha aprobado igualmente acordar con el adjudicatario una serie de elementos a ajustar y desarrollar en mayor profundidad dentro del límite presupuestario establecido en las Bases del Concurso, así como mostrar su agradecimiento a los demás equipos participantes y reconocer el esfuerzo realizado y la calidad de todos los trabajos recibidos.
El trabajo ganador, presentado bajo el lema “El Jardín en movimiento”, aporta a juicio del Jurado “una propuesta versátil, de inspiración natural y fresca” y es la que “mejor alcanza la visión de un entorno natural más flexible para la implantación de usos a medio y largo plazo”.
Entre los aspectos destacados de este proyecto, el Jurado cita “la forma suavizada en que se resuelven las diferencias de nivel” existentes en el ámbito así como “la claridad, continuidad y diafanidad del espacio público que se genera”, “la facilidad con la que la propuesta puede conectar con la historia y el pasado industrial” de la zona y “la naturalidad con que el curso del parque avanza junto al discurrir cercano de la Ría”.
De igual modo, el Jurado considera que existen algunos elementos que es necesario ajustar y desarrollar en mayor profundidad como dotar a la zona de parque de elementos que fomenten una mayor densidad del tipo de usos que se sugerían en las Bases del Concurso, y establecer un refuerzo de los elementos de conexión con el agua llegando, incluso, a tocarla físicamente en lo posible.
Según refleja la memoria presentada por el equipo ganador, el proyecto “se enmarca en la secuencia de ambiciosas operaciones urbanas” llevadas a cabo en el entorno metropolitano de la Ría que configuran “un extenso collar de magníficos espacios públicos que han demostrado su extraordinario poder de transformación y mejora en la vida de sus habitantes”.
El proyecto incluye la construcción de un pabellón lineal y transparente en paralelo al borde sur de la dársena que alojará un pequeño bar y un restaurante u otros usos alternativos y una estructura de madera en el borde norte de la dársena, asociada a la rampa existente, en la que podrían almacenarse piraguas, canoas, etc.
El ámbito total de actuación es de 10,7 hectáreas, de las que 9,1 corresponden al Parque de Ribera propiamente dicho.
