Quienes formamos parte de Orain Ardura entendemos que esto es una absoluta barbaridad. Antes que nada, nos gustaría remarcar que esta información ha salido a la luz por una pregunta parlamentaria. Ningún sindicato ni organización social ha sido consultada sobre dónde les gustaría destinar 10.228 millones de euros de la Unión Europea para los próximos 4 años, a los que se sumarían otros 1.375 euros para el periodo 2024-2030.
El dinero del fondo europeo se financiará a través de deuda que deberemos pagar todos y todas así como nuestros hijos e hijas, los años venideros. Siendo el sistema fiscal tremendamente regresivo la recaudación va a recaer sobre la población más desfavorecida .Además va a suponer en el futuro mayores recortes y reducciones en los gastos sociales destinados a las personas más vulnerables. Mientras siguen los recortes en todos los ámbitos, mientras miles y miles de personas están literalmente con el agua al cuello, mientras nos hablan un día sí y otro también de nuevos confinamientos…; en esta situación, la prioridad del gobierno vasco es el TAV y otras grandes infraestructuras que no nos van a sacar de este pozo en el que nos encontramos, sino que nos van a hundir más en él.
Los sindicatos, organizaciones y personas que formamos parte de Orain Ardura consideramos prioritario que se tome conciencia de la situación y se ponga en primera línea la reivindicación de que todos los fondos destinados al TAV se destinen a donde realmente hacen falta es decir, en Empleo, Sanidad, Educación y Enseñanza, Pensiones, Dependencia, Vivienda etc. A su vez, seguiremos trabajando para sumar más organizaciones a esta iniciativa.
Tal y como venimos denunciando constantemente el TAV es tremendamente caro, inútil e innecesario. Destruye la naturaleza y despilfarra recursos económicos. Últimamente diversas instituciones oficiales como el Tribunal de Cuentas de Paris, el de Madrid, el de Lisboa, así como Instituto Carlos III de Madrid y más recientemente la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal así como múltiples reconocidos economistas y fundaciones han cuestionado su viabilidad económica y financiera y hasta han llegado a solicitar su paralización.